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“Llegó la hora de la política social de cuarta generación: La creación de empleo”

Desde abajo  

Con la seguridad de que será elegida alcaldesa de Bogotá en octubre próximo, Clara López, proyecta comprensión y sentido político de largo plazo, opina sobre el nuevo POT que deberá aprobar la ciudad, así como sobre educación, juventud, impuestos, salud, región, territorio, y otro cúmulo de temas que esbozan lo sustancial de su política de gobierno a debatir con la ciudadanía en medio de la campaña electoral.

Desde abajo –da–. Toda campaña y todo programa político normalmente tiene un tema central alrededor del cual giran el resto de temáticas, en el caso del Polo Democrático Alternativo, ¿cuál es el gran tema desde el cual estructuran la propuesta por presentar a los bogotanos en la actual campaña electoral?

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Desde abajo  

Con la seguridad de que será elegida alcaldesa de Bogotá en octubre próximo, Clara López, proyecta comprensión y sentido político de largo plazo, opina sobre el nuevo POT que deberá aprobar la ciudad, así como sobre educación, juventud, impuestos, salud, región, territorio, y otro cúmulo de temas que esbozan lo sustancial de su política de gobierno a debatir con la ciudadanía en medio de la campaña electoral.

Desde abajo –da–. Toda campaña y todo programa político normalmente tiene un tema central alrededor del cual giran el resto de temáticas, en el caso del Polo Democrático Alternativo, ¿cuál es el gran tema desde el cual estructuran la propuesta por presentar a los bogotanos en la actual campaña electoral?

Clara López –CL–. Somos conscientes de que en Bogotá se construye, desde el gobierno de Lucho Garzón, un modelo social de ciudad. El 70 por ciento del presupuesto de inversión de la ciudad es inversión social, contamos con enormes avances en salud, educación, alimentación, por lo cual el famoso indicador de pobreza multidimensional cayó del 29 por ciento en el año 2003 a algo así como el 7 por ciento en la actualidad.

Dentro de ese modelo social de ciudad, lo que está a la orden del día –en lo que pudiéramos llamar la cuarta generación de la política social– es el empleo, con énfasis en la inclusión para el trabajo, al emprendimiento, proyectada para 370.000 jóvenes que ni estudian ni trabajan, y que si no adoptamos ya una política pública intensa para ellos, pueden convertirse en una generación perdida, algo totalmente inaceptable para una ciudad como Bogotá.

da. ¿Cuál sería la orientación central o la estrategia principal de esta propuesta?

CL. La estrategia principal tiene que ver con la estructuración de una verdadera política de fomento al desarrollo económico de la ciudad, algo que entró en desuso a nivel nacional desde que entraron las políticas neoliberales, cuando un Ministro de Estado tuvo a bien decir que la mejor política industrial era no tenerla.

da. ¿Cuál sería el proposito de esta política en el largo plazo?

CL. Nos tenemos que orientar a construir en Bogotá una ciudad del conocimiento –tomando como fecha simbólica el año 2038, cuando cumple 500 años de su refundación–, que implica empezar a tomar desde ya acciones concretas para incorporar en su política pública un fuerte respaldo y promoción a la innovación, a la ciencia, a la tecnología; articular el trípode Estado, empresa y academia, a través de una alianza estratégica con varias vertientes, una de ellas, desde luego, la articulación del sistema educativo hacia el reforzamiento de todo lo que tiene que ver con las destrezas y los conocimientos orientados a fomentar tecnología de alto nivel; una política que involucre a la educación media y a los jóvenes en tantas posibilidades que hay en este mundo que se abre camino: información, tecnología y comunicaciones. y, desde luego, desde el punto de vista de la empresa, de políticas firmes de capital semilla para nuevos emprendimientos de nuestros jóvenes de las pequeñas, de las medianas, incluso de las grandes empresas.

da. Una proyección que debe retomar lo ya construido y proyectar metas en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT)…

CL. Así es. Continuar y potenciar lo hasta ahora logrado. Generar el reconocimiento al anillo de innovación en ese eje tan importante de la calle 26 con Laboratorio de Tejidos de la Secretaría de Salud, en todo el trabajo del Parque Tecnológico de la Universidad Nacional, Maloka, Innovo, la Feria Internacional, dentro de un concepto de ciudad para atraer innovadores y personas de altísimos conocimientos.

da. A propósito del POT, valorando su importancia en la proyección que usted nos comenta, pero también el interregno en que se encuentra el presentado por la actual administración de la ciudad, ¿qué haría su administración al respecto?, ¿es posible reformularlo?, ¿será necesario presentar uno nuevo?

CL. A la próxima administración le corresponderá presentar un nuevo POT, y tiene que ser legítimo, tanto por ser legalmente expedido, como porque venga precedido de una discusión y de una participación por parte de todos los sectores ciudadanos en su elaboración y construcción.

da. Presentar un nuevo POT es una oportunidad para actuar con visión de futuro…

CL. Sí. Tenemos diversidad de realidades sobre las cuales intervenir con tal visión. Valga decir que Bogotá no ha tenido fortuna con sus POT, no solamente el suspendido, sino el vigente, que no logró descentralizar la ciudad, y por eso hoy tenemos ese drama tan terrible de todo el empleo productivo de la ciudad, todos los servicios sociales, todas las universidades, inclusive las instalaciones hospitalarias, concentradas en el centro ampliado, y la gente viviendo lejos, en la periferia, lo que demanda enormes cantidades de viajes que son un desperdicio para la ciudad, para la sociedad y para las familias.

da. ¿Qué hacer para romper tal realidad?

CL. Adicional a lo planteado sobre la innovación y la tecnología, debemos prever usos mixtos del territorio a través de planes de renovación que nos permitan descentralizar el empleo, teniendo en cuenta, en todo el proceso de su diseño, la necesidad de juntar vivienda, trabajo, estratos sociales, servicios sociales, ofertas económicas, espacios públicos.

Es interesante que en la próxima administración nos vaya a corresponder ese gran reto de un nuevo POT, porque demográficamente la ciudad también ha sufrido enormes cambios: ya en el centro los colegios no tienen niños para ocuparlos y en la periferia hacen falta instalaciones; con un cambio fundamental: la irrupción de la mujer en la fuerza de trabajo y el hecho de que ya el 30 por ciento de las cabezas de familia son mujeres, además de un envejecimiento de la población, lo que implica un amoblamiento urbano acorde con tales cambios demográficos; construir instalaciones sociales –similares a las existentes para el cuidado de la infancia– cerca de los hogares, tenemos que descentralizar la oferta hospitalaria, todo eso tiene que incorporarlo ese POT, y los planes maestros de la infraestructura sectorial correspondiente, que serán un gran reto para la ciudad.

da. Cada vez que la parte álgida de la campaña electoral se acerca, en los noticieros aparecen con mayor frecuencia los problemas de inseguridad, como queriendo culpar a las últimas administraciones, ¿qué piensa al respecto y cuál sería su propuesta en esa área?

CL. Otros candidatos están promoviendo, al lado de los medios de comunicación, una visión apocalíptica de la seguridad en Bogotá, y también de la movilidad, que son, desde luego, problemas acuciosos que a diario mortifican a la ciudadanía, pero sobre eso quiero decirle que todo tiempo pasado no fue mejor, fue peor

El análisis de las encuestas de ‘Bogotá cómo vamos’, repetidas durante muchos años, me sorprendieron, mire un ejemplo: la estadística de percepción de inseguridad está hoy en día en 48 por ciento, pero en el 2000, hace 15 años, estaba en el 58. Al mirar la tasa de homicidios, y este sí es un dato duro, la disparidad es más fuerte: hoy registra 17 por cada 100.000 habitantes, en aquellos años era de 32. Es claro que está en marcha una política de miedo, quieren cabalgar sobre éste para realizar lo que ellos llaman el “cambio”.

da. De acuerdo a usted, los que auspician tal política ¿qué entienden por cambio?

CL. Su cambio no es para avanzar, es para retroceder. Quieren volver a lo de antes, cuando no había ni siquiera suficientes cupos en los colegios públicos, cuando había que hacer cola porque las instalaciones eran insuficientes, sin la alimentación escolar que tenemos hoy en día. Un estudio realizado por la universidad de Harvard reconoce la calidad de la comida balanceda entregada por las alcaldías de izquierda, producto de la cual los niños, niñas y adolescentes de los colegios distritales han aumentado una talla completa, lo que se refleja en muchas cosas, además de la calidad de vida, por ejemplo, en la capacidad de aprendizaje de los muchachos, lo que ha llevado a un aumento muy grande en su desempeño en las pruebas del Icfes, a tal punto que, si bien en el año 2008, el 17 por ciento de los colegios estaban en el nivel superior o más, el año pasado ya habíamos superado el 60 por ciento.

da. En el tema de movilidad el factor financiero parece ser uno de los más críticos, ¿cómo ve usted ese factor en relación con el metro y los demás programas, así como frente a las necesidades de inversión en otros sectores y con el equilibrio fiscal en términos generales?

CL. Quiero llamar la atención sobre la calidad de las finanzas distritales: Bogotá se distingue desde hace ya varios años por tener calificación Triple A. Cuando fui alcaldesa, a finales de 2011, obtuvimos el grado de inversión que es la prueba ácida de sostenibilidad de finanzas, eso gracias a un manejo muy responsable de la hacienda pública por parte de estos gobiernos que dicen que no sabemos nada de eso, pero la realidad es que la ciudad está preparada, cuenta con muy bajo nivel de endeudamiento, tiene una enorme capacidad financiera y posee una enorme canasta de fuentes de recursos que se tienen que combinar para el cierre financiero.

da. Entonces, en relación con el Metro hay tranquilidad con el tema financiero..

CL. Sí, a mí no me preocupa que la ciudad esté en capacidad de hacerlo, ya que tenemos todas las condiciones que demanda una obra de esa magnitud; en cambio, lo que sí me preocupa, es el silencio sobre cómo hacer compatible ese compromiso financiero con el modelo social de la ciudad, y eso en plata blanca tiene más que ver con la voluntad política que con la capacidad financiera de la ciudad.

da. Esa capacidad financiera, además de contar con el aporte de la Nación, dicen tiene que apoyarse con el capital privado, en eso que llaman Alianza Pública Privada (APP), ¿es así?

CL. Así es. Aquí es muy importante tener en cuenta que todas estas ofertas de APP para construir obras de infraestructura, tienen que realizarse y analizarse con mucho cuidado, esa es una fuente muy seria de financiación para la obra pública que debe considerarse, lo importante no es si se usa o no se usa, sino cómo se usa y garantizar que sea en beneficio de la ciudad en su conjunto; lo que no veo muy factible es que todo pueda hacerse con APP. Porque un poco lo que está en el ambiente es: ‘no hay ningún problema, eso no le cuesta un peso a la ciudad, hagamos las cuatro entradas, hagamos todas las troncales de Transmilenio, y nos queda sobrando para cuanto tema se nos ocurra en el camino’. Pero aquí no puede olvidarse que nada es gratis, siempre alguien paga y si erramos puede pagar muy duramente el bolsillo del ciudadano de a pie o el ciudadano que avanza sobre cuatro ruedas.

da. Algunos afirman que Bogotá perdió su liderazgo en términos de esfuerzo fiscal, ¿qué piensa usted de la estructura fiscal de la ciudad? ¿Es equitativa? ¿Deben aumentarse los impuestos a los que más tienen?

CL. En primer lugar, las finanzas de Bogotá no están desequilibradas, son ejemplo de buen manejo; en segundo lugar, el problema con la estructura impositiva tributaria local, que la establece la ley, es que la componen principalmente impuestos indirectos, que por definición son regresivos. Entonces, es un gran reto convertir el predial en un impuesto de carácter progresivo con el cual a mayor valor de la propiedad mayor la tarifa, y que tenga en cuenta un criterio que ha salido a la luz con este reciente aumento del impuesto predial tan injustificado que se presentó este año y es que en una etapa de valorización de los terrenos –porque se acabó la tierra en Bogotá y hay fenómenos de carácter incluso especulativo–, a la gente que utiliza su predio para el uso de vivienda se le tiene que tener una consideración distinta que a quienes utilizan el predio para fines comerciales.

da. ¿Por qué está diferencia?

CL. Porque no es lo mismo el valor de uso que el valor de cambio. Nosotros podemos mejorar el impuesto predial sin aumentar la carga tributaria, pero sí garantizando que el que más tenga pague más; y podemos tecnificar el Ica, el impuesto de industria y comercio tiene muchos problemas sensibles de carácter técnico, no solamente en su estructura tributaria sino también en su forma de pago, muy engorroso para las empresas, simplificándolo, haciéndolo más amigable…

da. Entonces, ¿quienes habitan esta ciudad están ante la posibilidad de nuevos impuestos?

CL. Lo que está a la orden del día en Bogotá no es aumentar los impuestos, es utilizar las oportunidades que ofrece la valorización y la plusvalía en el suelo urbano, para devolverle a la sociedad parte de ese mayor aumento del precio de los predios que se debe, no a la actividad del dueño, sino a la sociedad en su conjunto. La realidad es que el suelo urbano no puede mirarse solamente como un negocio de finca raíz para los propietarios, sino que es un valor social incrementado no sólo por responsabilidad del titular sino de la sociedad en su conjunto.

da. Seguramente nadie está en desacuerdo con que la ciudad debe redensificarse, pero este es un proceso de mediano y largo plazo, ¿qué hacer mientras tanto cuando la solución por la que ha optado la gente parece ser trasladarse a municipios cercanos? ¿debe crearse una zona metropolitana con ellos?

CL. En primer lugar, Bogotá es tal vez una de las ciudades más densas del continente; en segundo lugar, sí, hay que prever y estimular a través del POT la densificación de la ciudad; se acabó la tierra, no podemos seguir expandiendo hacia afuera, tenemos que echar para arriba y eso desde luego implica un muy cuidadoso proceso de estructuración de normas para estimular de manera adecuada ese proceso de redensificación, con todas las inversiones en materia de servicios públicos y en amoblamiento urbano que esto demanda.

Pero lo planteado en la pregunta es muy cierto, Bogotá tiene que organizarse como bien se empezó a estructurar a través de la Rape, como región. Entonces, es indispensable una institucionalidad con dientes y con capacidad real de regulación de temas tan sensibles como los usos del suelo, donde el POT de Bogotá y de cada una de las ciudades vecinas no sean particulares sino que sea definido como un todo, como región y como territorio, con una institucionalidad diseñada para defender la estructura ecológica principal, no solamente de la ciudad sino de la Sabana de Bogotá.

da. Los poderes corporativos son muy fuertes y van en contravía de los intereses sociales, ¿qué hacer cuando bloquean medidas que favorecen a las mayorías, como fue el intento de regresar a la esfera de lo público la recolección de basuras?, ¿no deben blindarse esas medidas con un fuerte movimiento social para hacerlas sostenibles?

CL. Por convicción y por mandato de mi partido soy una profunda defensora de lo público. Cuando fui alcaldesa, me posesioné cuando, en la víspera, a través de su alcaldesa encargada el Presidente de la República había presentado a consideración del Concejo de la ciudad un proyecto de ley para privatizar la ETB. Bueno, ¿qué hacer? Me pasó algo inédito: todo el entorno de mi apoyo había perdido la fe y todos a una me aconsejaban retirar el proyecto del Concejo, porque no pensaban que uno podía ganar con un buen argumento, demostrando que la ETB debía permanecer en manos públicas, con excepción de ese 10 por ciento que ya está en manos privadas.

Entonces, nos propusimos hacer un amplio debate público con los sectores sociales y el resto de la ciudadanía bogotana, incluidos todos los gremios, hicimos un proceso de divulgación extraordinario, de por qué debía permanecer pública la ETB y ganamos, el proyecto fue archivado por unanimidad en el Concejo.

¿Cuál es el mensaje de esto? Es claro, para defender lo público la empresa en cuestión debe funcionar bien, no basta con tener la razón desde el punto de vista de la teoría, es que nada le hace más mal a la defensa de lo público que la ineficiencia.

da. Los temas sentidos de la salud parecen seguir presentes: largas colas en los trámites, periodos de tiempo muy largos para citas con especialistas, etcétera. ¿Qué decirle a la gente sobre lo que podría hacerse en un tema tan sentido y tan sufrido por la población?

CL. La realidad es que en Bogotá, no gracias a, sino a pesar de la Ley 100, desde el programa iniciado en 2004 de ‘Salud a su hogar’, hoy llamado ‘Territorios saludables’, arrancó todo un proceso de atención primaria y de prevención que la Ley 100 había dejado a la deriva, y el gobierno de la ciudad, además, se propuso aumentar coberturas del plan subsidiado para que acá todo el mundo tuviese acceso a los servicios de salud; mientras en el resto del país se cerraban hospitales, aquí se abrían.

El resultado, Bogotá cuenta hoy con una red de 22 hospitales, y esperamos que pronto sean 23 con el San Juan de Dios y 300 puntos de atención que la ciudad ha construido y mantenido en circunstancias de enormes dificultades, porque las EPS no le pagan las cuentas a los hospitales que les prestan sus servicios.

Entonces, tenemos que meterle el hombro a los hospitales públicos, seguir trabajando en función de apoyar todas las iniciativas de reforma del sistema de la Ley 100 que nos parece absolutamente deficiente; continuaremos cualificando el servicio de salud del Distrito con una óptica de cobertura universal y esa humanidad que no puede faltar en tan elemental derecho.

da. En las pasadas elecciones en España, tanto en Madrid como en Barcelona, las dos más grandes ciudades de esa nación, fueron mujeres las elegidas para gobernar. Podría decirse que la condición de género, de ser mujer en éste caso, es una ventaja para la administración de lo público, ¿sería correcto hablar de esa manera o no tiene nada que ver?

CL. Claro que sí, tiene mucho que ver, porque la mujer en nuestra sociedad está en un proceso de empoderamiento que es inatajable y desde luego que las mujeres nos sentimos representadas en otras mujeres, especialmente cuando se refleja en ellas esa posición de cuidado al débil, de solución pacífica de los conflictos, de diálogo, de protección que es lo que está reclamando la sociedad en su conjunto.

da. En ese mismo sentido, ahora último, sobre todo en la actual alcaldía, se visibilizó mucho el movimiento Lgbti, ¿piensa usted continuar la línea de visibilizar las problemáticas concernientes con ese sector, ¿qué opina de esto?

CL. Uno de los grandes aportes de los gobiernos de izquierda a Colombia, ha sido su política de poblaciones, la política de visibilización y de inclusión de Lgtbi ha sido uno de los puntos focales de las nuevas ciudadanías que ha protegido el PDA desde el gobierno, recuérdese que las primeras casas de igualdad de género fueron del Polo, lo mismo que esa casa tan importante que funcionó en Chapinero que ahora ha sido trasladada a Teusaquillo, con la población Rom, con la población Indígena, con la población afrodescendiente.

da. Hemos hablado de los aspectos a destacar de las administraciones del Polo, qué habría que evitar, es decir, en términos del ejercicio de la administración, ¿cuál sería el aspecto más relevante para rectificar?, ¿qué no habría que repetir?

CL. Sin lugar a dudas el tema del carrusel de la contratación ha tocado gravemente al PDA, y sobre eso hay que decir dos cosas: la primera, que no puede hacerse lo que han hecho los medios de comunicación masivos, utilizar ese carrusel de la contratación e indilgarselo en todos sus niveles al Polo, pues ahí –en este caso y en otros muchos– tenemos involucradas personas pertenecientes a otros partidos y sectores de la sociedad; como todos sabemos, el cáncer de la corrupción está carcomiendo el tuétano de esta sociedad y tenemos todos que mancomunadamente tomar armas en contra de ese flagelo. La segunda, el quiste de la ineficiencia, de la improvisación, que produce enormes daños a los recursos públicos.

Uno y otro tienen que ser corregidos y erradicados. Por eso he planteado la necesidad de una comisión de altísimo nivel, dependiente de la dirección distrital integrada por ciudadanos y ciudadanas sin reproche, para que mantengan el ojo abierto, para que tengan en sus manos todo el sistema de control interno y de veeduría distrital.

Desde abajo, Bogotá.

 

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