Titulares
“Urge renegociar los TLC”
Por: Steven Navarrete Cardona / El Espectador
Jorge Enrique Robledo, cabeza de lista al Senado por el Polo Democrático, insiste en la necesidad de que las EPS desaparezcan.
Desde su fundación, en 2005, el Polo Democrático Alternativo se ha constituido en la principal fuerza de política de la izquierda en el país y de oposición a los gobiernos de turno, logrando alcanzar en dos oportunidades el cargo de Alcalde de Bogotá. Actualmente su bancada cuenta con cinco senadores, cinco representantes a la Cámara y un representante
Por: Steven Navarrete Cardona / El Espectador
Jorge Enrique Robledo, cabeza de lista al Senado por el Polo Democrático, insiste en la necesidad de que las EPS desaparezcan.
Desde su fundación, en 2005, el Polo Democrático Alternativo se ha constituido en la principal fuerza de política de la izquierda en el país y de oposición a los gobiernos de turno, logrando alcanzar en dos oportunidades el cargo de Alcalde de Bogotá. Actualmente su bancada cuenta con cinco senadores, cinco representantes a la Cámara y un representante
al Parlamento Andino. Jorge Enrique Robledo, uno de sus figuras más representativas y senador desde 2002, habló con El Espectador sobre los retos y proyectos de la colectividad.
Los temas ambientales han estado siempre en la agenda del partido ¿a qué le apuestan en ese ámbito?
El Polo Democrático Alternativo y yo particularmente, hemos sido bastante activos en los temas ambientales. Para darle un ejemplo: en el tema de la minería hemos acompañado los reclamos ciudadanos en defensa del medio ambiente. Estamos muy de cerca al caso del páramo de Santurbán, en el caso de la Colosa, en el caso del mar de Santa Marta y de Ciénaga. La temática ambiental está muy cercana a nuestras preocupaciones y defendemos un ambiente sano, no sobre la base de que no se haga nada sino que debe existir energía y debe haber economía, pero cuidando el medio ambiente.
¿Entonces su propuesta propone conciliar el cuidado del medio ambiente con el desarrollo?
Vamos a explicarlo de una manera más concreta: para el caso de la minería, nosotros decimos minería “sí” pero “no así”. Claro, puede haber minería en Colombia, pero debe cumplir ciertos requisitos tales como pagar los impuestos, las regalías que deben ser, no maltratar a los trabajadores y para efectos de esta pregunta, debe ser muy cuidadosa en el tema ambiental. Hay cosas que no se deben hacer y otras sólo deben hacerse en la medida en que cumplan algunos criterios ambientales básicos.
¿Y en el tema de acceso a la vivienda qué proponen?
En Colombia hay un déficit en vivienda supremamente grave, pero este tiene una causa y, si no se modifica, el problema va a seguir. El problema es la pobreza de la gente. Pero para atacar el problema de la pobreza es necesario tener una economía sana, para que los colombianos tengan suficientes ingresos para adquirir las viviendas que ofrece el mercado. Mientras eso no se resuelva, es necesario que el Estado respalde a los más débiles subsidiándoles de una u otra manera sus viviendas. Además los precios de la vivienda están disparados porque son precios de monopolio y frente a ello el Estado no hace nada. Mientras que el Estado no intervenga, el problema de la pobreza va a empeorar.
Con todos los escándalos que se han destapado en torno al tema de la salud en el país ¿cuál sería la fórmula para resguardar el bienestar de los colombianos?
Yo he venido proponiendo que las EPS se deben acabar. Los colombianos ya no nos morimos por enfermedades cardiacas sino por culpa del sistema de salud, así de malo es. La causa principal de eso son las exorbitantes ganancias de las EPS, cuando éstas sobran como instrumento de intermediación financiera. Proponemos acabar con los intermediarios y aplicar un modelo inspirado en la experiencia canadiense donde no hay EPS. Si lo hiciéramos entrarían como cuatro o cinco billones de pesos al sistema de salud anualmente. Así podría mejorar muchísimo en comparación con lo que hoy tenemos.
¿Entonces con cuál modelo remplazaríamos la administración de la salud?
Hay muchas formas de administración de salud en el país. Por ejemplo, el Magisterio en Colombia y las Fuerzas Armadas, que no tienen EPS, son un ejemplo. Se podría discutir cómo se remplazarían, pero de todas formas tienen que desaparecer. Por ejemplo, ese es el problema con la reforma al sistema de salud que está promoviendo Juan Manuel Santos. Las EPS se van a embolsillar 6 billones de pesos anuales como ganancia, además de los costos de administración y lo que ganan los gerentes y los abogados. Seis billones de pesos que no llegan a medicamentos, a médicos, a cirugías y que en buena medida explican el desastre por el que estamos atravesando.
El tema de la educación también es fuente de duros debates respecto al modelo ideal. ¿Cuál es la posición del Polo en este tema?
Nosotros respaldamos la propuesta de la MANE (Mesa Amplia Nacional Estudiantil) que señala que la educación superior debe orientarse por una educación que sea universal, pública (gratuita) y de alta calidad. Esas son las ideas principales en las que creemos. Esto no quiere decir que no puedan existir universidades privadas, pero la existencia de las mismas debe ser la excepción y no la regla. El Estado es el que debe garantizar la educación de alta calidad.
¿Y de dónde propone sacar el dinero para esas transformaciones?
Eso es relativamente fácil de hacer. Con que solo se pusiera a las mineras a tributar lo que deben, aparecerían los recursos suficientes para financiar una reforma educativa para fortalecerla. Si en Colombia no existe la educación que le menciono, es porque a muchos sectores no les interesa, porque esas son las ordenes que vienen del Banco Mundial, pero en términos de financiación es posible, sin duda alguna.
¿Qué reforma cree que es la más urgente para el país?
Renegociar los TLC es nuestra mayor urgencia. Si Colombia no modifica los TLC no hay ninguna posibilidad de que el país tenga agro o industria. Salirse de las políticas que se conocen como del Consenso de Washington y dejar de hacer lo que recomienda el Banco Mundial, es la clave para la solución de todos los problemas. Pero también la reforma de las EPS y de la educación que ya he mencionado. También debe construirse una política de respaldo a la industria y al agro, y alzas del salario mínimo que garanticen una mayor capacidad adquisitiva de los colombianos.
¿Y cómo planean enfrentar la problemática agraria?
Acojo las propuestas que ha estado planteando el Movimiento de Dignidad Agropecuaria. ¿Qué estamos planteando allí? Que existan precios de sustentación dados por el Estado para los productos del agro, que se condonen las deudas impagables de los sectores del agro, que el Estado desarrolle una política de investigación científica que le permita al sector nutrirse de los descubrimientos más importantes y que el Estado brinde asistencia técnica, pero al final sólo es posible si se cambian los TLC. Nosotros acogemos la petición de dignidad agropecuaria que señala que lo más urgente y lo más importante es renegociar los TLC y el libre comercio en general.
Pensando en un escenario de paz producto de los diálogos en la Habana ¿cuál es su propuesta para el posconflicto?
No conozco en pleno las propuestas de lo que se está negociando en Cuba. No creo que en La Habana se logren transformaciones profundas porque no creo que Juan Manuel Santos firme algo que en realidad produzca un cambio profunda para el país.
¿Cuál es su compromiso con los colombianos si llega de nuevo al Senado?
Seguiré siendo el mismo de estos años. No traicionaré mi manera de ser o de actuar. No me entregaré al gobierno a cambio de mermelada o algo por el estilo. Pero esto se puede ver en tres cosas puntuales: no habrá proyecto de ley contrario a los intereses nacionales que aprobemos a cambio de alguna garantía. Seguiremos votando los proyectos de acuerdo a nuestras convicciones. Segundo, continuaremos haciendo los debates de control político que la ciudadanía muy bien conoce. Y tercero, pondré la investidura de senador al servicio de los reclamos democráticos de la gente. Vamos a seguir acompañando las peticiones de los colombianos en sus reclamaciones en temas como empleo, salud, educación y en general en lo que los colombianos reclamen. Así el gobierno se moleste.
El Espectador, Bogotá.