Geopolíticamente, el éxito del proceso de paz de Colombia contribuirá a la estabilidad regional y consolidará integración: Iván Cepeda

Por Fernando Arellano Ortiz
Quito  
 
El proceso de paz de Colombia, cuyas negociaciones se realizan en La Habana entre el gobierno y la insurgencia de las Farc, no tiene reversa, sostuvo el senador del Polo Democrático Alternativo, Iván Cepeda Castro, en el marco del Segundo Encuentro Latinoamericano Progresista 2015 (ELAP), Democracias en Revolución por la Soberanía y Justicia Social que se realiza en Quito, Ecuador, organizado por el movimiento Alianza País del presidente Rafael Correa, entre el 28 y el 30 de septiembre.

El senador Cepeda, invitado en representación del Polo Democrático participó como conferencista en el panel El proceso de paz en Colombia, retos y compromisos, este 28 de septiembre en la Casa de la Cultura Ecuatoriana, conjuntamente con la excongresista Piedad Córdoba y la activista Olga Amparo Sánchez, directora de la Casa de la Mujer.
 
El parlamentario del Polo hizo en Quito un pormenorizado análisis de los avances, dificultades y retos de las negociaciones de La Habana y señaló que pese a los obstáculos que ha puesto la ultraderecha colombiana que lidera el cuestionado expresidente Álvaro Uribe Vélez para sabotear el proceso, este avanza en forma irreversible.
 
Cepeda Castro refirió que el proceso de negociaciones sigue adelante no obstante la guerra de la extrema derecha, la reorganización del paramilitarismo y los estragos que causa en la sociedad colombiana el funesto modelo neoliberal.
 
Dijo que el éxito de las negociaciones de paz en Colombia contribuirá en forma muy positiva al escenario geopolítico latinoamericano tanto en materia de estabilidad regional como en la consolidación del proceso integracionista.
 
Con la concreción de las negociaciones entre el gobierno y las Farc, Colombia tendrá que dejar de ser la plataforma de guerra que exporta militarismo en la región, señaló Cepeda Castro, pues no hay que olvidar que la ultraderecha de este país ha sido partidaria de azuzar los conflictos entre naciones hermanas (basta recordar los incidentes fronterizos con Venezuela y Ecuador durante los ocho años de la tiranía de Uribe Vélez).
 
Cepeda esbozó durante su disertación el contexto histórico del conflicto colombiano. Recordó cómo en la década de los años 60 del siglo pasado se creó a instancias de Estas Unidos, las bandas paramilitares y posteriormente el intervencionismo norteamericano se fue incrementando a través del Plan Colombia y la denominada eufemísticamente lucha contra el terrorismo que dieron lugar a terribles doctrinas de seguridad nacional que generaron masacres, persecución, genocidio y desplazamiento humano, en una estrategia criminal además que ha servido para que este país andino sea un ejemplo de desposesión por acumulación del capital especulativo, como la describe el geógrafo inglés David Harvey. Todo ello, agregó Cepeda, acompañado por la instalación de siete bases militares por parte de Estados Unidos.

Esta plataforma de guerra que ha instalado el Pentágono y el Comando Sur en Colombia ha servido igualmente para que este país ahora preste “asesoría” militar a naciones latinoamericanas con graves expedientes de violación de derechos humanos como México, Paraguay y Honduras y haya sido un factor de respaldo velado a los golpes de Estado que se han dado o se han intentado dar en la región o a la persecución del pueblo mapuche en la Araucanía chilena.
 
Apertura democrática
 
El senador Cepeda se mostró esperanzado en que el proceso de paz signifique para Colombia una oportunidad de apertura democrática a través de una profunda reforma política, tantas veces aplazada, que posibilite que los sectores de izquierda logren mayor protagonismo y se conviertan en verdaderas opciones de poder y de gobierno.
 
Si bien, dijo el congresista del Polo Democrático, el acuerdo de paz no va a implicar el cambio del modelo neoliberal, sí va a constituir una magnífica oportunidad para comenzar a construir democracia y para revertir la situación de inequidad en un país en que el 0.46% de los propietarios posee el 50% de las tierras cultivables, y 38 millones de hectáreas están en manos de ganaderos.
 
Cepeda resaltó el avanece que ha significado el acuerdo sobre justicia transicional y víctimas suscrito el pasado 23 de septiembre en La Habana con presencia del mandatario colombiano y el comandante de las Farc y fue categórico al señalar que la paz será la derrota de la ultraderecha que quiere que en Colombia se profundice la restauración conservadora.
 
Hacia una Asamblea Constituyente
 
Por su parte, la excongresista Piedad Córdoba dijo que uno de los desafíos del posacuerdo será la reconfiguración de las Fuerzas Armadas y de Policía en Colombia y su nuevo rol tanto en el ámbito nacional como internacional.
 
Igualmente señaló que de la finalización de las negociaciones de La Habana, es prioritario convocar una Asamblea Nacional Constituyente con el fin de parir un nuevo país.
 
Finalmente, la activista de género, Gloria Amparo Sánchez resaltó el papel fundamental que ha jugado la mujer en el proceso de paz, habida cuenta que ha sido la gran afectada de este conflicto de más de medio siglo.
 
Puntualizó que es necesario construir una ética de la otredad para lograr convivir con la diferencia, así como trabajar políticamente para que Colombia se articule a América Latina mediante una propuesta basada en la solidaridad.

Quito, Ecuador.