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Requiescat in pace…

El Satélite  

Bueno, Camila Abuabara murió y el Ministerio de Salud de Colombia le pudo ahorrar unos cuantos pesos a la EPS Sanitas, apoyándola en la denegación del servicio que pudo recibir en Estados Unidos la paciente cuando aún tenía esperanzas de vida.
 
Tal como lo denunció en su momento la infortunada víctima –una más—del sistema mercantil de salud impuesto en el país, el “Ministro de salud @agaviriau me condena a la pena de muerte en Colombia y según él yo debo de aceptar gustosa junto a su compinche de EPS”.

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El Satélite  

Bueno, Camila Abuabara murió y el Ministerio de Salud de Colombia le pudo ahorrar unos cuantos pesos a la EPS Sanitas, apoyándola en la denegación del servicio que pudo recibir en Estados Unidos la paciente cuando aún tenía esperanzas de vida.
 
Tal como lo denunció en su momento la infortunada víctima –una más—del sistema mercantil de salud impuesto en el país, el “Ministro de salud @agaviriau me condena a la pena de muerte en Colombia y según él yo debo de aceptar gustosa junto a su compinche de EPS”.

La respuesta que el ministro Alejandro Gaviria dio al trino de Camila fue una payasada diciendo que el gobierno debe garantizar el derecho a la salud de todos los colombianos y Camila podía ser intervenida en Colombia asegurando la mejor atención en salud, esto porque realizar el trasplante en EE.UU. costaba casi 10 veces más que lo que cuesta en el país.
 
¡Qué ironía! “garantizar el derecho a la salud de todos los colombianos”, no es obligar a las EPS a prestarles el mejor servicio sino el más económico y es, agréguese, excluir del POS los medicamentos más eficientes en un momento dado, que el paciente tiene que suministrarse por su cuenta y riesgo.
 
En otras palabras, el ministro Gaviria no le permitió a Camila “comer langosta”, como también se refirió irónicamente a la sentencia de la Corte Constitucional cuando en la revisión de la ley estatutaria de salud, tachó algunas disposiciones que iban en contra de los usuarios y, por supuesto, en favor de los explotadores del sistema de salud.
 
Y la última ironía de este ministro es decir en un comunicado oficial  que lamenta el fallecimiento de Camila y se solidariza con sus familiares… Que no le quepa duda a este desfachatado funcionario insensible que “Camila Abuabara será recordada como una luchadora por la vida y como un ejemplo para cientos de colombianos que no se rinden ante las adversidades de una grave enfermedad y que demuestran las ganas de vivir hasta el último momento”, como reza el propio Ministerio en su comunicado a manera de  epitafio.
 
Tal como lo denunció el senador del Polo democrático, Jorge Enrique Robledo, la joven Camila es una víctima más -¡una más entre muchos miles de víctimas fatales en los últimos 20 años- del sistema de salud en Colombia. ¿Cuántas más faltan? El mismo senador Robledo confía en que el fallecimiento de la joven “se convierta en el inicio de la transformación que necesita el sistema de salud en el país”.

Requiescat in pace…

El Satélite, periódico virtual.

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