ICBF: ejemplo de corrupción del sector privado

Por José Arlex Arias Arias   

Cuando el gobierno de Colombia firma el Consenso de Washington, los neoliberales se frotaron las manos en señal de que iban por el botín de las empresas del Estado y por el patrimonio de la sociedad. Para justificar la sarta de privatizaciones, nos “vendieron” el cuento de que el Estado era incapaz de administrar por ser corrupto, clientelista y politiquero. Pero resulta que quienes tomaron la decisión de raptarse los recursos del Estado –a través de las privatizaciones– fueron esos mismos politiqueros corruptos, solo que ahora a través de un mecanismo legal. Mucho se ha comentado sobre los negociados que esos neoliberales han hecho con los recursos del Estado en beneficio de potentados: ferrocarriles, puertos, astilleros, minas, servicios públicos, Telecom, bancos, carreteras, aeropuertos, hidroeléctricas, termoeléctricas, cuencas de agua, tierras de colonos y la apropiación del presupuesto de los derechos fundamentales como salud, educación, justicia y seguridad social.

Hacia el año 2000 se inicia la profundización de la privatización de los programas del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, con la aplicación del “Nuevo Paradigma para el ICBF”, que con la engañifa de crear un Sistema Nacional de Bienestar Familiar, integrado por todas las instituciones que tuvieran que ver con la población vulnerable –lo cual es loable–, tenía como verdadero objetivo dejar dichos programas al vaivén de alcaldes, concejales, fundaciones y ONGs, prácticamente separando de su ejecución a los funcionarios misionales, así como a Jardineras, Madres Comunitarias y sus organizaciones sociales y comunales. Dentro de esa táctica, recortaron personal y flexibilizaron los controles, quedando el entramado para la captura del presupuesto anual de $5.2 billones que tiene el ICBF para 2016.

En agosto pasado, la directora del ICBF, Cristina Plazas, dijo: “En materia de protección a niños y adolescentes, el ICBF aumentará la inversión a un billón de pesos aproximadamente, con lo cual se garantizará el acompañamiento en sus proyectos de vida… El espíritu del ICBF es la protección de los niños”. Pues bien, nunca en la historia de este Instituto se había entronizado tanta corrupción: “Definitivamente, Cristina Plazas no entendió ni sabe qué son los niños de Colombia… El ICBF perdió su misión de cuidar la niñez colombiana y se ha convertido en blanco de la corrupción, clientelismo y grandes negocios para poderosos contratistas… La llamada “filantropía empresarial” se ha venido tomando la contratación del ICBF, quedándose con el 73% de la contratación… Existe una silla giratoria donde altos funcionarios del ICBF están al parecer incidiendo en la contratación de fundaciones a las que pertenecieron o que crearon para obtener contratos”, afirmó el congresista Alexander López, del Polo Democrático Alternativo, durante el debate al que citó a la funcionaria el pasado 12 de abril en la plenaria del Senado. El modelo seduce con la corrupción a un sector vergonzante de la burguesía, con el fin de secuestrar los recursos del Estado. ¡No importa que diariamente mueran cerca de cinco colombianos por desnutrición!

arlexariasarias@yahoo.com

Cartagena de Indias.