Aun cuando ya no está con nosotros, un saludo a Claudia López, con toda mi admiración. Y una pequeña reflexión. Ella ha causado un impacto bien notable en la política nacional y entre sus virtudes, quiero resaltar una, el valor civil. Les llamo la atención en este aspecto particularmente a los jóvenes: nada, absolutamente nada que valga la pena en la historia de la Humanidad se ha logrado sin el valor de quienes fueron capaces de desbrozar el progreso de la humanidad. Y esa es una virtud que tiene Claudia.
Saludo también muy especial a Álvaro Argote, nuestro presidente, y a Gustavo Triana, secretario. A los dos, presidente y secretario del Polo Democrático Alternativo, claves, muy claves, lo sabemos los polistas, para que hoy podamos estar como estamos aquí, manteniendo la política y la línea que le definimos a este Partido cuando lo creamos hace unos años.
Un saludo muy especial a los demás dirigentes nacionales y regionales del Polo Democrático Alternativo y a la bancada del Polo en el Congreso. Uno de mis orgullos es tener una bancada como esta que nos enorgullece en el Congreso.
También un saludo muy especial a todos aquellos que van a ser candidatos al Senado y a la Cámara y que se van a echar al hombro un esfuerzo sin duda bien complicado. A todos, todos los polistas y las polistas, mis saludos muy especiales. Y a quienes no sean del Polo y estén aquí con nosotros, también un agradecimiento muy especial.
Y saludar a Juan Manuel Ospina, que va a ser el coordinador nacional de esta campaña. Porque por sus méritos lo va a ser y también porque ahí le enviamos un mensaje de unidad, de convergencia, a todos los colombianos. Va a ser con esa unidad y con esa convergencia como vamos a ganar las elecciones el próximo año.
Quienes han gobernado a Colombia son expertos en presentar como ciertos hechos que no lo son. O en coger pedacitos de verdad y convertirlos en verdad general, en la verdad total. Y una de las mentiras que con más éxito han adobado es presentarla como si fuera un país en donde las cosas funcionaran bastante bien. Y a duras penas reconocen algunos aspectos que no funcionan, pero en general, se proponen reelegirse, reelegir sus políticas, a los mismos con las mismas, porque afirman o insinúan que Colombia funciona bastante bien. Ese es nuestro primer debate con ellos y una de las razones de la creación del Polo: nosotros no creemos eso. Nosotros creemos que Colombia funciona muy por debajo de su potencialidad y que las grandes fuerzas de este país están aún por desatarse para ser capaces de resolver de verdad los problemas nacionales.
Veámoslo en detalle. Pregunto yo, ¿les funciona de verdad el país a los sectores populares, víctimas de todo tipo de carencias, víctimas del desempleo, la pobreza, la miseria, y de todo tipo de sufrimientos? Colombia no le funciona bien de verdad ni siquiera a la clase media, una clase media que sin duda no está tan mal como los sectores populares, pero que está acosada. Una clase media que vive en la incertidumbre, porque sabe que pende de un hilo y que cualquier situación puede cortar ese hilo y precipitarla a ella también en las tragedias de la pobreza y la miseria.
Tampoco les va bien como debería ser, quién lo creyera, en un país de economía de mercado, a los propios empresarios. Ni siquiera a ellos, porque están amenazados de muchas maneras, y arruinados incluso, por las malas políticas con que se nos gobierna.
Sufren también los jóvenes de tantas maneras, y, lo primero, por falta de oportunidades. Sufren los estudiantes por no lograr acceder a la educación superior y además por la mala calidad de muchas instituciones educativas. Y sufren los educadores, tanto tan maltratados, maltratados sicológicamente, zaheridos, agredidos de manera sistemática, simplemente porque no tragan entero y son capaces de expresar sus verdades, y también porque cumplen con su deber.
Y qué decir la suerte de los campesinos y de los indígenas, de entrada padeciendo por una política que reemplaza la producción de su agro por las importaciones de productos agrícolas y pecuarios extranjeros.
También le va mal al empleo, siendo esta la primera necesidad de las personas y las familias. Para hablar de hechos notorios, lo normal en Colombia es ir del desempleo al rebusque y a los malos empleos. Y qué tal los problemas de la salud, en un país donde la gente se enferma y se muere de males que la medicina sabe curar. Sufren también los médicos y las enfermeras y todo el personal de la salud, por todo tipo de maltratos. Y sufren las clínicas privadas y la red pública hospitalaria, todas víctimas del matoneo de las EPS.
Tampoco funciona ni siquiera la seguridad ciudadana. Se ha vuelto un verdadero suplicio para nuestros compatriotas, particularmente los sectores populares, ver cómo pierden sus pequeños bienes o cómo son maltratados de tantas maneras.
Sufren los colombianos por las pensiones, porque como no hay empleo suficiente ni cómo debería ser, son muy pocos los que logran pensionarse. Y los que sí lo consiguen, lo hacen con pensiones muy bajas. Y como si fuera poco, sufren también porque son víctimas de unos pagos en salud que no deberían darse.
Y hay que ver cómo se maltrata a quienes luchan por los derechos. A los trabajadores les niegan el elemental derecho de crear sus organizaciones sindicales y quieren acabar con las consultas ciudadanas que han tenido que ganarse a pulso en todos los rincones de Colombia. Y hay que ver cómo se reprime, con mucha frecuencia en forma brutal, a quienes reclaman y a quienes protestan.
Tampoco funciona la banca en beneficio de los colombianos, como debería ser. Porque en general funciona única y exclusivamente en beneficio de unos cuantos banqueros.
Maltratan también las empresas de servicios públicos a la ciudadanía. Abusan de las tarifas e imponen la mala calidad del servicio. Hay que ver la tragedia del pueblo costeño con Electricaribe. Son empresas que además le hacen daño al crecimiento económico.
Y hay algo que funciona muy mal en Colombia y que me irrita particularmente. Son todas las formas de maltrato a las mujeres, a los indígenas y los negros, maltratos también a la comunidad LGBTI, por el simple hecho de ser como son. Hasta los asesinan en no pocos casos. Y se maltrata también, esta es una sociedad enferma, a los niños por ser niños y a los ancianos por ser ancianos. Y hay que cómo sufren los enfermos de males crónicos y sus familias. Hay toda una cultura de discriminación.
Mención aparte merece otro fenómeno del que nadie puede enorgullecerse, y es la corrupción. Corrupción que no es de manzanas podridas o de ovejas descarriadas, no, aquí lo que tenemos, como han dicho los especialistas, es un sistema que genera la corrupción y la alimenta, originado en un acuerdo de los días del Frente Nacional, hace 60 años, en el que las élites de aquellas épocas, el liberalismo y el conservatismo, acordaron a punta de corrupción, de clientelismo, derrotar a la oposición e impedir que Colombia pudiera adelantar las transformaciones democráticas que ya en esos días necesitaba, un clientelismo que no es otra cosa que el asalto a los bienes públicos para imponerse en los comicios y poder gobernar de la peor manera.El caso de Odebrecht está a la vista. Todos ellos están en la fotografía, todos sin excepción. Tres campañas presidenciales financiadas por una organización de ingeniería que es más una asociación para delinquir. ¿Y por qué se vinieron a Colombia? Porque saben que aquí hay terreno abonado para la corrupción trasnacional. Y se nos dice que el problema lo va a resolver el señor Fiscal General de la Nación, nada menos que el abogado y el asesor de los propios investigados por esos actos de corrupción, tanto en lo que tiene que ver con los intereses extranjeros como con los intereses nacionales.
En fin, nada en Colombia funciona como debería funcionar. Exceptuando, claro, la belleza de su territorio, la belleza de nuestro país, la riqueza, y por supuesto, las inmensas cualidades de la nación colombiana, que nos ponen como ejemplo en el mundo de pueblo de gente creativa, trabajadora y luchadora.
Un día en un debate le pregunté a un ministro: doctor, dígame por favor, sin hablarme de la belleza de nuestro territorio ni de las calidades de nuestra gente, dígame de qué podemos sentirnos de verdad orgullosos los colombianos en el concierto internacional. Se quedó mudo, como una tapia. Todavía estoy esperando la respuesta.
Y es esta realidad, esta verdad que estoy expresando aquí, la que explica la razón de ser del Polo Democrático Alternativo, porque nosotros nos creamos para cambiar ese orden inicuo de cosas, porque no nos gusta la mediocridad, porque no nos gusta el atraso del país, porque no nos gustan las tantas cosas horribles que suceden en Colombia.
Y las cosas están empeorando. Quién esté atento a los medios de comunicación y oiga a quienes han mandado en Colombia, a ellos mismos, habrán oído su gran preocupación porque las cosas se están agravando de distintas maneras. Y se están agravando además porque el modelo económico y social no funciona, pero también porque ellos mismos se niegan a modificarlo porque les sirve a algunos peces gordos de la economía nacional y extranjera. Fueron capaces de dilapidar una de las más grandes bonanzas mineras que se conozca, y hoy estamos con déficit fiscal y déficit en las cuentas exteriores, en una situación de endeudamiento supremamente grande.
Y se van a empeorar las cosas por otra razón. Porque la decisión oficial, como se lo planteé al ministro de Hacienda en un debate en el Senado de la República, es “resolver” la crisis con más pobreza, trasladándoles a las gentes sencillas una carga mayor de sufrimientos. Es la eterna “solución” que ellos les dan a todos los problemas nacionales.
Y por qué tantas desgracias. Es la pregunta del millón. ¿Cuál es la causa de que estemos como estamos? Las causas y los causantes son conocidos de sobra, de autos, podríamos decir. Aquí no estamos ante un castigo sobrenatural por algún mal comportamiento de algún antepasado. No. Aquí estamos como estamos porque por acción o por omisión, es decir, por lo que han hecho o por lo que no han hecho y por la alcahuetería, han terminado destruyendo este país con las desgracias en las que estamos sumidos.
Es una explicación simple. Son los que nos han gobernado quienes tienen sometida a Colombia a estas circunstancias. Ellos, los mismos, han controlado el gobierno nacional todo el tiempo, por lo menos en el último siglo. Y en las administraciones locales y departamentales han detentado el poder por lo menos en el 99.99 por ciento del tiempo. Y han controlado la Justicia y la Contraloría y la Procuraduría y han controlado la Fiscalía. Lo han controlado todo. Luego no tienen cómo evadir la responsabilidad por las tragedias que padece la sociedad colombiana. Aquí sí que cabe la idea de que han mandado los mismos desde siempre. Y es a ellos a los que les cabe la responsabilidad total por las dificultades y problemas que padece la nación, tan graves hoy que pueden terminar llevándola a un callejón sin salida.
Circula por internet una fotografía que me gusta mencionar en la que aparecen los abuelos de Juan Manuel Santos y Germán Vargas Lleras, en 1940, cuando el uno era Presidente de la República y el otro era su ministro. Es como una pesadilla que se repite sin cesar. El caso de Santos ministro es también emblemático: fue ministro de Cesar Gaviria, fue ministro de Andrés Pastrana, fue ministro de Álvaro Uribe. Y yo pregunto: ¿no son los mismos? Me podría quedar aquí la noche entera contando anécdotas para probarlo. ¿No eligieron primero los uribistas a Ordoñez y después lo reeligieron los santistas? ¿No son los presidentes colombianos algo así como vitalicios? Gobiernan de la peor manera. O dejan las cosas mal o las agravan, y, sin embargo, salen en las campañas electorales a imponer otra vez con su vieja burocracia para que los mismos sigan manejando a Colombia y sigan haciéndonos daño a los colombianos.
Suelo contar este chiste. En el Congreso se preguntan qué es un santista. Y la respuesta entre los congresistas es que un santista suele ser un ex uribista. Esa es la historia, la realidad de Colombia en la que estamos.
Y su principal defecto es exactamente el que nosotros no tenemos. Es que ellos con viveza lograron separar su suerte personal de la suerte de la nación. Es gente a la que le va bien aun cuando al país le vaya mal. Es gente a la que le va mejor cuando al país le va peor. Y les importa un pepino la suerte del prójimo, la suerte de los colombianos.
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Qué hacer entonces frente a estas realidades. Ellos nos invitan a hacer parte de sus combos. Nos dicen que Colombia no tiene arreglo. Me dicen, senador Robledo, para qué se pone en estas cosas, véngase más bien con nosotros, que aquí algo de mermelada le toca. Pero nosotros los del Polo, cuando nacimos, nacimos diciéndoles que no, que no estamos interesados en compadrazgos con ellos. Y diciéndoles que nosotros vamos a seguir luchando, porque además estamos convencidos de que Colombia sí tiene arreglo, sí puede ser un gran país, sí puede salir adelante.
Y porque además no somos iguales a ellos. Es la otra baratija que andan vendiendo, la de que todos los políticos son iguales. Mienten. El Polo Democrático Alternativo no es igual a los mismos que han manejado a Colombia. Y tan no somos iguales a ellos, que nuestro primer y principal propósito desde que nacimos y todavía ahora es vencerlos y destronarlos de la jefatura del Estado y quitarles las mayorías en el Congreso de la República.
Cómo lograrlo. Con nuestros aportes, por supuesto. Pero además con los aportes de la gran Convergencia Nacional que decidimos constituir desde diciembre del año pasado, por decisión de la Junta Nacional del Polo. Una gran unidad, una gran convergencia, tan grande como nunca jamás se haya siquiera soñado en este país, una convergencia tan grande que sea capaz de vencerlos a pesar de sus truculencias. Y una convergencia que sea capaz de defender al gobierno que vamos a instaurar, porque estemos seguros de que lo vamos a tener que defender de los mismos con las mismas.
Una unidad tan amplia que en cuanto a sus sectores sociales sea capaz de representar los puntos de vista, obvio, de los sectores populares, urbanos y rurales. Ahí tenemos fijada con toda seriedad y desde siempre nuestras mayores preocupaciones, por las razones que he explicado. Pero también una convergencia en la que caben con toda tranquilidad las clases medias colombianas tan maltratadas de tantas maneras. Y caben también, y lo proclamo a los cuatro vientos, todos los empresarios que en este país quieran contribuir de verdad con el progreso nacional.
Una unidad y una convergencia que a lo que apunta es a que más personas puedan participar del progreso. Una convergencia que no apunta a nacionalizar la economía, como lo propalan las calumnias de los mentirosos profesionales que azotan al país. Una convergencia que promueve la idea de que la fuerza debe ser monopolio del Estado, de un estado democrático y garantista, por supuesto. Y una unidad que establece con toda precisión que no seremos satélites ni correveidiles de ningún centro de poder extranjero. Cuenten, mis queridos compatriotas, que esta es la posición del Polo Democrático Alternativo.
Y si en lo social, como lo acabo de mencionar, la unidad es así de amplia, en lo político ni se diga. Ya ven lo que estamos haciendo y con todo entusiasmo, esto que hemos llamado la Coalición por Colombia, el inicio de acuerdo que planteamos el lunes pasado, con la Alianza Verde y con su candidata presidencial Claudia López, con Compromiso Ciudadano y con su candidato presidencial Sergio Fajardo. En eso vamos en serio. Es de verdad que estamos en eso. Y en eso están Jorge Enrique Robledo y el Polo Democrático Alternativo.
Pero no termina ahí. Esta segunda parte es importantísima a desarrollar. Bienvenido cualquier colombiano a unirse con nosotros. Los que no votaron por nadie en la elección pasada, son bienvenidos. Los que votaron Liberal, Conservador, U, Cambio Radical, Centro Democrático, también pueden estar con nosotros, en el entendido de que este no es un proyecto para afianzar el continuismo de quienes ya nos han gobernado, en el entendido por supuesto de que esta es una propuesta ni-ni, ni con los unos ni con los otros de los mismos con las mismas. Esas élites no caben en este proyecto. Pero toda la ciudadanía sí: bienvenida a este proyecto de transformación democrática de Colombia. Porque, repito, vamos a ser la unidad que nunca siquiera se había soñado en Colombia.
Esa unidad empezó por el Polo. No era posible que el Polo impulsara esta política si no estábamos unidos nosotros mismos. Y aquí con nosotros está toda la bancada del Polo en el Congreso. Y aquí con nosotros están los concejales y los diputados. Y aquí con nosotros están los dirigentes regionales de todos los sectores del Polo. Y aquí están también los nuevos sectores que se están acercando al Polo, porque ven que este es un proyecto con posibilidades enormes de crecer y desarrollarse en la vida de Colombia. Y aquí estamos todos luego de derrotar la agresión de la que hemos sido víctimas en todos estos años del gobierno santista que se dedicó a dividir al Polo para llevarlo a su redil.
Mi querido Carlos Gaviria, mi querido Carlos Gaviria, ¡aquí tiene a su Polo! ¡No nos dejamos desnaturalizar! Aquí está el Partido suyo que no pierde el rumbo, que no se va detrás de aleteos ni de quimeras, que no escoge entre el Sida y la Hepatitis B como solución para los problemas de Colombia. Aquí está el Polo, esto sí que me enorgullece, el Polo que respalda las luchas ciudadanas. Y por eso caminamos con el Magisterio de Colombia en su paro pasado. Y estuvimos con el paro de Buenaventura y con la lucha de Quibdó. Y con todas las luchas democráticas y civilizadas que los ambientalistas y demás sectores adelantan por el progreso de Colombia.
En la Coalición por Colombia estamos en este proceso de unidad. Aquí estamos todos dentro de ese proyecto. Les digo a Claudia López y a Sergio Fajardo, cuenten Claudia y Sergio, cuenten la Alianza Verde y Compromiso Ciudadano que este Partido, el Polo Democrático Alternativo, con toda su jefatura, su presidente y este candidato, el senador Jorge Enrique Robledo, actuaremos con toda cordialidad y fraternidad en este proceso de unidad en el que estamos empeñados. Cuenten con que seremos leales a lo acordado. Y cuenten, como lo dije el lunes pasado en el Capitolio, que estaremos en este proyecto cualquiera sea el puesto que las determinaciones democráticas nos confíen. Estas son particularmente lecciones, se lo digo a los jóvenes, lecciones de vida. Quien no tenga palabra se equivoca en materia gravísima en los asuntos de la vida política del país.
Dos grandes propósitos. El primero, elegir una gran bancada. Reelegir a los compañeros que ya han estado allí y lo han hecho supremamente bien. Es un orgullo, sin duda, porque es una bancada respetabilísima, lo reconocen hasta nuestros contradictores. Pero también elegir refuerzos de gran peso, como estoy seguro de que lo vamos a hacer. Ese es entonces un primer esfuerzo, elegir una gran bancada para las corporaciones, Senado y Cámara.
Y vamos también a ganar la Presidencia de la República de Colombia. Y la vamos a ganar porque el país se ha declarado mamado, mamado de los mismos con las mismas. Una señora un día en un ascensor me dijo, mamados, no, senador, ¡remamados! Y los cambios en los países aparecen cuando la gente se declara en rebeldía contra un orden inicuo como el que estamos padeciendo.
Precisamente por eso estamos diciendo con nuestras consignas: ahora les toca a los colombianos.
Imagínense ustedes, amigos y amigas, cómo sería Colombia si fuera gobernada, no para unos cuantos logreros, sino para el progreso de sus hijos. A dónde podríamos llegar con la riqueza de nuestro pueblo y de nuestra geografía. Imagínense que tuviéramos un gobierno que fuera capaz de establecer como su consigna principal gobernar con la idea de que el sol brille para todos, de que otra Colombia sí es posible.
Ganada la Presidencia de la República, porque soy optimista de que así va a ser, expreso los compromisos que hago de cara ante el país.
A mi gobierno le toca derrotar a los corruptos. En mi gobierno habrá lucha sin cuartel contra los corruptos. Cero rabo de paja. Cero dependencia con nada que tenga ver con las corruptelas. Y eso nos da el poder y la autoridad para ir a fondo en ese problema. Y además, vamos a hacer un equipo de lucha anticorrupción con los muchos catones que en Colombia son ejemplo de probidad y de hacer las cosas como deben ser. Y ellos van a librar una inmensa batalla en todos los niveles, pero yo, Jorge Enrique Robledo, como Jefe del Estado colombiano, será la cabeza de ese equipo y estaré encima de todas sus decisiones para asegurarnos de que vamos a modificar las cosas como queremos.
En mi gobierno, le toca al empleo decente. La promoción de unas políticas que nos permitirán crear desde el gobierno miles y miles de empleos. La promoción de que se pueda crear más riqueza tanto en la industria como en el agro como en todas partes, para que la creación de riqueza sea también la base del empleo decente por el que estamos luchando.
En mi gobierno le toca a la paz. A la paz que logramos con la lucha, cuyos acuerdos se cumplirán en mi jefatura del Estado. Y le toca también a la paz con los otros sectores políticos con los que se están buscando acuerdos que ojalá terminen con éxito.
En mi gobierno le toca a la seguridad ciudadana. Para que a las personas no las roben ni las maltraten en cada esquina. Para que los sectores populares, particularmente, salgan de ese infierno que padecen.
En mi gobierno le toca a la salud. No más EPS. No más EPS. No más abusos contra los pacientes. No más abusos contra los médicos y las enfermeras y el personal de la salud. No más abusos contra la red pública hospitalaria y contra las clínicas privadas, también agredidas de muchas maneras y que son fundamento de un buen sistema de salud.
En mi gobierno le toca al medio ambiente y al agua. No más mala minería ni más daños al medio ambiente. Y sí muchos cuidados con la naturaleza.
En mi gobierno le toca a la juventud y a la educación pública. En mi gobierno habrá educación privada, pero no será un gobierno privatizador de la educación, porque sé las diferencias entre la una y la otra. Nos inspiraremos por la idea de que la educación debe ser universal, es decir para todos; de alta calidad; gratuita, para que pueda ser para todos; y pagada por el Estado, que es el único que puede pagarla.
A los que están en el programa de los llamados ser pilo paga les digo que los compromisos adquiridos por el Estado se preservarán y se cumplirá cada acuerdo que haya sido hecho. Pero también le digo a Colombia, vamos a desmontar ese programa, los recursos públicos se irán a respaldar la educación de todos los colombianos y a respaldar la educación pública. Y el Icetex sufrirá una profundísima reestructuración.
Y a las maestras y a los maestros les digo que como mínimo para ellos, en mi gobierno, se lo garantiza a ustedes un profesor que ha estado en el oficio 26 años, se cumplirán a ciencia cierta todos los acuerdos que Fecode ha hecho con el gobierno en función del último paro.
En este nuevo país también les toca a los que luchan por los derechos laborales. En mi gobierno se cumplirán la Constitución y la Ley que garantizan los derechos laborales hoy conculcados. Y Colombia dejará de ser el paraíso de la tercerización laboral, calculada para impedir que las cosas funcionen de la mejor manera.
En mi gobierno les toca a los taxistas y a los camioneros. A los taxistas les digo, propietarios y conductores, que nadie podrá operar en ese sector sin cumplir con las leyes de la República, y en especial si se trata de compañías extranjeras. En el transporte de carga no se promoverá más el monopolio, como lo ha venido haciendo el neoliberalismo en todos estos años. Defenderemos la presencia en ese sector de los pequeños y medianos camioneros. Soy un convencido de la defensa de la clase media empresarial. Este es un país de economía de mercado y en eso estamos. Pero en economía de mercado hay una que es la que se predica, la del capitalismo más salvaje, la del imperio principalmente de las trasnacionales y del monopolio. Pues no. En mi gobierno habrá diversidad y estarán las grandes empresas, pero haremos un énfasis en la actividad de la clase media empresarial. Y concertaremos con todos los sectores involucrados, en mi gobierno concertaremos, en el caso del transporte, un sistema adecuado, correcto, de seguridad social.
Y le toca también a la banca mejorar su caminado. Está bien que hagan sus negocios, no es eso lo que está en discusión. Pero la banca debe ponerse al servicio de las gentes comunes y corrientes y del progreso de Colombia.
En mi gobierno les toca a los usuarios de las empresas de servicios públicos, a todos los usuarios. No se nacionalizarán las empresas, pero no habrá nuevas privatizaciones. El doctor Peñalosa no tendrá un amigo en el gobierno de Jorge Enrique Robledo. Y todos los análisis de mi oficina me dicen que vamos a poder reducir las tarifas de los servicios públicos.
En mi gobierno les toca a la pequeña y a la mediana minería, satanizadas de tantas maneras. Este gobierno mío será un gobierno democrático de verdad, con la idea de que el sol brille para todos, pero para todos todos, particularmente los más débiles.
En mi gobierno les toca a las mujeres y a los negros y a los indígenas y los LGBTI y a todos los demás sectores discriminados y agredidos por esta sociedad enferma. Como mínimo vamos a hacer que durante los cuatro años de mi Presidencia hagamos la campaña de educación, de persuasión ideológica más grande que nunca se haya hecho, porque entre otras cosas nunca se ha hecho, para convencer a los colombianos de que además de los avances de ley que ya se han logrado en relación con estos sectores, hay que cambiar la manera de pensar, hay que transformar nuestras mentes. El hogar no puede ser un sitio de violencia, como opera con tanta frecuencia en Colombia. Y nadie puede ser maltratado por nadie por ninguna de las condiciones que le son propias.
En mi gobierno les toca a unas relaciones armónicas con todos los países. Lo que quiere decir que las relaciones exteriores se fundamentarán en la soberanía nacional, en el respeto mutuo y en los intercambios con beneficio recíproco, que dicho en lenguaje corriente es: vamos a renegociar los TLC.
Vamos a gobernar así, porque este país sí tiene arreglo, porque este país sí puede ser grande, porque vamos a hacer de Colombia una tierra donde el sol brille para todos. Y porque en mi Presidencia le toca a Colombia. Con el respaldo de ustedes, de todos ustedes, estoy absolutamente seguro de que así será.