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“Proceso de paz sufre una crisis”: Clara López

Por Fenner Ortíz / El País  

La candidata presidencial del Polo Democrático advierte sobre la utilización política de los diálogos con las Farc. Dice que la reelección debe acabarse en el país.

Clara López, la candidata presidencial del Polo, habla con pausa, pero sus palabras son determinantes al indicar que Colombia no quiere la reelección, por lo que alerta sobre maniobras ‘non sanctas’ por parte de quienes quieren el continuismo para las elecciones del 25 de mayo.

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Por Fenner Ortíz / El País  

La candidata presidencial del Polo Democrático advierte sobre la utilización política de los diálogos con las Farc. Dice que la reelección debe acabarse en el país.

Clara López, la candidata presidencial del Polo, habla con pausa, pero sus palabras son determinantes al indicar que Colombia no quiere la reelección, por lo que alerta sobre maniobras ‘non sanctas’ por parte de quienes quieren el continuismo para las elecciones del 25 de mayo.

Dice que “la mermelada es un eufemismo para darle un sabor dulzón a la corrupción” y no descarta que muchos recursos del Estado terminen en la campaña reeleccionista.

Del proceso de paz asegura que le falta liderazgo por parte del presidente Juan Manuel Santos y lo acusa de hacer política con los diálogos.

¿Cómo ve esta campaña? se ve mucho ataque y poca propuesta

Estoy viendo una campaña en la que suceden cosas paradójicas. Nadie entiende por qué encuesta tras encuesta el 60% o 70% contestan que no quieren la reelección, que ven que el país va por mal camino, que está mal gobernado y, sin embargo, el Presidente de la República anuncia que va a ganar en la primera vuelta. Eso lo que demuestra es que estamos avocados a una elección el 25 de mayo fundamentada en el clientelismo, en la utilización del poder del Estado para presionar a los electores, lo que riñe con las garantías electorales y con el principio democrático.

¿Lo que usted quiere decir es que en esta campaña no existen garantías?

Pues son muy precarias, porque la realidad es que las elecciones anteriores han puesto al descubierto que el presupuesto nacional se puso al servicio de la reelección. Primero del Congreso, yo diría que lo que ha escogido el presidente Santos es garantizar la reelección del Congreso para garantizar la reelección presidencial, cuando nosotros lo que estamos planteando es que se tiene que reformar el Congreso para poder cambiar el país.

¿Todas estas prácticas que usted denuncia serían la base para que se comience a hacer un debate sobre la figura de la reelección presidencial?

La reelección debe eliminarse, echó al traste con la arquitectura constitucional, acabó con la separación de los poderes y concentró tanto poder en la persona del Presidente que lo convirtió casi en un intocable, por eso dice, y lo digo entre comillas, que él es el único capaz de sacar adelante el proceso de paz, el único capaz de ser Presidente, porque está totalmente ensimismado del exceso de poder con el que se ha rodeado la figura de la reelección. Desde luego, por un lado va el sentimiento personal del Presidente y, por otro, su total desconexión con los sentimientos y las necesidades de las gentes que ven que el país va por muy mal camino y que están buscando otras salidas.

¿Quedó muy golpeada la izquierda con el tema de la destitución del alcalde de Bogotá, Gustavo Petro?

Me parece que fue un grave error del Presidente de la República haber destituido al alcalde Petro y no haber atendido las medidas cautelares de la OEA, con esto demostró, una vez más, su desconexión con los colombianos. Aquí en Bogotá la gran mayoría siente que ha sido desconocido su voto y también la normatividad constitucional y los tratados internacionales. Y si a eso usted le suma los anuncios que ha hecho el Presidente, casi que como Alcalde de Bogotá, ofreciendo promesas electorales. Vemos que la destitución sirvió también para la más aberrante politiquería.

Entonces, ¿lo que usted quiere decir es que el Presidente utiliza su poder para captar el voto bogotano?

Al Presidente y sus candidatos no les fue bien en las elecciones a Bogotá. Aquí ganaron los sectores de la izquierda y de la oposición en general. Los sectores que apoyan al Presidente pasaron de 7 a dos curules en la Cámara de Representantes.

¿Usted cree en los resultados de las encuestas y las tendencias que se muestran en la actualidad?

Lo que muestran las encuestas es que hay un empate técnico de todos los candidatos distintos al Presidente. A estas alturas no hay ninguno que esté destellando o saliendo adelante. Hay que esperar que muestra el resto de la campaña electoral antes de opinar.

¿Qué tan difícil ha sido competir frente a lo que se ha llamado la mermelada?

La mermelada es un eufemismo para darle un sabor dulzón a la corrupción, es algo que se ha institucionalizado como el método de Gobierno que nosotros rechazamos rotundamente. Primero que todo porque expropia al elector de su libertad de decidir porque lo que hemos visto en las pasadas elecciones son ríos de dinero que afectaron la voluntad popular. Así no puede funcionar ninguna democracia.

Nosotros hemos criticado que no se cumplió la ley, que no hubo voluntad política ni voluntad presupuestal para que se hubiera podido cumplir la ley que ordenaba el voto electrónico, no hay voluntad para limpiar el proceso electoral porque, desde luego, la reelección y la reproducción de los patrones que han gobernado el país, depende de la clientela, de la utilización de los recursos públicos.
En eso que han llamado la mermelada, es la manera en que han desviado los recursos públicos hacia la corrupción administrativa para garantizar la plata para la reelección.

Y con este escenario ¿ha sido difícil hacer campaña?

No, nosotros nos hemos acostumbrado a lo largo del día a día en la campaña a hacerla con muy escasos recursos pero con una gran voluntad y con unos grandes equipos de voluntarios que están dispuestos a llevar el mensaje a todos los rincones del país. Nosotros desconocemos y rechazamos esa corrupción electoral y la destinación de recursos y el Estado debería financiar las campañas políticas en su integridad y acabar con esa feria en que se han convertido las elecciones.

El Polo es la oposición del Gobierno desde el Congreso y ahora llegó el uribismo a hacer lo propio contra un eventual nuevo mandato de Juan Manuel Santos. ¿Cómo van a manejar eso máxime cuando, políticamente, son extremos?

Creo que va a ser muy interesante, porque por primera vez la oposición no va a ser la alternativa que ha sido muy pequeña e invisibilizada por los medios de comunicación, sino que ahora un sector que antes fue gobierno y que hace parte de las coaliciones que han gobernado a Colombia se pone al otro lado de la talanquera. Esperemos que esto redunde en debates políticos de altura, pero no pienso que vaya a cambiar demasiado el Congreso, porque su composición no da muestras de que haya una voluntad política de autorreforma.

¿Podría darse el fenómeno que el Polo termine en una alianza con el uribismo?

Es que la izquierda no se une para hacerle oposición al Gobierno. Nosotros siempre hemos planteado que estamos buscando alternativas para que el Gobierno responda a las necesidades de las gentes. Cuando hay una ley que responda a esas necesidades, nosotros, por supuesto, la apoyamos, participamos en los procesos para mejorar la producción legislativa, nuestra especialidad son los debates políticos de denuncia de lo que no funciona bien en el país. Eso no necesita de aliados, sino sensibilización.

En materia de paz, ¿cómo ve usted el proceso de La Habana?

Pienso que el proceso de paz padece una crisis de liderazgo del Presidente, porque según las encuestas un día está a favor del proceso y otro lo invisibiliza, lo deja atrás. Es más, tiene un Ministro de Defensa dedicado a torpedearlo. Tomó la determinación, que ha resultado desacertada, de negociar en medio de conflicto.

Nosotros consideramos que se tiene que reproducir el proceso de paz buscando acuerdos comunitarios y hemos planteado que a partir del 7 de agosto, de ser elegida Presidente, llevaría a cabo sería una renegociación de la agenda con la guerrilla con dos objetos: generar un cese al fuego y un cronograma para ponerle fin al conflicto en los primeros cien días de Gobierno.

¿Cómo renegociar un proceso de paz cuando no se conoce nada de él?

Nosotros le hemos pedido al Presidente desde el inicio del proceso de paz que abra canales de información y comunicación con las direcciones de los partidos políticos. El Presidente ha sido refractario y con la única persona, por fuera del Gobierno que ha compartido la agenda de paz es con su propio Vicepresidente lo que demuestra la desigualdad de acceso a la información estatal frente a los demás candidatos a la Presidencia.

Esperamos llegar a enterarnos de todas las situaciones y eso significará algún tiempo de análisis para asumir y entender cuáles son los compromisos que ha adquirido el presidente Santos a nombre del Estado, pero nosotros estamos en disposición de honrarlos para garantizar que el proceso de paz llegue a un feliz término.

El País, Cali.

 

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