Conecta con nosotros

Nacional

La tabla del 3

Por Mauricio Cabrera Galvis  

Después de varios años de multiplicar con la tabla del 2, los colombianos vamos a tener que aprender a usar la tabla del 3 para convertir los dólares a pesos. Antes para saber cuánto valía una televisión, un reloj o unos zapatos comprados en Miami solo multiplicábamos por 2.000 su precio en dólares; ahora nos toca hacerlo por 3.000 y, por supuesto, todo lo de afuera nos sale mucho más caro.

Publicado

en

Por Mauricio Cabrera Galvis  

Después de varios años de multiplicar con la tabla del 2, los colombianos vamos a tener que aprender a usar la tabla del 3 para convertir los dólares a pesos. Antes para saber cuánto valía una televisión, un reloj o unos zapatos comprados en Miami solo multiplicábamos por 2.000 su precio en dólares; ahora nos toca hacerlo por 3.000 y, por supuesto, todo lo de afuera nos sale mucho más caro.

Sufren con la tabla del 3 los que tiene que comprar materias primas en el exterior, importar una máquina o un tractor, o las empresas que se endeudaron en dólares sin tomar ninguna cobertura; durante años se beneficiaron con tasas de interés mucho más bajas y ahora tienen que pagar por el riesgo que tomaron.

La otra cara de la moneda es que con la tabla del 3 es más barato comprar colombiano y los productores nacionales van a poder vender más tanto en el país como en el exterior, aunque sigue siendo difícil competir con baratijas chinas, o con el contrabando alimentado por el lavado de dólares.

También vuelve a ser más barato ir a pasear a Santa Marta o San Andrés que a Cancún o Aruba y, a pesar de los escandalosos precios de los restaurantes en Bogotá -y ni que decir de Cartagena- para los turistas extranjeros será más asequible visitar destinos en Colombia porque ellos usan la tabla del 3 pero para dividir y les rinden más los dólares.

En el balance son más los beneficiados con la tabla del 3 que los perjudicados, porque mayores ventas de bienes y servicios colombianos significa más generación de empleo: las empresas van a contratar más trabajadores, -o por lo menos dejar de despedirlos como les tocó hacerlo durante los años de revaluación- y más colombianos van a tener ingresos. ¿De qué sirve que los televisores sean más baratos con la tabla del 2 si no se tiene empleo ni ingresos para comprarlos?

Sin embargo hay que evitar lo que los economistas llaman la “ilusión monetaria”. En realidad no son tan grandes ni las ganancias ni las pérdidas producidas con un dólar a $3.000, ni es tan cierto que el precio del dólar haya llegado a su máximo valor histórico cuando lo miramos en términos reales, es decir descontando los efectos de la inflación.

Es cierto que el dólar se cotizó esta semana un poquito por encima del techo que alcanzó el 12 de febrero de 2003, pero hay que recordar que en estos 12 años y 5 meses la inflación ha sido del 67%, es decir que lo que entonces costaba $100 hoy cuesta $167, y si un dólar en esa fecha costaba $2.963, hoy por la inflación debería valer $4.962.

Hasta aquí la comparación es incompleta porque la Tasa de Cambio Real (TCR) toma en cuenta también la inflación de Estados Unidos, que ha sido menor que en Colombia -30.4% en este período. Al descontar este efecto vemos que si para comprar lo que valía un dólar en EE.UU. hace 12 años necesitábamos $2.963, hoy para comprar lo mismo necesitamos $3.805. En términos técnicos se diría que la TCR todavía está revaluada y un 22% por debajo de su máximo histórico.

No se debe sacar la conclusión de que el peso debe devaluarse otro 22% y llegar a $3.800 porque hay muchos otros factores que inciden en el precio del dólar, pero si quiere decir que la tabla del 3 llegó para quedarse y que tenemos que acostumbrarnos a ella.

Continúe leyendo
Click para comentar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *