“Se perdió una gran oportunidad”, pero los “Juanmanueles” bajan en apoyo

Por José Arlex Arias Arias  

Para los colombianos, en las elecciones presidenciales del pasado 25 de mayo se presentaron dos opciones muy definidas: Revalidar el modelo de desarrollo económico, social y político de estirpe neoliberal –con las nefastas consecuencias que ha arrasado el aparato productivo, generando desempleo,

informalidad, privatizaciones, los negociados con los derechos fundamentales, el cercenamiento de garantías democráticas, entre otros efectos– o probar un nuevo paradigma, que sea alternativo y contenga la solución a las verdaderas necesidades insatisfechas de la población. Para el primer grupo había una variopinta de candidatos, todos tratando de esconder con mascarillas sus convicciones neoliberales; estos eran: Juan Manuel Santos, Oscar Iván Zuluaga, Marta Lucía Ramírez y Enrique Peñalosa. La única alternativa opuesta la representaba Clara López Obregón.

En la última Gran Encuesta de Medios del pasado mes de mayo, el 68,5% de los encuestados repitió que Colombia va por mal camino y solo el 28;8% cree que va por camino correcto; piden los encuestados resolver los problemas de desempleo, la calidad y el cubrimiento del derecho a la salud, la seguridad ciudadana –poniendo en cintura la delincuencia común–, la calidad y la cobertura de la educación, eliminar la corrupción, acabar con la pobreza, llegar a un acuerdo con la guerrilla, reactivar la economía con énfasis en el sector agropecuario, entre otros. Estos temas fueron tocados de manera tangencial por los candidatos neoliberales, que desviaron la atención hacia los escándalos; en los dos únicos debates con cubrimiento nacional que se permitieron, Clara López tuvo la oportunidad de explicar a los colombianos que ninguno de los cuatro candidatos neoliberales podían resolver esos problemas, porque se encuentran comprometidos con ese modelo de desarrollo, el cual es absolutamente excluyente, que ha concentrado las riquezas en pocas manos.

La primera vuelta de estas elecciones presidenciales dejaron como resultado la abstención más alta en 20 años, con un 59,93%, que representa a 19 millones 758 mil 756 personas, que sumado a un histórico voto en blanco del 5,99%, o sea, 770 mil 610 personas y los votos no marcados – ¿quién sabe qué los motivó? – del 0,40%, es decir, 52.994 personas, más un 15,23% –1.958.414 votos– de la opositora Clara López, encontramos un espectro del 81,55%, o sea 22 millones 540 mil 774 colombianos con los cuales se puede organizar y orientar a este país para que se produzca un cambio incluyente en beneficio de toda la sociedad.

Sin embargo, el país quedó nuevamente en manos de los “Juanmanueles”, con cualquiera de los dos: Zuluaga o Santos, pierden esos casi 23 millones de colombianos desencantados en estas elecciones. No existe ninguna probabilidad para creer que cualquiera de los candidatos vaya a cambiar; por el contrario, profundizarán la implementación del modelo neoliberal y seguirán gobernando para los potentados y sus grupos económicos. ¡Se perdió una oportunidad de oro!

arlexariasarias@yahoo.com

Cartagena, 3 de junio de 2014.