Robledo quiere otra unidad nacional

Por Luis Francisco Arias B. / La Patria   

Jorge Enrique Robledo Castillo, senador del Polo Democrático Alternativo, no solo le gustaría ser candidato presidencial por su partido, sino recibir el respaldo de distintos sectores políticos, incluso de los empresarios, para que el suyo pueda ser un gobierno de convergencia, otra unidad nacional distinta a la de Juan Manuel Santos. 

Admitió que hay numerosas personas del Polo y de otros sectores que le han ofrecido su apoyo en esa aspiración, aunque agregó que no tiene una decisión tomada. “Si esa posibilidad llegara a concretarse solo me interesaría si es un proyecto que vaya mucho más allá del Polo.

Bienvenidos liberales, conservadores, de la U, Cambio Radical, Centro Democrático, toda la gente…”.

No obstante, aclaró: “Tampoco me van a ver subido en la misma tarima con Vargas Lleras, u otros personajes de ese tipo, eso no va a pasar. Pero, se trata de lograr acuerdos en unos puntos programáticos en los que quepamos todos”.

Hizo énfasis en que un presupuesto para que esa candidatura pueda ser real es que el empresariado esté muy fuertemente representado. “Ese ha sido mi matiz siempre, ese es un criterio clave. Uno no puede construir un país sin producción, ni una economía de mercado sin empresas”.

Apuesta por la unidad

El senador Robledo ve esa necesidad de convergencia, sobre todo porque le preocupa que una vez firmado un posible acuerdo con las Farc para terminar el conflicto armado, siga la pugnacidad política radical en la que ha caído el país. “Se necesita un acuerdo nacional, porque la preocupación es si tomadas las decisiones legales este debate va a continuar por 50 años más… si no hay un desarme de los espíritus no estamos haciendo nada”.

Consideró obvio que las claves de un proceso de paz es entender que si se quiere empezar una nueva etapa, todo el mundo debe asumir una actitud distinta a la que tenía en la etapa anterior. “Eso no es fácil, pero ese es el punto. Lo mejor sería que el uribismo entrara a apoyar el proceso, porque sería un acuerdo nacional, que es lo deseable… y yo  lo veo posible porque hay allí un punto muy poderoso y es que las armas desaparecen. La nueva etapa es que los problemas no se resuelvan a bala”.

Para Robledo, el término “dejación” es mal interpretado por quienes creen que eso no garantiza que las Farc van a dejar las armas. “Yo los invito a que llenemos esa palabra de contenido, que pongamos condiciones, que se haga algo que nos dé garantías a todos de que de verdad las armas van a desaparecer, porque si no desaparecen fracasó el proceso”.

Apoyo al plebiscito

Este miércoles 18 de noviembre el Polo Democrático abordará el tema de la refrendación de los acuerdos. “A mí, particularmente, pensar en una juridicidad específica para esto no me parece un exabrupto, y reducir un umbral tampoco me parece una desproporción, porque con lo que hay no se puede… un país tiene derecho a cambiar ciertas normas para lograr ciertos propósitos”.

Al explicar por qué apoya el plebiscito y no le gusta la figura de constituyente, dice que a través de ella se podrían tumbar o, incluso, desconocer los acuerdos que se hayan hecho. “Es un riesgo enorme. Lo primero que hace una constituyente es declararse omnímoda”.

Acerca de la posibilidad de curules directas para miembros de las Farc en el Congreso, Robledo consideró que ese asunto puede debatirse una vez se tenga la certeza de que ese grupo guerrillero va a desaparecer y que hubo acuerdo de verdad. “Hay que ver qué tanto de eso aceptará la sociedad. Esos son problemas políticos. En eso tiene que haber un consenso, un acuerdo nacional”, insistió.

Agregó que a las Farc, por ejemplo, no les sobraría que reconocieran que se equivocaron, y que el Estado haga lo mismo con respecto al error de haber respaldado, en algún momento, a los paramilitares.

Mirada al futuro

Robledo acepta que comparte con el presidente Santos la idea de desarmar a las Farc, pero le critica al mandatario su actitud de cooptar a la oposición, al Polo. “La nueva etapa no puede significar que él o sus herederos hacen lo que se les da la gana, eso sería absurdo. Si algo le ha hecho mal al país es el unanimismo”.

Al hacer un análisis de lo que vendrá en el futuro para el país, Robledo manifestó que el proceso de paz podría encontrar un obstáculo, y es el de la economía. “Santos dice que no, pero la verdad es que la economía de está deteriorando, y mala economía es mala política. Ojalá que no, pero los tres años que le restan a Santos pueden ser durísimos, así logre el proceso de paz”.

Cree que para las próximas elecciones presidenciales habrá muchos candidatos, debido a que la llamada Unidad Nacional se va a romper, y el vicepresidente Germán Vargas Lleras no podrá mantenerla unida.

Elecciones y el Polo

El senador del Polo Democrático, contrario a la opinión general, considera que a su partido le fue bien en las elecciones regionales que acaban de pasar. “Para concejos municipales sacamos casi 700 mil votos, que es el 25% más de lo que sacamos para Senado. Para un partido que tiene cero mermelada esos son muchos votos”, expresó.

En el caso de Bogotá, afirmó que para el Concejo se pasó de 130 mil votos a 230 mil, y ese significó pasar de cuatro a cinco concejales. Añadió que en ediles pasó lo mismo, al pasar de 18 a 27 en la capital de la República. “En la Alcaldía nuestra catástrofe fue hace cuatro años, porque la ciudad nos cobró el horror de la alcaldía de Samuel Moreno. Esta vez pasamos de 32 mil votos a cerca de 500 votos con Clara López; si se trata de ver a quién le fue más mal, ese fue Petro”.

Lamentó que todo lo que tiene que ver con la izquierda lo relacionan con el Polo, lo que según dijo le ha hecho daño a su partido, sobre todo al relacionarlo con la administración de Gustavo Petro en la Alcaldía de Bogotá. “Las diferencias nuestras con Petro son descomunales”.

En el caso de Caldas, dijo que el Polo hizo su campaña, y aunque no logró buenos resultados, fue “digna y con valor civil”. Consideró lamentable que en la región hayan ganado las mismas fuerzas que vienen manejando Caldas, pese a los errores que han cometido en sus gestiones. 

La Patria, Manizales.