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Nacional

La ignorancia es atrevida

Por Eudoro Álvarez Cohecha  

En las últimas de cambio y cuando expiraba la legislación del 2014, el santismo en firme coincidencia con el uribismo, en una sociedad que confirma sus afinidades en lo fundamental, aprobaron a “pupitrazo limpio” el TLC con Corea y la Alianza Pacifico, tratados que dan golpes certeros a la industria y el agro nacionales, apuntalando una política de libre comercio que ya ha causado enormes lesiones al aparato productivo nacional.

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Por Eudoro Álvarez Cohecha  

En las últimas de cambio y cuando expiraba la legislación del 2014, el santismo en firme coincidencia con el uribismo, en una sociedad que confirma sus afinidades en lo fundamental, aprobaron a “pupitrazo limpio” el TLC con Corea y la Alianza Pacifico, tratados que dan golpes certeros a la industria y el agro nacionales, apuntalando una política de libre comercio que ya ha causado enormes lesiones al aparato productivo nacional.

Con el mayor cinismo, la ministra actual de comercio y anterior de vías, sale a defender lo indefensable: el TLC que el gobierno arrió a punta de mermelada en el Congreso de la República.

Trascurridos 25 años de libre comercio desde que don César Gaviria nos invitó al “Bienvenidos al futuro”, lapso durante el cual en vez de los ríos de leche y miel prometidos, se produjo, con golpes cada vez más significativos, el mayor desastre de la agricultura y de la industria nacional de la historia desde la independencia de España.

Como si los colombianos no tuviéramos memoria, se recurre a los mismos argumentos con que se ha justificado el fracaso de una política que luego de cinco quinquenios de haber sido lanzada, no pasa por un estricto proceso de evaluación o mejor resulta ampliamente “rajada”. Repite la locuaz ministra que “a estos sectores los vamos a respaldar con inversiones en infraestructura (ya se sabe cómo es eso: verbigracia. La carretera Cajamarca-La línea-Calarcá, verdadero monumento a la ineficiencia, la desidia y la corrupción, en cuya solución poco hizo la promesera funcionaria) y apoyo a la innovación”… solo bla…bla… bla… del mismo con que han engañado a la nación.

Pero como la intención es otra, paralelo se aprobó la Alianza Pacífica. Después de la cual, se atreverán a seguir hablando de las posibilidades del arroz, el maíz, la soya, el algodón, en un mercado en que nos irá “como los perros en misa”

Con el señuelo de unas ventas millonarias en dólares, que el país asiático invierte para abastecer de alimentos a su población, se le da un duro golpe a la industria, entre otros de autopartes y de fabricación y ensamble de vehículos que se desarrolla dentro del territorio nacional. Carne, leche, hortalizas, banano, palma de aceite, pollo, flores y café… olvidó incluir lo de siempre: las uchuvas… son los productos con los que se equilibrará, según ella, el desplome industrial. Mientras tanto, el empleo, aún con el afeite de la estadística sigue en barrena y lo que ha resultado de esta política es solo la disminución del empleo real y el aumento del rebusque, el cual se atreven a calificar de muestrario del espíritu empresarial.

En la región, resultante neto de estos acuerdos será la profundización de la crisis arrocera, maicera, soyera, palmera, platanera, y frijolera, que por cuenta de los bajos precios de los productos importados o contrabandeados, se tiene que soportar, además, con crisis sanitarias insolutas, fruto del desbarrancadero en que han convertido los aparatos de investigación rural.

Olvida la despistada ministra que para competir por un mercado de las proporciones del coreano, en donde concurren pesos pesados de la agricultura y la ganadería mundiales, se requieren años de inversión en factores de competitividad que en el caso colombiano son solo una suma de retórica y corrupción descarados, como el escandaloso caso de Agro Ingreso Seguro (AIS), por el cual un exministro de agricultura, otrora también rimbombante defensor de la política de libre comercio, es hoy prófugo de la justicia colombiana.

A todas estas, lo parlamentarios metenses, disciplinados en las bancadas dirigidas por la ministra y el ex candidato del uribismo, votaron junticas, sin mayor análisis, motivadas seguramente por la mermelada que ciertamente fue abundante y la disciplina del “opositor” con que se quiere ”meter gato por liebre” a los colombianos.

Villavicencio.

 

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