Nacional
Esquilmando y despellejando
Por Eudoro Álvarez Cohecha
No le gustó el paro de Fecode, al funcionario de 6 gobiernos anteriores, señor Silva Lujan porque “Mientras eso ocurría, millones de niños quedaron sometidos a perder sus meriendas escolares, que para la mayoría son el único alimento del día; fueron expuestos a innumerables peligros al tener que quedarse solos en casa, y perdieron horas irrecuperables de estudio” y el gobierno cedió en sus “pretensiones” y se va lanza en ristre contra las Dignidades porque estuvieron al frente de los reclamos campesinos, labor en la que persisten, ahora coordinados nacionalmente.
Por Eudoro Álvarez Cohecha
No le gustó el paro de Fecode, al funcionario de 6 gobiernos anteriores, señor Silva Lujan porque “Mientras eso ocurría, millones de niños quedaron sometidos a perder sus meriendas escolares, que para la mayoría son el único alimento del día; fueron expuestos a innumerables peligros al tener que quedarse solos en casa, y perdieron horas irrecuperables de estudio” y el gobierno cedió en sus “pretensiones” y se va lanza en ristre contra las Dignidades porque estuvieron al frente de los reclamos campesinos, labor en la que persisten, ahora coordinados nacionalmente.
Se rompe las vestiduras porque esa mismas Dignidades se aprestan a encabezar nuevamente, ante los incumplimientos del gobierno, los reclamos de diferentes sectores de la producción agraria nacional, agobiados por la inminencia de ruina en que los ha puesto la misma política oficial que el señor Silva, desde su cómoda trinchera en “El Tiempo”, no se toma el trabajo de examinar.
Al agricultor endeudado a causa de la política gubernamental, que está a punto de perder su casa, su finca y sus demás instrumentos de trabajo, qué alternativa tiene, después de esperar a que se reglamente, para paliar su situación, una ley luego de un año de expedida? O al lechero que apuradamente sobrevive y le dejan de comprar su producto porque los industriales está “enlechados” por las importaciones provenientes de los TLC? O al cafetero que ve cómo el precio de la carga de su cosecha se desvaloriza semanalmente porque los especuladores del mercado internacional deciden jugar a la baja del precio internacional, mientras los insumos que necesita suben como chocolate hirviendo? Qué decirle al cañicultor panelero cuando las importaciones de azúcar y edulcorantes invaden un mercado donde le ofrecen a “precio de huevo” por su producto? O al papicultor que luego de mil dificultades se decide a sembrar y ve con angustia como las importaciones serán factor definitivo en la subvaloración del tubérculo?
Ocurre que los productores se acogen a las orientaciones de las dignidades, apropiándoselas, ante la ineficacia de los gremios y la inoperancia de las vías normales, – reuniones, cartas, entrevistas, acuerdos, sugerencias, mesas de trabajo – se deciden a no morir con la cabeza agachada y a eso se le tilda de “piromanía social” y otros adjetivos a cual más descomedidos e inexactos.
El señor Silva burócrata consentido, desde La presidencia de Virgilio Barco, hasta la actual administración, ha sido partícipe de una política que no tiene la honradez de defender. Asesor de Barco, consejero de César Gaviria y su embajador en Washington, consejero en la OEA con el mismo Gaviria, Gerente de la federación de cafeteros por siete años, comisionado de crisis de Pastrana, Ministro de defensa de Uribe y embajador repitente de Santos en Washington, le han permitido enterarse y ser artífice de muchos laberintos de la política que ahora pretende “pasar de agache” ocultando su autoría.
“La fiebre no está en las sábanas”, el problema es el modelo económico que personajes como Silva Luján han propugnado, implementado y defendido; ahora que se palpan sus consecuencias, se acude al viejo truco: declararse protector de lo que nunca han amparado; o, algo más patético, se horrorizan de sus criaturas.
Villavicenico.