Nacional
La herencia maldita
Por Octavio Quintero
El caricaturista, Ignacio Villamil Caicedo, más conocido como “Mil”, resume en su caricatura de El Tiempo de este jueves 26 de noviembre todo lo que podría esperarse de la liquidación de SaludCoop y el traslado de sus 4 millones 600.000 usuarios a Cafesalud, de la misma rosca de la EPS liquidada.
Pinta Mil en su escena a un desvencijado paciente viendo las noticias de la TV, mientras el locutor dice: “Nos informan que con la liquidación de SaludCoop no se van a alterar los servicios a sus usuarios”, y el nieto que está detrás le advierte: “Abuelo, te los van a seguir negando”.
Por Octavio Quintero
El caricaturista, Ignacio Villamil Caicedo, más conocido como “Mil”, resume en su caricatura de El Tiempo de este jueves 26 de noviembre todo lo que podría esperarse de la liquidación de SaludCoop y el traslado de sus 4 millones 600.000 usuarios a Cafesalud, de la misma rosca de la EPS liquidada.
Pinta Mil en su escena a un desvencijado paciente viendo las noticias de la TV, mientras el locutor dice: “Nos informan que con la liquidación de SaludCoop no se van a alterar los servicios a sus usuarios”, y el nieto que está detrás le advierte: “Abuelo, te los van a seguir negando”.
Otro síntoma del pesimismo que envuelve la rimbombante liquidación, es el resultado del sondeo que hace Yamid al final de sus cotidianos reportajes en CM& en el que más del 90 por ciento de las personas, supuesta afiliadas a SaludCoop, se opusieron al traslado que se les decreta a Cafesalud.
Entre paréntesis, ¿por qué se les obliga a los usuarios, una población de 4,6 millones (el 50 por ciento de lo que se necesita en Colombia para elegir Presidente), que voluntariamente estaban afiliados a SaludCoop y voluntariamente podían, según la ley, cambiar de EPS, por qué se le obliga (se repite) a pasarse a Cafesalud? ¿No debió hacerse de antemano una encuesta o sondeo a ver qué opinaban?
Sería un milagro que esos afiliados a la extinta EPS estén siendo cabalmente atendidos en estos momentos, y no tienen ninguna garantía de que en manos de una EPS más pequeña y con los mismos problemas financieros, o peores, de la recién liquidada, que era como la ‘Cosa Nostra’ de la mafia que domina el modelo de salud, vayan a tener alguna ventaja de su paso a Cafesalud. En eso se equivoca hasta el ingenioso caricaturista porque, no es que los servicios de salud se los vayan a seguir negando sino que de ahora en adelante tal vez ni siquiera se los reconozcan.
En esta operación de SaludCoop y Cafesalud, en donde quedan involucrados 4,6 millones de afiliados y, se nos pasaba por alto, más de 3.000 empleados sí que cabe como anillo al dedo el dicho ese que dice: “peor el remiendo que la enfermedad”. No pasarán muchas semanas sin que los afectados, usuarios y trabajadores, desearan haber quedado siquiera como estaban.
Hay más preguntas que respuestas en esta operación de rescate, no sabemos de qué, pero digámosle así. Se prevé que la liquidación de la EPS tomará al menos dos años (ello quiera decir que por lo menos serán cuatro). No solo a los usuarios y trabajadores los invade el pesimismo… También los acreedores, hospitales y clínicas, se preguntan quién les va a responder por la cuantiosa deuda, más de 1,6 billones, que tenía SaludCoop con ellos… Si no pagó el capo, menos los cipayos, se dirán.
Y a todas éstas, la liquidación de SaludCoop, ¿liquida también las investigaciones, sobre todo las de tipo penal, que tenía abiertas? ¿El fiscal qué dice? Porque él debe saber mucho del asunto, no en balde fue el asesor estrella de la administración Palacino, de cuya chequera recibió jugosos honorarios.
Pero, dejemos esto en punta. Como en punta queda también lo de SaludCoop y Cafesalud y en punta queda todo el sistema de salud, un modelo que el gobierno está obligado a mantener porque hace parte del sistema corporativo que gobierna a Colombia. Todo esto no obedece más que a la socorrida y magistral frase de Lampedusa en el Gato Pardo: … “que todo cambie para que todo siga igual”.