Nacionales
En Colombia hay un hilo invisible que une a la educación con la desigualdad
Por Roberto Bermejo C. / Las 2 Orillas
Mientras miles de personas sudan hasta la última gota para el rebusque, un pequeño porcentaje acumula riquezas inimaginables.
La desigualdad es una realidad con la que día a día hay una lucha constante. Miles de personas en Colombia y al rededor del mundo mueren de hambre o sudan hasta la última gota para conseguir con qué suplir sus necesidades básicas, mientras un pequeño porcentaje de la población acumula continuamente riquezas en proporciones inimaginables.
Por Roberto Bermejo C. / Las 2 Orillas
Mientras miles de personas sudan hasta la última gota para el rebusque, un pequeño porcentaje acumula riquezas inimaginables.
La desigualdad es una realidad con la que día a día hay una lucha constante. Miles de personas en Colombia y al rededor del mundo mueren de hambre o sudan hasta la última gota para conseguir con qué suplir sus necesidades básicas, mientras un pequeño porcentaje de la población acumula continuamente riquezas en proporciones inimaginables.
Según un estudio de la CEPAL, la desigualdad en la distribución del ingreso está asociada con el nivel educativo de los padres. Esto implica que para evitar el ciclo generacional de reproducción de la desigualdad, se requiere de un esfuerzo intenso en materia educativa para las generaciones jóvenes. En este sentido, Branko Milanovic, integrante del grupo de investigación del Banco Mundial, explica que en estos tiempos donde el capital humano es más escaso que las máquinas, la educación generalizada es la clave del crecimiento y al mismo tiempo logra reducir la brecha entre mano de obra calificada y no calificada.
El autor del libro “El Capital en el siglo XXI”, Thomas Piketty señaló que el 20% del ingreso de Colombia está en manos del 1% de la población. Además, según cifras del Banco Mundial, Colombia se encuentra en segundo lugar en niveles de desigualdad en Latinoamérica, apenas por debajo de Honduras, a pesar de que el PIB de nuestro país está 74 puestos por encima de los hondureños. Es decir que Colombia es el país más desigual entre los países latinoamericanos de ingresos medios y altos.
Un estudio del Banco Mundial, indicó que en Colombia el 10% de la población más rica del país gana cuatro veces más que el 40% más pobre. A pesar de que la pobreza ha caído desde 2002 en adelante, la desigualdad se mantiene constante.
Ahora bien, si miramos los datos de desigualdad de ingresos por departamento ofrecidos por el DANE, nos damos cuenta que si bien muchos presentaron mejoras, los departamentos con la mayor desigualdad, medida por el coeficiente de Gini en donde 0 es total igualdad y 1 total desigualdad, fueron Chocó con 0,598, y La Guajira con 0,551, que precisamente son los que más problemas en términos de educación tienen.
Por ejemplo, en 2014 Chocó ocupó el último lugar entre los 32 departamentos con solo un 8% de estudiantes en los puestos 1 a 400 en el examen de Estado. En La Guajira la situación no es distinta; en el 2014, el Diario del Norte publicó un artículo donde se afirmó que ese departamento ocupa el primer lugar en analfabetismo y el último lugar en calidad educativa y competitividad.
Siguiendo con la relación educación-desigualdad, mientras en Colombia la tasa neta de educación primaria está en 87,7%, en Ecuador y Argentina se ubican en 97% y 99% respectivamente, según datos de la CEPAL. En cuanto a la educación secundaria, Colombia sólo alcanza a cubrir el 73.8%, en contraposición de la situación en Ecuador y Argentina; el primero supera el 83% y segunda roza el 90%. Esas cifras demuestran que entre mejor es la cobertura en educación, menores son las desigualdades. Muestra de ello son los coeficientes de Gini de Ecuador y Argentina que están por debajo del 0,5 (0,45 y 0,42), mientras el de Colombia es de 0,54.
Con respecto a esta problemática, el exrector de la Universidad de los Andes, Carlos Angulo, afirmó que se requiere una respuesta efectiva con una cobertura a la educación que rose el 100%. Además, que sea de calidad y pertinente a lo largo de la vida. “En la escalera de la educación, que comienza con la enseñanza preescolar y llega hasta la universitaria, todos los peldaños son importantes y las deficiencias iniciales naturalmente afectan el desempeño de las personas en los siguientes niveles. La educación técnica y tecnológica es fundamental en la adaptación de la fuerza laboral al entorno, y debe ser fortalecida y apoyada por el Gobierno y el sector privado”. Al mismo tiempo, señaló que Colombia necesita más y mejores instituciones técnicas y tecnológicas que trabajen mancomunadamente con el sector productivo para formar la fuerza laboral que requiere el nuevo entorno.
Las 2 Orillas, Bogotá.