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Murió el mayor genocida de la Argentina

Agencia Télam y Página/12  

El sanguinario dictador José Rafael Videal  falleció en la mañana del viernes 17 de mayo por causas naturales. Había llegado al poder en 1976 tras el golpe de Estado y comando la dictadura más sangrienta de la Argentina hasta 1981 y actualmente enfrentaba un juicio oral por el llamado “Plan Cóndor”, la coordinación de la represión ilegal entre gobiernos de facto latinoamericanos.

La última visita a los tribunales federales fue el pasado 14 de mayo, cuando se lo trasladó desde la cárcel bonaerense

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Agencia Télam y Página/12  

El sanguinario dictador José Rafael Videal  falleció en la mañana del viernes 17 de mayo por causas naturales. Había llegado al poder en 1976 tras el golpe de Estado y comando la dictadura más sangrienta de la Argentina hasta 1981 y actualmente enfrentaba un juicio oral por el llamado “Plan Cóndor”, la coordinación de la represión ilegal entre gobiernos de facto latinoamericanos.

La última visita a los tribunales federales fue el pasado 14 de mayo, cuando se lo trasladó desde la cárcel bonaerense

de Marcos Paz para prestar declaración indagatoria ante el Tribunal Oral Federal 1 por el Plan Cóndor, donde era juzgado junto a otros 24 acusados.

Allí se negó a declarar, pero leyó un breve manifiesto en el que asumió “en plenitud” las “responsabilidades castrenses” por lo hecho en lo que llamó una “guerra” contra el “terrorismo” y deslindó de culpas a sus subordinados.

Tras ser condenado en 1985 a prisión perpetua en la causa 13 en el emblemático Juicio a las Juntas, Videla fue indultado por el entonces presidente Carlos Menem el 28 de diciembre de 1990 y estuvo libre hasta 1998, cuando el entonces juez federal de San Isidro Roberto Marquevich lo detuvo en una causa por sustracción de menores, el único delito que quedaba fuera de la órbita del indulto presidencial.

Videla gozó por un breve lapso de arresto domiciliario en su casa sobre avenida Cabildo, en el barrio porteño de Colegiales, pero luego fue denunciado por violar las condiciones de ese beneficio y se lo envió a prisión.

El 5 de julio de 2012 fue condenado a 50 años de prisión por el Tribunal Oral Federal 6 al ser encontrado responsable de la puesta en marcha de un plan sistemático de sustracción de menores a secuestradas en centros clandestinos de detención y puntualmente condenado por 18 casos, entre ellos el de Guido, el nieto de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto.

La pena de 50 años se transformó en prisión perpetua al unificarse con dos condenas anteriores a perpetua, la de la causa 13 y otra dictada en la provincia de Córdoba en diciembre de 2010 por el asesinato de 31 presos políticos.

Además de estas condenas, Videla estaba procesado por el juzgado federal 4 de Rosario, en una causa por “privación ilegal de la libertad, tormentos, homicidios, abuso sexual y asociación ilícita” cometidos en la última dictadura cívico militar.

También cumplía prisión preventiva por el secuestro de los empresarios textiles Federico y Miguel Gutheim, la causa penal en el marco de la cual la Corte Suprema de Justicia de la Nación declaró inconstitucional el indulto que lo había beneficiado en los 90.

“Un ser despreciable ha dejado este mundo”: Estela de Carlotto

La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto se refirió a la muerte del ex dictador Jorge Rafael Videla y señaló que “la historia evaluará el genocidio y el oprobio de la dictadura cívico-militar que encabezó y de lo que no se arrepintió”.

Agregó que “no hay alegría en la muerte pero la muerte de Videla aleja de la faz de la Tierra a un genocida, deshumanizado, que no tuvo pruritos en idear un plan de exterminio junto con sus secuaces, que mató, robó, que no se arrepintió, que reivindicó lo hecho y prometió volver a hacerlo”. “Su muerte -agregó Estela de Carlotto- nos brinda alivio pero también el pesar de que no haya contribuido a revelar dónde están los desaparecidos y los 400 niños que todavía buscamos. (…) Si alguno quiere llorar, que lo haga, pero que sepa que no llora a una buena persona, sino a alguien que mató, robó y violó la Constitución”.

La dirigente recordó, además, que Videla “quedó sin condena por muchos delitos, como el Plan Cóndor”, pero destacó que “por lo menos fue condenado por otros”, como por ejemplo “el más emblemático: el plan sistemático de robo de bebés”, por el fue sentenciado a 50 años de cárcel. Además, destacó que, a diferencia de los detenidos durante la dictadura, tanto el expresidente de facto como otros represores “tuvieron una oportunidad de defensa en juicio” y hasta gozaron del beneficio de la prisión domiciliaria”.

“No se festeja la muerte de nadie porque la vida es sagrada. Ellos (los militares) no lo entendieron así”, señaló Carlotto, para quien la muerte de Videla y los juicios que continúan llevándose a cabo contra los represores “son hechos que forman parte de una construcción histórica permanente” en la que los organismos de derechos humanos “vamos avanzando sin venganzas ni odios, y sin perseguir a jueces”.

Eso sí, añadió, “hay que empezar a juzgar a los civiles”. “Por eso -continuó- creemos que tiene que haber una Justicia digna y estamos trabajando para que sea coherente con los tiempos. No estamos conformes con la Justicia vigente, porque hay piedras en el camino que son puestas por algunos jueces.”

Por último, Carlotto remarcó que con la muerte del dictador “no se cierra ningún ciclo” y enfatizó en la necesidad de que se siga juzgando a los responsables de los delitos de lesa humanidad durante la última dictadura militar, porque “lo que no se juzga se repite”.

 

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