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Nacionales

No son becas, son créditos

Por Ximena Canal Laiton*  

Falsas ilusiones para una generación sin derechos.

Juan es estudiante de último grado de colegio, es sin duda el mejor de su salón. Desde siempre ha querido siempre estudiar en la Universidad Nacional. Presentó el examen en días pasados, pero piensa que ni él ni ninguno de su colegio podrá ganarse uno de los 5.000 cupos que allí ofrecen para los más de 68.000 competidores. Su colegio, público, no es muy bueno. Sabe que está en desventaja.

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Por Ximena Canal Laiton*  

Falsas ilusiones para una generación sin derechos.

Juan es estudiante de último grado de colegio, es sin duda el mejor de su salón. Desde siempre ha querido siempre estudiar en la Universidad Nacional. Presentó el examen en días pasados, pero piensa que ni él ni ninguno de su colegio podrá ganarse uno de los 5.000 cupos que allí ofrecen para los más de 68.000 competidores. Su colegio, público, no es muy bueno. Sabe que está en desventaja.

Un día como cualquiera, Juan desayunaba aguapanela con pan mientras veía las noticias, tal y como lo hace todas las mañanas. En la televisión apareció Gina Parody. Él la ha visto en ocasiones anteriores, sabe que es la Ministra de Educación y siempre le han causado desconfianza sus palabras, porque ella se esfuerza en fingir que el país está bien mientras la realidad demuestra exactamente lo contrario. La cree mentirosa. Sin embargo, esa mañana Parody habla de algo interesante: 10.000 créditos del ICETEX nuevos, llamados “becas”, que se otorgarán a los mejores estudiantes del país en las mejores 33 universidades.

Juan se emocionó. Salió caminando a su colegio y se imaginó diferentes caminos de su futuro cercano: obteniendo su beca y siendo el primer estudiante universitario de toda su familia, ¡cuán orgullosos iban a sentirse todos! Pero pensó en sus amigos, otros chicos inteligentes que no han contado con la mejor suerte en su vida, a veces el hambre no los deja concentrar; no son buenos estudiantes y no tendrán oportunidad de acceder a las “beneficiosas” becas.

Juan se ha esforzado por estudiar la historia del mundo. Ha leído y está convencido de que la educación es un derecho fundamental que no puede depender del tamaño de los bolsillos de las familias, que debe ser garantizado por el Estado y pagado por la sociedad. Cree que para eso deberían ser los impuestos que su familia y la de sus amigos han tenido que pagar, siempre a tiempo, completos y en aumento, porque no han corrido con la suerte de las empresas multinacionales a las que les hacen grandes descuentos en el pago. Y entonces… ¡esas becas no son becas! ¿Para tantos millones de jóvenes se ofrecen 10.000 deudas? Parece más una oferta para lucirse en los medios de comunicación que para ayudar a los colombianos.

Las universidades públicas están cayéndose techo por techo, producto de la disminución proporcional de recursos que el Estado debe darles. Se han atrevido a prometer 10.000 ¡y hasta 400.000 cupos nuevos!, sin garantizar a las instituciones si quiera un peso, un pupitre o un profesor adicionales: más crisis, menos calidad.

Hoy el Gobierno tiene una deuda con ellas de alrededor de 12,5 billones de pesos, y cacarean al proponer la inversión de 150 mil millones en las tales becas, es decir 80 veces menos de la plata que han dejado de invertir en los últimos veinte años.

Y entonces ¡esas becas no son becas! No son más que una forma de pintar al monstruo para hacerlo ver menos malo: son el maquillaje que encuentra el Gobierno para desviar la atención de la crisis financiera y de calidad de la educación en general, y para quitarse su responsabilidad de responder por ésta, disfrazándose de buen samaritano, entregando a los jóvenes colombianos al menos una ochentava parte menos de lo que debería dar, endeudándolos de por vida. Juan, y los miles de jóvenes bachilleres quedarán en la incertidumbre, al igual que las generaciones que los han precedido, esperando las promesas de un gobierno incumplido, que no le ofrece a nuestra gente otro camino que el de la pobreza.

*Representante estudiantil de la Sede Bogotá, Universidad Nacional y de Polo Joven.

 

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