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LA OBRA SUPREMA DE KARL MARX. EL CAPITAL. CRÍTICA DE LA ECONOMÍA POLÍTICA

POR HERNÁN A. ORTIZ RIVAS

Si se pregunta por la obra de mayor importancia e influencia en la Edad Contemporánea, la respuesta puede ser: El Capital. Crítica de la Economía Política de KARL MARX, no obstante que un mundo edificado sobre sus bases teóricas se vino al suelo, hace pocos lustros, en casi la totalidad de naciones, donde se había establecido el llamado “‘socialismo real”, porque tal edificación se hizo alejada de todas las enseñanzas de MARX. Esa respuesta la dan millones de personas no sólo procedentes del actual campo socialista, sino de las que viven en todas partes del planeta tierra,

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POR HERNÁN A. ORTIZ RIVAS

Si se pregunta por la obra de mayor importancia e influencia en la Edad Contemporánea, la respuesta puede ser: El Capital. Crítica de la Economía Política de KARL MARX, no obstante que un mundo edificado sobre sus bases teóricas se vino al suelo, hace pocos lustros, en casi la totalidad de naciones, donde se había establecido el llamado “‘socialismo real”, porque tal edificación se hizo alejada de todas las enseñanzas de MARX. Esa respuesta la dan millones de personas no sólo procedentes del actual campo socialista, sino de las que viven en todas partes del planeta tierra,

en la lucha revolucionaria o como estudiosas de ésta obra monumental.

El Capital es un texto voluminoso, producto de largos años de investigación de MARX, en su casa o en la sala de lectura del Museo Británico, es casi ilegible por la dificultad de temas y problemas planteados en sus libros, programados para cuatro gruesos tomos, de los cuales, sólo uno se publicó en vida de su autor, en 1867, tres lustros antes de su muerte, el libro II y el III, estuvieron a cargo de ENGELS, y el IV Teoría de la Plusvalía, lo editó KAUTSKY, libro que no se incluye en las ediciones de El Capital, sino por aparte; sin duda, el estudio más cuidadoso debe focalizarse en el Libro I, donde se encuentra la exposición más depurada y corregida, por el propio MARX, siendo la más difícil de los cuatro libros.

El Capital, repetimos, no es obra de fácil estudio, por el estilo de su autor, el método de investigación, y los temas abordados, cuando se superan las dificultades que provocan los capítulos primeros muy abstractos y de lenguaje a veces áspero, el Libro I va penetrando al fondo del capitalismo, en medio de referencias a escritores grecolatinos en sus lenguas originales, a la historia, la filosofía, la literatura, el arte, la política, naturalmente la economía, los cuadros estadísticos, los ejemplos numéricos, contables, financieros. Como es bien sabido, el objetivo sustancial de la obra es el capitalismo de la sociedad moderna; pero, MARX quiere que también sea una herramienta básica del proletariado en su lucha revolucionaria contra éste modo de producción con el fin de eliminarlo y de construir el socialismo, aspiración válida en la teoría de realización difícil en los combates populares; en todo caso, El Capital, desde su aparición sigue iluminando la búsqueda de una nueva sociedad de libres e iguales, que tarde o temprano tiene que implantarse en la humanidad.

Según los datos disponibles, MARX se dedicó al estudio de textos económicos al comenzar la segunda mitad del siglo XIX, elaborando infinidad de notas y escritos que culminarían con la edición de El Capital, Libro I, en 1867, esto significa que el marco histórico de la obra pertenece al período de expansión del capitalismo europeo que comenzó en 1850 y se prolongó hasta bien entrado el decenio de 1870, en ese periodo se produjo una restauración de los gobiernos autoritarios que siguieron a la derrota de los movimientos revolucionarios de 1848 y 1849 e igualmente en estos tiempos hubo un avance creciente de la física, la química, la biología, la etnología y otras ciencias naturales, influidas por las doctrinas evolucionistas y las visiones del progreso social. El ambiente, pues, era propicio para las grandes obras del siglo XIX, entre las cuales se ubica con mucha altura El Capital.

El ambiente de prosperidad económica del capitalismo no pudo disfrutarlo MARX ni su familia, solamente se benefició de los avances culturales, porque su vida y la de los suyos estuvo rodeada por muchas privaciones, sufrimientos, enfermedades, pobreza, que se mitigaba parcialmente por la ayuda de su noble y gran amigo ENGELS, con el “subsidio de guerra”, como lo llamaba. Así salió al mundo el primer Libro de El Capital, en una edición de mil ejemplares, en momentos que su autor tenía 49 años. En carta a SIGFRIED MEYER, de 30 de abril de 1867, le decía MARX que El Capital es “el trabajo al cual he sacrificado mi salud, mi felicidad en la vida y mi familia”. Son ciertas las afirmaciones de MARX, su penuria había llegado hasta tener que empeñar su reloj y la ropa, sus enfermedades como la hipertrofia del hígado, dolores de cabeza, insomnio crónico, reumatismo lo ponen con un pie en la tumba, como le escribe a ENGELS; en otra carta le dice: “espero que la burguesía tenga motivos mientras vía para recordar mis forúnculos”. Día a día, mes a mes, año tras año, salía MARX de su casa, enfermo, pobre, al Museo Británico a estudiar libros y más libros sobre el capitalismo. ENGELS desesperaba por la aparición del libro, “el día que el manuscrito vaya a la imprenta, escribía, pescaré una gloriosa borrachera”, mientras que MARX confesaba que su obra era una “pesadilla”.

En El Capital MARX hace un examen de la historia humana, desde sus orígenes y halla una nueva explicación de todos los acontecimientos, de todos los sistemas de gobierno, de todos los cambios en la estructura socioeconómica, de todas las visiones de pensamiento, de cultura, de religión, de ideologías. Se trata de una nueva filosofía de la historia, que rompe con el pasado de las ideas y hace en este campo lo que la obra de DARWIN, hace con las ciencias naturales, una verdadera revolución que sirve, además, de poderosa palanca para los cambios de la sociedad civil y la construcción del futuro de la humanidad: el socialismo, antesala del comunismo.

En carta de MARX a ENGELS, del 20 de febrero de 1866, cuando estaba concluyendo el primer Libro de El Capital, le decía que aún tenía imperfecciones, “pero la composición, la ligazón interna del todo es un triunfo de la ciencia alemana, que muy bien puede reconocer cualquier alemán, ya que ello es mérito suyo; antes bien, es mérito de toda la nación”. A casi siglo y medio de la carta mencionada, el juicio de MARX fue acertado, porque su obra genial de ascendencia germana ha superado con mucho éxito la prueba del tiempo, debido a su actual vigencia, su fuerza plena durante tanto decurso.

El Capital no muestra signo de envejecimiento; por el contrario, su difusión, en los medios académicos y en las luchas revolucionarias aumenta con el paso de los años. Las ideas de MARX, contenidas, en El Capital, afectan a los intereses de millones de personas, de grupos, de clases, de Estados, de toda la humanidad. Esta “longevidad” de El Capital se debe, en primer lugar, al genio de su autor, y al modo de producción allí estudiado.

La herencia cultural de MARX, en la investigación de El Capital es bastante extensa, la integran muchos cuadernos de notas, especialmente sobre economía política, los borradores de su obra ocupan varios tomos, además existe una extensa correspondencia de MARX con ENGELS y otros autores, en torno a los cuatro libros indicados antes. En esta parte, vamos a decir algo ligero sobre cómo trabajaba MARX, no lo relacionado con su método, sino su diario quehacer, en casa o en el Museo Británico, donde examinaba un material inmenso y muy variado de documentos, libros, estadísticas, informes contables, matemáticos, en todos los idiomas de su tiempo y en los antiguos, como el griego o el latín. El Capital, repetimos, no es fruto de unos días, meses o años, se trata de una obra extensa e intensa de mucho trabajo agotador y abnegado que excede los cuatro decenios, iniciados más o menos en 1843 hasta el final de la vida de MARX. Cada descubrimiento teórico que hacia MARX, en su estudio del capitalismo, cada página del texto original que escribía pacientemente, se respaldaba en montañas de libros leídos, montones de notas, resúmenes, correcciones. ENGELS escribía en carta a KAUTSKY, del 18 de septiembre de 1883, después de la muerte de MARX: “En todas las investigaciones científicas que abarcan un campo tan amplio y una materia tan considerable, no es posible producir una auténtica obra sino con base en un estudio que se prolonga muchos años”, como es el caso de El Capital. MARX revisó una cantidad muy grande de material histórico de Francia, Inglaterra, Estados Unidos, Italia, Suecia, varias regiones del oriente, junto al mencionado material histórico, analizó con mucha profundidad las obras de filósofos, literatos, políticos, artistas, historiadores de toda Europa. Las notas de lectura de estas obras correspondientes al año 1843, contenidas en cinco cuadernos, denominadas Cuadernos de Kreuznach, a las cuales MARX puso un índice, destacando el tema: “La propiedad y sus consecuencias”, dedicado al feudalismo y su influencia la estructura clasista y política de la sociedad humana. Por esos tiempos, ENGELS publicó su célebre Esbozo de Crítica de la economía política y la Situación de la clase obrera en Inglaterra, obras que abrieron el camino a MARX para sus estudios del capitalismo, como reconoció en más de una oportunidad.

Sin duda, repetimos, El Capital es uno de los libros más importantes de la humanidad, como reconoce la Unesco, en reciente declaración, porque no se trata únicamente de una nueva y científica teoría económica, que estudia el capitalismo de su tiempo con proyección a todos los momentos de su desarrollo, incluidos los actuales, sino que, además, contiene una profunda visión de la sociedad civil, el Estado y sus aparatos ideológicos, que sirve como guía cultural y herramienta de las luchas populares encaminadas a la construcción del socialismo, como bien lo evidencia su implantación en varios países, así se hubiese derrumbado su edificación en lamentables hechos históricos, antes recordados. Aquí ni siquiera vamos a esbozar los planteamientos sustanciales de El Capital, solamente trazamos de manera muy esquemática, los temas estudiados en la formidable obra.

El Libro Primero de El Capital, subtitulado: El proceso de producción del Capital, comprende siete secciones, a partir de la mercancía y el dinero, la transformación del dinero en capital, la producción de la plusvalía absoluta, la producción de la plusvalía relativa, la producción de ambas, el salario y el proceso de acumulación del capital; El Libro Segundo, El Proceso de Circulación del Capital, abarca tres secciones, a saber: la metamorfosis del capital y sus ciclos, la rotación del capital y la reproducción y circulación del capital social en conjunto; el Libro Tercero, El Proceso de Producción Capitalista en su Conjunto, contiene siete secciones, así: la transformación de la plusvalía en ganancia y de la cuota de plusvalía en cuota de ganancia, cómo se convierte la ganancia en ganancia media, ley de la tendencia decreciente de la cuota de ganancia, cómo se convierte el capital-mercancías y el capital-dinero en capital mercancías y el capital dinero de comercio (capital comercial), el desdoblamiento de la ganancia en interés y ganancia de empresario. El capital e interés, el desdoblamiento de la ganancia en interés y ganancia de empresario. El capital a interés, cómo se convierte la ganancia extraordinaria en renta del suelo, las rentas y sus fuentes. El Cuarto Libro es una “historia de las doctrinas”, “la parte más fácil de todas”, como dice MARX, se trata de una repetición, “en forma histórica” de la teoría, según expresa el autor, en el Prólogo a la primera edición de El Capital, en sus líneas finales. Como se vió antes, la edición de éste libro estuvo a cargo de KAUTSKY, en Suttgart, desde 1905 a 1910, gracias a él, tenemos en castellano tres gruesos tomos, bajo el título: Historia Crítica de la Teoría de la Plusvalía, donde aparecen reseñadas y criticadas muchas obras de grandes economistas, como ADAM SMITH, DAVID RICARDO, T. R. MALTHUS.

Una lectura simple de los índice de El Capital, en sus cuatro libros citados, puede llevar al lector a decir que está frente a una obra económica; pero, como hemos dicho con insistencia, allí se estudia con mucha profundidad un modo de producción, relacionado con toda la sociedad civil, el Estado, la organización jurídico-política, las clases sociales, las ideologías, del mundo moderno creado por el capitalismo. El Libro Primero de El Capital, propone una investigación de la modernidad burguesa, que todavía vivimos, en medio de sus altibajos, desde su forma elemental, la mercancía, un objeto que encierra muchas complejidades, resabios teológicos y sutilezas metafísicas. Los primeros capítulos de El Capital están dedicados a exponer la teoría del valor, es decir, la naturaleza del intercambio mercantil, la forma pública e ideológica que adopta la economía del capitalismo. Vivimos entre infinitas y continuas compras y ventas. Las mercancías son valores de uso, porque tienen alguna utilidad con independencia de que se intercambien.

En el mercado, las mercancías, adquieren su condición de valor de cambio, que está determinado por el tiempo directo e indirecto que se necesita para producirlas, vale decir, el trabajo es el único aspecto real de todas las mercancías razonablemente universal y cuantificable. La sustancia del valor no es el trabajo cristalizado en una mercancía concreta, sino el trabajo social necesario para su producción, se trata de un trabajo abstracto y simple, por posición al trabajo concreto y cualificado. MARX denuncia lo que llama el “fetichismo de la mercancía”, esto es, el ocultamiento de las relaciones existentes bajo la producción y circulación de mercancías. En seguida se presente la formula capitalista: dinero, mercancía, dinero, mediante la cual, el capitalista actúa en la economía comprando medios de producción -incluida la fuerza de trabajo, para recuperar con beneficio la inversión realizada.

La presencia de la fuerza de trabajo da entrada a la discusión del concepto de plusvalía. Según MARX, sólo el trabajo puede ser la fuente del beneficio del capitalista, ya que sólo el obrero incorpora valor a la mercancía que produce. La exposición de la teoría de la plusvalía se concentra en las secciones segunda, tercera y cuarta, constituye el núcleo de toda su obra, una de las partes sustanciales. En carta a ENGELS, del 24 de agosto de 1867, le dice: “Lo mejor que tiene mi libro es: 1º (y aquí estriba toda la comprensión de los hechos), el doble carácter del trabajo, según se exprese en valor de uso o en valor de cambio, doble carácter que desde el primer capítulo pongo de relieve; 22 el análisis de la plusvalía, independientemente de sus formas específicas, como las ganancias, el interés, la renta del suelo, etc”. El origen de la plusvalía procede de las divergencias entre el valor de uso y el valor de cambio de la fuerza de trabajo.
La plusvalía es la diferencia entre el valor de la fuerza de trabajo y el valor que esa fuerza de trabajo puede crear, diferencia que MARX caracteriza en términos de explotación. “El secreto de la autovaloración del capital, dice MARX, se reduce a que dispone de una cantidad determinada de trabajo ajeno no pagado”. El equivalente del producto suministrado por dicho trabajo es la plusvalía, que es la ley del movimiento económico de la sociedad moderna. Los capitalistas tienen dos vías para incrementar la plusvalía con la extensión de la jornada laboral (plusvalía absoluta) y con la reducción del valor de la fuerza del trabajo (plusvalía relativa). La Última sección del volumen primero se ocupa de la acumulación del capital, allí se estudia la forma social que permite que la plusvalía, de la que patronos se apropian, se convierta en capital. MARX cierra el círculo de su argumentación: la presencia del capital permite a una clase social determinada la explotación de los trabajadores; y esta misma explotación la que da origen a la formación del capital;  pero, este proceso de apropiación no puede continuar indefinidamente. MARX escribe su famosa frase: “Ha sonado la hora de la propiedad capitalista. Los expropiadores son a su vez, expropiados”.

El libro segundo está dedicado, como sabemos, al proceso de circulación del capital. Es muy abstracto, reiterativo, recóndito, refleja que se trata de una obra inacabada, que ENGELS tuvo a su cargo. Una parte del texto se consagra al análisis del capital en sus diversas modalidades y en sus distintos ciclos. Allí se distingue, de un lado, entre el capital industrial, comercial y bancario; y, de otro lado, las formas de capital-dinero, capital productivo y capital-mercancía, distinciones que conducen a explicar las relaciones metamórficas que se establecen entre aquellos capitales a través de sus respectivos ciclos, centrando el foco principal del análisis en el movimiento del capital industrial, porque sus formas cíclicas (dinero-producción- mercancía) son las que organizan el conjunto del proceso de producción y de circulación, permitiendo la obtención del excedente económico y sostienen la dinámica de acumulación del capital.

Enseguida se estudia la rotación del capital, que es el tiempo durante el cual se debe tener desembolsado el capital, para valorizarlo y recobrarlo en la forma originaria. Luego examina la rotación del capital constante y la del capital variable y la plusvalía, deteniéndose en variadas y múltiples precisiones, para llegar al estudio de la reproducción social del capital, es decir, “el entrelazamiento de los capitales individuales”, elaborando los esquemas de funcionamiento referidos a la dinámica de reproducción simple y ampliada del capital. Estas partes de la obra son abstrusas, quizá por su naturaleza muy técnica, llena de ejemplos que no son fáciles de comprender, los cuales, en estos momentos, no revisten mayor importancia.

El libro tercero versa sobre el desarrollo global del capitalismo, según la recomposición de materiales llevados a cabo por ENGELS, para su publicación en octubre de 1894, tiene un aspecto más acabado que el del libro segundo, sin tener la brillantez del libro primero. MARX quiere aproximarse a los fenómenos económicos en la vida cotidiana, no como una oposición general entre trabajo y capital, sino teniendo en cuenta que forman parte no coordinada de una estructura en la que los diferentes capitales compiten entre sí. El texto inicia investigando el significado de la ganancia capitalista, porque si la plusvalía se genera en el proceso de producción, luego, cuando la fase de circulación termina con la venta de la mercancía, el capitalista obtiene una ganancia que es la forma transfigurada de la plusvalía, una forma en la que se oculta y se borra su imagen, el secreto de su existencia “La plusvalía revela la relación existente entre el trabajo y el capital, vale decir, el carácter de las relaciones de producción, la ganancia oculta esas relaciones, haciendo creer que el capital se relaciona consigo mismo, revelándose como fruto de cualidades misteriosas inherentes al propio capital.

El tema esencial del libro tercero es el problema de la transformación de valores en precios. En el libro primero MARX desarrolla su estudio en términos de valores, prestando poca atención a los precios; pero no puede mantenerse que sean los valores los que determinen directamente los precios del mercado. Según la teoría de la plusvalía, si se admite la existencia de composiciones del capital diferentes en las industrias, se puede concluir que la cuota de beneficio será mayor en las industrias en las que la cantidad de trabajo empleado sea proporcionalmente más grande.

Otro tema y problema de interés se relaciona con la ley de la tendencia decreciente en la cuota de beneficio. El sustento de ésta ley se encuentra en el crecimiento de la formación del capital constante, que determina que el porcentaje de participación del trabajo en la producción tienda a disminuir, sin dilucidar la contradicción que surge entre la citada ley y el aumento de la cuota de la plusvalía, debido al crecimiento de la productividad, que la creación del capital originaría.

La naturaleza inacabada de la obra, señalada antes, unida a la procedencia de los fragmentos que la componen se pone al descubierto en los capítulos finales, en los que se vuelve sobre algunos temas ya tratados con anterioridad. En el capítulo postrero LII, MARX iba a estudiar las clases sociales, precisando que ni siquiera en Inglaterra se presentan en estado puro las “tres clases” de la sociedad burguesa: obreros, capitalistas y terratenientes, “dado que existen grados intermedios y de transición que oscurecen las líneas divisorias”. Después de interrogar sobre qué son las clases sociales y cómo se configuran, el manuscrito queda interrumpido…, como puntualiza ENGELS. Después de tantos años de investigación, en medio de grandes dificultades de todo orden, de enormes descubrimientos intelectuales que recorren miles de páginas, cuando MARX llega casi a la parte final, la obra queda inconclusa, abierta a múltiples temas y problemas, sin solucionar.

Como vimos, ENGELS publicó los libros segundo y tercero de El Capital, en vida, no pudo editar el libro cuarto dedicado a Teorías sobre la Plusvalía, que encargó a KARL KAUTSKY para su publicación, él cual fue ayudado en ésta empresa por las hijas de MARX, ELEANOR y LAURA, la edición se hizo entre 1905 a 1910. De éste libro sólo quedaron unos borradores, que el propio MARX había enumerado, de más de mil quinientas páginas, manuscrito que KAUTKSY entregó al archivo del Partido Socialdemócrata de Alemania, en 1920, el cual tuvo sus vicisitudes, por desaparición de algunas páginas, que al parecer fueron recuperadas por los soviéticos en 1936. Esta obra también inconclusa revela la ingente investigación de MARX, sobre la economía de su tiempo, que iba a organizar en forma de libro, sin haberlo logrado; por esto, repetimos, son borradores, cuya lectura no es fácil, debido a su naturaleza misma; además, su adecuada comprensión implica un conocimiento de las obras reseñadas y criticadas, trabajo para especialistas, no sólo en el pensamiento de MARX, sino en la economía política clásica, especialmente de la primera mitad del siglo XIX.

Aquí para ilustración de los lectores, nos limitamos a mencionar los temas tratados por MARX en sus borradores sobre economía política con énfasis en la plusvalía de diferentes autores, a partir de SIR JAMES STEUART, economista escocés, que escribió la primera obra con el título: Principios de Economía Política, en 1767. Enseguida se ocupa de los fisiócratas y algunos de sus predecesores, como WILLIAM PETTY, CH. DAVENANT, DUDLEY NORTH, JOHN LOCKE, DAVID HUME, J. MASSIE, FRANCOIS QUESNAY, A.R.J., TURGOT, citando fragmentos de sus libros y la respectiva crítica de MARX. A continuación los borradores registran de manera más amplia los trabajos económicos de ADAM SMITH, que tiene una gran importancia en la obra de MARX. Esos trabajos ocupan casi todo un tomo, en la traducción de WENSCELAO ROCES, de Historia crítica de la Teoría de la Plusvalía, lo propio ocurre en la traducción de JAVIER PEREZ ROYO, titulada: Teorías sobre la plusvalía, primera parte. Otro tanto sucede con la obra de DAVID RICARDO, analizada en forma muy detallada por MARX; igualmente un formidable precedente de El Capital: el “sistema ricardino” abarca casi todo un voluminoso tomo de la traducción de ROCES, de más de quinientas páginas, donde se reseñan y critican las doctrinas de RICARDO sobre la plusvalía y la ganancia, la renta del suelo, la acumulación del capital y las crisis, las ideas sobre el valor, la maquinaria. La tercera parte, en la edición citada, se titula De Ricardo a la economía vulgar, allí al comienzo MARX analiza varias obras de THOMAS ROBERT MALTHUS, autor que tuvo fama en las primera décadas del siglo XIX, por sus estudios de economía política, algunos criticados por MARX. Sin embargo, su fama mayor provino de una obra que no figura en las reseñas de MARX, su Ensayo sobre la población, donde sostiene que la población aumenta en progresión geométrica, mientras que el incremento de la producción de alimentos se efectúa sólo en progresión aritmética, tesis que MARX considera que “no es de su invención”, tratándose de un “fervor clerical”, lleno de tonterías, crítica que aparece en El Capital, al paso que ENGELS, con anterioridad la califica como “la declaración bélica más franca de la burguesía contra el proletariado” (La situación de la clase obrera en Inglaterra). Entre los autores que contribuyen a la liquidación de la escuela ricardiana, MARX, en sus borradores menciona: ROBERT TORRENS, JAMES MILL, J.R. MACCULLOCH, JOHN STUART MILL, PIERCY RAVENSTONE, THOMAS HODGSKIN, GEORG RAMSAY, CHERBULIEZ, RICHARDO JONES, como “apéndice” figura PROUDHON y LUTERO. Como puede verse de la simple presentación de los autores y sus obras, MARX para escribir su Capital hizo una investigación enorme de todos los libros existentes en su tiempo acerca del modo de producción capitalista, sometiendo a una crítica implacable las ideas que él no compartía, pero reconociendo con mucha honestidad los aportes de esos autores a la teoría científica sobre el capitalismo, que incorpora dando crédito a ellos, a lo largo y ancho de su obra suprema: El Capital. Crítica de la Economía Política, que exaltamos en estas breves y ligeras notas.

 

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