Senador Robledo advierte sobre el “Uber-negociado”

Por José Arlex Arias Arias  

Las constituciones, leyes y decretos, como marcos regulatorios de la sociedad, tienen sus consecuencias cuando se van materializando, por lo cual las advertencias que se hacen al momento de su expedición, muchas veces son ignoradas. El presidente Santos expidió el decreto 1079 de 2015, que establece el servicio de transporte de lujo para pasajeros, consecuencia de la presión de la multinacional Uber, que de manera ilegal inició actividades en el país, azuzando la “piratería” de los carros particulares.

La conducta de su Gobierno ha sido beneficiar multinacionales; para ello la ministra de Transporte, Natalia Abello, invocó “la comodidad, accesibilidad, seguridad y calidad del servicio”, como si no fueran principios que debe tener una empresa competitiva.

El lanzamiento del decreto fue una opereta, en donde los actores –peces gordos y chiquitos– recitaron el repertorio asignado por Santos, mientras el gerente de Uber – Colombia, Mike Shoemaker, se relamía, mirando de soslayo a la carnada, en la jugada con la que se quedará con el “billonario” nicho de taxis en Colombia. Esos “peces chicos” caen en la trampa, unos por ingenuidad, otros por desconocimiento y los ya conocidos que defienden sus intereses particulares por encima de los colectivos.

El senador Jorge Robledo, en sus intervenciones y en el artículo: “Uber o la ilegalidad como gran negocio”, advierte: “Si los propietarios de Uber –Goldman Sachs, Google Ventures, Microsoft, etc – se salen con la suya, podrían montar el mayor negocio de la historia. Porque se proponen cobrarles a los taxistas –propietarios y conductores– hasta el exorbitante 30% por cada carrera. Si en solo Bogotá se dan 1.5 millones de carreras al día –a un promedio de dos dólares–, ¿tras cuánto van a escala global? Y con una inversión ridículamente pequeña frente a la magnitud de las ganancias”.

“La primera característica de Uber es que instiga a que se rompa la ley… porque azuza a que vehículos particulares se usen como de servicio público (UberX) o que los públicos realicen actividades que rebasan sus autorizaciones legales (Uber blancos). La viveza de estos ultra-poderosos azuzadores consistió en descubrir que la “piratería” en el servicio de taxis –tanto particulares como públicos–, que ocurría en pequeña escala por las trabas para contactar vehículos y pasajeros, podía lograrse en grande mediante el internet”, dice Robledo, quien demuestra las normas violadas por Uber.

“Es falso que Uber se proponga solucionar las fallas del servicio de taxis, por la simple razón de que más del 85% de los colombianos no posee tarjeta de crédito ni celular de alta gama y plan de datos para solicitar su servicio. En cambio, lo que hace Uber –que también instiga a la “piratería” en el transporte de carga– agravará los problemas de movilidad al aumentar los carros en circulación y reducir los ingresos de los taxis, porque ello, además de lesionar a esos propietarios y conductores, deteriorará el mantenimiento de los vehículos y la calidad del servicio”, concluye. ¡Santos, un pez muy gordo que ayuda a devorar a los pequeños! Feliz Navidad

arlexariasarias@yahoo.com

Cartagena de Indias.