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El magisterio se prepara para el paro nacional

Por Francisco Torres*  

La política educativa del Gobierno de Santos es acelerar y profundizar la privatización en todos los niveles, adecuar la educación a los intereses de las multinacionales y el capital financiero y destruir lo que queda de los derechos del magisterio. En ese último aspecto ya se han hecho públicas las estrategias destinadas a acabar con rapidez el 2277 e imponer un 1278 reforzado para llevar a los maestros a las más terribles condiciones laborales, en armonía con lo acordado en los TLC.

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Por Francisco Torres*  

La política educativa del Gobierno de Santos es acelerar y profundizar la privatización en todos los niveles, adecuar la educación a los intereses de las multinacionales y el capital financiero y destruir lo que queda de los derechos del magisterio. En ese último aspecto ya se han hecho públicas las estrategias destinadas a acabar con rapidez el 2277 e imponer un 1278 reforzado para llevar a los maestros a las más terribles condiciones laborales, en armonía con lo acordado en los TLC.

Es en esas circunstancias que los maestros colombianos hemos presentado un pliego de peticiones con tres puntos: salud, salarios y suspensión de la evaluación de competencias.

Las negociaciones entre el Gobierno y FECODE se encuentran estancadas. A pesar de haberse dado reuniones con el presidente y sus ministros no hay soluciones. Lo que si ha habido son declaraciones demagógicas como preámbulo y rechazos a las peticiones como desarrollo.

El tratamiento que les está dando Santos a las justísimas reclamaciones del sector agropecuario ilustra lo que es su política contra el desarrollo de Colombia y sus habitantes.

El gravísimo problema causado por el permanente incumplimiento de los contratos de los servicios de salud se ahonda cada día más. La responsabilidad directa recae en el Gobierno de Santos. Lo que se le solicita es simplemente que se cumplan los contratos. En cualquier país civilizado se caería de su peso que los ciudadanos le exigieran al Estado que cumpla y haga cumplir leyes y contratos, sobre todo si son los atinentes a la salud. En la Colombia santista no.

La política gubernamental ha llevado a que los sueldos de los educadores hayan perdido gran parte de su poder de compra, no sólo frente a la inflación sino ante los ingresos de los demás profesionales, trabajadores y empleados. La exigencia de un aumento salarial para el magisterio es tan justa que desde diversos sectores se insiste en ella. No obstante el Gobierno no da respuesta a las reclamaciones, pero sí hace uso de una abundante demagogia reeleccionista.

Y la evaluación de competencias, que se vende por el gobierno como la panacea universal, es en realidad un refinado mecanismo para impedir que los nuevos maestros asciendan y puedan, en consecuencia, mejorar sus condiciones salariales. La propuesta de suspender la evaluación de competencias y en su lugar establecer un mecanismo que verdaderamente garantice el ascenso es rechazada por el gobierno.

De no modificar su posición el Gobierno de Santos está llevando al sector educativo a la agudización del conflicto. Por lo cual no les puede quedar la menor duda a los maestros de Colombia que deben aprestarse para la lucha. La Junta Nacional votó el paro y se convocó para el 12 de mayo. En esa fecha o antes deberá tomar la decisión de fijar la hora cero.

*Secretario de Relaciones Internacionales de FECODE..

 

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