Nacional
“En México no se sabe qué es peor: el PAN o el PRI, porque a la sociedad la misma medicina neoliberal le han dado”
Por Fernando Arellano Ortiz
Entrevista con José Irán Moreno, secretario de relaciones internacionales del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Ante el descalabro político tanto del Partido Revolucionario Institucional (PRI) hoy en el poder con Enrique Peña Nieto, como del Partido Acción Nacional (PAN), cuyos gobiernos han devastado social y económicamente a México mediante la aplicación a fondo de políticas neoliberales que han convertido prácticamente a la gran nación azteca en un apéndice del imperio estadounidense, la izquierda no obstante su fraccionamiento tiene amplias posibilidades de lograr un buen posicionamiento electoral para disputarle el poder federal a estas colectividades de derecha.
Por Fernando Arellano Ortiz
Entrevista con José Irán Moreno, secretario de relaciones internacionales del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Ante el descalabro político tanto del Partido Revolucionario Institucional (PRI) hoy en el poder con Enrique Peña Nieto, como del Partido Acción Nacional (PAN), cuyos gobiernos han devastado social y económicamente a México mediante la aplicación a fondo de políticas neoliberales que han convertido prácticamente a la gran nación azteca en un apéndice del imperio estadounidense, la izquierda no obstante su fraccionamiento tiene amplias posibilidades de lograr un buen posicionamiento electoral para disputarle el poder federal a estas colectividades de derecha.
Así lo considera el secretario de Relaciones Internacionales del Partido de la Revolución Democrática (PRD), José Irán Moreno Santos. Todo dependerá, obviamente, de la capacidad que tenga la izquierda en su conjunto de concretar una amplia convergencia para las elecciones de 2018 y de la depuración del corrupto sistema electoral mexicano que ya en dos oportunidades le ha birlado la Presidencia a dos candidatos alternativos: Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Andrés Manuel López Obrador.
Moreno Santos, del izquierdista PRD, participó como panelista en el seminario internacional organizado por el Foro de Sao Paulo para analizar los avances del proceso de paz en Colombia que se realizó recientemente en Bogotá, y lo invitamos a dialogar para que explicara el entramado de la compleja política mexicana, hoy secuestrada por dos partidos de derecha, aunque frente a su agotamiento político y su fracaso gubernamental, los sectores de izquierda pueden capitalizarlo para darle un vuelco a la conducción de esta importante nación, localizada entre norte y Centroamérica, para reivindicar el legado de quienes protagonizaron la histórica revolución de comienzos del siglo XX.
Entre neoliberalismo y los errores de la izquierda
- Entre los dos partidos de derecha de México, el PRI y el PAN, prácticamente han convertido a la gran nación azteca en un apéndice económico y político de Estados Unidos. ¿Comparte esa apreciación?
- Sí la comparto. Creo que con el gobierno del PAN se afianzó lo que desde 1994 se empezó a gestar con la entrada de México al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), impulsado por Carlos Salinas (presidente del PRI entre 1988 y 1994). Con la llegada del gobierno del PAN, la derecha en lugar de buscar alternativas de desarrollo y de comercio diferentes encontró que el juguete era atractivo y mantuvo la política económica y de vinculación militar y comercial con Estados Unidos. En los últimos 20 o 30 años el avance de la derecha en México ha generado unas consecuencias difíciles para la izquierda porque prácticamente le ha robado las elecciones presidenciales por lo menos en dos oportunidades.
- ¿Esa circunstancia ha llevado a que la derecha mexicana haya prácticamente que acorralado a la izquierda y ésta haya terminado fragmentada?
- No, no solamente es el proyecto neoliberal que se ha impuesto en el país. Hay que reconocer también que la izquierda ha cometido errores. Si bien hemos sido los principales protagonistas de la transición democrática en México, la obtención de una serie de derechos que con la lucha del PRD, de la izquierda progresista, los movimientos sociales hemos logrado en estos 26 años, hay que reconocer que también se han cometido errores. Errores de magnitud que hoy nos tienen parcialmente divididos a una izquierda con una idiosincrasia caudillista que se sumó a una izquierda nacionalista revolucionaria que se desprende del PRI, con poca cultura democrática, con poco debate ideológico, con pocas definiciones colectivas, que fue delineando un perfil del PRD como un partido que si bien es de izquierda junto con sectores progresistas, a su interior tenía una carga política muy fuerte de quienes lo fundaron como Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez. Es así que se puede explicar porqué en el PRD en estos 26 años solo hemos tenido dos candidatos a la Presidencia de la República. Uno, el fundador principal de PRD, el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, quien aportó grandes transformaciones al país, que incluso se convirtió en el primer alcalde de la Ciudad de México y le sucedió Andrés Manuel López Obrador, quien fue nuestro segundo candidato presidencial.
- Coincidencialmente a ambos les roban las elecciones. A Cárdenas le hacen fraude a favor de Salinas de Gortari en 1988 y posteriormente le arrebatan el poder a López Obrador en unos comicios espurios en los que termina “ganando” Felipe Calderón en 2006. Sino trágico para los candidatos del PRD…
- Efectivamente. Pero uno de ellos convoca a la unidad de la izquierda que es Cuauhtémoc Cárdenas. En 1988 después de haberle robado la elección Carlos Salinas de Gortari, el ingeniero Cárdenas convoca a la formación de un partido de izquierda que es el PRD, a una confluencia de las izquierdas en un solo partido político a fin de transformar la vida económica, política y social del país y también optar por la vía electoral al gobierno nacional.
- ¿Y Andrés Manuel López Obrador no asume una actitud unitaria?
- Andrés Manuel al perder la elección no convoca a las fuerzas políticas a la suma sino que al verse que le han robado los comicios actúa de manera unilateral y personal. Se limita solo a invitar a la izquierda a que acompañe sus planteamientos, sus visiones y sus actitudes. Ello se va a reflejar en su segunda candidatura presidencial en 2012 cuando se presentan diferencias de conducción política entre el PRD y Andrés Manuel López Obrador. Diferencias en qué sentido, en que ya el PRD estaba en una dinámica de institucionalizar sus normas, de adoptar sus reglas, de tomar decisiones colectivas, y a Andrés Manuel eso no le gustaba. Por eso después del 2006 decide formar un movimiento que se llama de Regeneración Nacional, Morena. Desde el primer momento cuando decide ser presidente legítimo, actuar con un gabinete sombra no incluye a ningún prdista. Había intelectuales, gente de su equipo político que lo azuzaba a actuar de esa manera. En el 2012 habiendo la posibilidad de que pudiéramos llevar un candidato que fue jefe de gobierno en la ciudad, que estaba arriba en las encuestas, que podía atraer a un polo del sector social medio y medio alto, él decidió imponer su decisión de ir no en representación del PRD, sino competir a través del Partido de los Trabajadores (PT) que había construido durante los últimos 6 años. En aras de la unidad de la izquierda el PRD encabezado por el compañero Jesús Zambrano determina que no obstante las diferencias, vamos a respaldar la candidatura presidencial de Andrés Manuel. De esta manera el entonces jefe de gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard del PRD decide declinar su candidatura e impulsar a Andrés Manuel y con el movimiento social, que a pesar de tener diferencias con él decidió acompañarlo porque era quien representaba la unidad de la izquierda. El movimiento emergente Yo soy 132 decidió ir a la contienda electoral con Andrés Manuel. Y sí perdimos por 6 puntos fue en gran medida por su actitud de desdén a la estructura partidista, de desdén al movimiento social y a la falta de diálogo de parte de su parte con algunos sectores que podían haber influido de manera importante en la contienda electoral. Eso llevó a que en las elecciones no llegáramos más que a un acercamiento con Peña Nieto del 6% de diferencia y de manera inmediata Andrés Manuel en lugar de convocar y convertirse en el líder de la oposición, en el referente nacional, decide de manera unilateral empezar a hacer la gestión para que el órgano electoral reconociera a su organización, el Movimiento de Regeneración Nacional.
- Sin embargo en este momento registra muy bien en las encuestas…
- En este momento Andrés Manuel es un personaje que ante la diversidad de candidatos que tiene el PRD, está por encima de muchos de ellos. Es un personaje que ha recorrido el país, que lo sigue recorriendo, hoy es presidente de Morena que tiene una endeble estructura partidaria.
- ¿Cómo explicar el acuerdo por México que suscribe el PRD con el gobierno de derecha de Peña Nieto?
- Lo entendemos de la siguiente forma y así lo hemos expresado al interior del partido. Nosotros cuando vamos a un acuerdo con el gobierno federal, no fue un acuerdo unilateral de la dirección del partido, fue un acuerdo que se buscó consensuar con los principales liderazgos del PRD, incluyendo a Andrés Manuel López Obrador, Cuauhtémoc Cárdenas, al entonces jefe de gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard, y a los grupos políticos en acercamiento. Cuando se le presenta la agenda del acuerdo a Andrés Manuel la revisa y nos dice, en una reunión en la que participe, que es un plan de izquierda. Si esta agenda me la hubiera presentado Enrique Peña Nieto se la firmo, nos dijo, pero el gran problema es que me la están presentando ustedes y yo no voy a un acuerdo de esas características, agregó. Los que estábamos ahí reunidos que éramos los principales delegados nos quedamos sorprendidos de esa actitud porque él reconoció en un primer momento que era una agenda de izquierda.
- ¿Y qué contemplaba esa agenda fundamentalmente?
- Esa agenda contemplaba una reforma político electoral que tenía como eje fundamental el cambio de régimen político, qué quiere decir esto: que le apostábamos por restarle poderes al ejecutivo federal y otorgarle una mayor participación al poder legislativo. Particularmente le quitábamos los poderes supranacionales al Presidente, creábamos una figura de jefe de gabinete que fuera el resultado del acuerdo de las fuerzas políticas en el Congreso. La propuesta consistía en que el jefe de gabinete en coordinación con el Presidente de la Republica hicieran el gabinete, el cual se ponía a consideración del Congreso y los funcionarios del gobierno fueran aprobados por las dos terceras partes, que además pudieran ser destituibles en caso de que no cumplieran con sus funciones.
- Eso es en política, ¿en materia económica qué contemplaba?
- En materia económica lo que el PRD planteó en ese acuerdo era que en términos de gravámenes los más ricos pagaran y que fuera proporcional al impuesto sobre la renta. Implicaba no aplicar impuestos a alimentos y medicinas, además se aplicaría un impuesto a las transacciones internacionales de las empresas. Cerrar todos los recovecos legales para que las empresas no dejaran de pagar sus impuestos o que no los evadieran y que lo que se recaudara más lo que pudiera llegar por concepto del petróleo, se fueran a impulsar la economía interna, los programas de desarrollo social, los proyectos para jóvenes, para madres solteras, para adultos mayores y tener un banco crédito tanto rural como empresarial, que tuviera recursos para incentivar. Esa era la propuesta en términos económicos. Otro de los elementos que contemplaba el proyecto era reducir el presupuesto público de los partidos políticos. Le cerrábamos la llave a todos los partidos para que compraran tiempos en radio, televisión, que el órgano electoral fuera el que determinara los espacios en función de los resultados electorales y se abría la posibilidad a candidaturas ciudadanas y al referéndum revocatorio del Presidente de la República a la mitad de su periodo que es de seis, es decir, a los tres años.
- ¿Y qué pasó?
- Andrés Manuel no lo aceptó y un sector del partido decidió acompañar esas reformas, decirle al gobierno federal vamos a un acuerdo con estas características.
- ¿El gobierno de Peña Nieto que dijo?
- Aceptó y fue por eso que se suscribió el pacto. De las 160 reformas que ahí se impulsaban, que tenían que ver con el campo, con la salud, solamente en 98% se aplicaron. Hoy no te puedes explicar la mediana fortaleza económica del Estado después de haber privatizado Petróleos Mexicanos y no obtener recursos provenientes del crudo. Hoy te explicas la economía en función de esa reforma que se dio gracias al acuerdo.
- ¿O sea, el 98% del pacto se ha cumplido?
- No, no el 98% de las reformas de 160 que logramos implementaren el marco del pacto. Buscamos cambiar de régimen político, se cambió el sistema electoral, se tienen más recursos por el tema de la reforma hacendaria, hoy se implementan una serie de política económicas que permiten que los pequeños y medianos empresarios puedan tener créditos, etc.
- ¿Qué fue lo que rompió el pacto?
- Lo que rompió el acuerdo fue la reforma energética, una reforma energética que no venía contemplada en el Pacto por México.
- La privatización de Pemex….
- Sí, la privatización de Pemex y de la Comisión Federal de Electricidad.
- ¿En qué año se rompió el pacto?
- Se rompió el pacto en 2013, al año exactamente de haberse suscrito. Y en un año logramos hacer alrededor de 99 reformas estructurales desde nuestro punto de vista estratégicas que permitían por lo menos tratar de evitar que la economía se cayera, impedir que los cuerpos de policía siguieran siendo penetrados por el crimen organizado, que el sistema de inteligencia nacional dejara de espiar a opositores y que realmente fungiera como un órgano de inteligencia para la seguridad nacional, que el órgano electoral de verdad fuera un órgano imparcial. Ahora, bajo qué lógica lo planteamos, lo hicimos teniendo en cuenta de que el país al llegar Peña Nieto a la Presidencia, alrededor del 58% del territorio nacional estaba tocado por el crimen organizado y se cambiara la estrategia de combate, que se considerara por lo menos debatir el tema de la legalización de las drogas, que cambiara el régimen de policías municipales a un mando único.
- ¿Eso se ha logrado?
- Se ha logrado parcialmente porque en las grandes reformas que nosotros hicimos a nivel constitucional que fueron los grandes avances, a nivel de la ley reglamentaria, la derecha y un sector de PRI que no compartió el pacto, no estuvo en las negociaciones del mismo, y que actualmente lidera este partido, se opuso y empieza a poner trabas en las leyes secundarias. Hoy todavía esa reforma del mando único la hemos hecho constitucional pero el PRI se ha opuesto. Esa gran reforma constitucional que hicimos en materia económica el PRI ha logrado descafeinarla y aunque se avanzó en el 99% no ha permitido que las grandes empresas paguen un impuesto al fisco mexicano por sus transacciones internacionales. Incluso el PAN nos ha acompañado en estas grandes reformas pero después del proceso electoral de los tres años no hemos logrado ir más allá porque el PRI tiene una mayoría en el Congreso con sus aliados.
- Hoy en México, no obstante estas reformas importantes, no se sabe qué es peor, si el PAN o el PRI…
- Hoy no se sabe si es peor el PAN o el PRI, eso es sin duda. La sociedad está más confundida que antes porque se ha dado cuenta que tanto el PRI como el PAN la misma medicina le dieron. Nosotros en qué condiciones estamos como izquierda. Por lo menos hoy las encuestas a la izquierda en su conjunto nos dan el 28% y me refiero a la izquierda en su conjunto: PRD 15%, 16%, Morena con 8 o 9%, Movimiento Ciudadano con 6% y el PT con 3%, más o menos así anda la cosa.
- ¿Después de dos gobiernos del PAN y el sexenio de Enrique Peña Nieto la derecha termina muy desgastada o la maquinaria les permite ser competitiva electoralmente?
- Totalmente. Lo único que tiene en este momento el PAN para competir en el 2018 es la esposa de Felipe Calderón. Y la esposa de Felipe, Margarita Zavala, a pesar de que es una política destacada y que tiene su propia historia, la señora trae el lastre del marido y es del Opus Dei. Además trae encima más de 100.000 muertos que dejó como herencia el gobierno de Calderón. El PRI esta partido en dos: uno, el grupo político del presidente Enrique Peña Nieto; y dos, el que disputan cada uno por su lado, César Camacho Quiroz y Manlio Fabio Beltrones que ha aspirado por lo menos en los últimos dos sexenios a ser candidato. Va a haber un choque al interior del PRI que romperá sin duda la dinámica propia de este partido. Todo esto ha generado que hoy Enrique Peña Nieto y su gobierno tengan los índices más bajos de popularidad que ha tenido un presidente tanto del PRI como del PAN incluyendo a Felipe Calderón. Entonces las condiciones en este momento son propicias para que la izquierda pueda capitalizar la posibilidad de tener un posicionamiento importante.