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Sin ambigüedades: ni Santos, ni Zuluaga

Por José Arlex Arias Arias  

La primera vuelta presidencial en Colombia dejó como saldo dos candidatos que siguen en liza –Santos y Zuluaga–, y tres eliminados –Ramírez, López y Peñalosa–que juntos suman más de cinco millones de votos y un universo del 39,03% de los sufragios depositados, que se convierte ahora

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Por José Arlex Arias Arias  

La primera vuelta presidencial en Colombia dejó como saldo dos candidatos que siguen en liza –Santos y Zuluaga–, y tres eliminados –Ramírez, López y Peñalosa–que juntos suman más de cinco millones de votos y un universo del 39,03% de los sufragios depositados, que se convierte ahora

en coto de caza del “santiuribismo”, término que sigue teniendo validez si se analizan las profundidades de donde preceden tanto Juan Manuel como Oscar Iván, que estuvieron juntos y revueltos en los gobiernos de Uribe. De ahí que Santos ha demostrado ser igual o peor que un Uribe III, en cuanto a la consolidación de un modelo neoliberal excluyente y represivo.

Marta Lucía dividió a los conservadores, quedándose los oficialistas con Zuluaga y los parlamentarios entre este y Santos. Los Verdes –escindidos por Santos en la primera vuelta– deciden dejar en libertad a sus militantes para que adopten la posición que más les convenga. Y el Polo Democrático Alternativo –PDA– adoptó con unanimidad: “Quienes votaron por nuestra propuesta lo hicieron convencidos de que estaban apoyando un cambio de rumbo y que eran contrarios a las propuestas de los otros cuatro candidatos en disputa. El próximo 15 de junio de 2014 deberán decidir por quién votar, en blanco o abstención. Es de la autonomía y conciencia de cada elector tomar su decisión, en el entendido de que el Polo es y será opositor al programa de los dos candidatos en competencia, los señores Santos y Zuluaga; y que el Polo aboga por la construcción de una paz estable y duradera, cimentada en la democracia, la justicia social y los derechos de todos los colombianos y colombianas”.

El PDA desde un principio le declaró la oposición a Santos, dejando claro que no sería obstáculo en las negociaciones de Paz; por eso encabezó la resistencia civil contra las enmiendas constitucionales, leyes y normas que recortaron reivindicaciones económicas y sociales, así como garantías democráticas. Santos, como integrante del gobierno de Uribe, no ha respondido por los “falsos positivos”, el paramilitarismo, la violencia, ni por las “chuzadas” o la corrupción. De Presidente, ha impulsado políticas contra los derechos humanos, tal como la ampliación del fuero militar, mientras siguen los asesinatos de sus defensores así como de sindicalistas; con la ley de seguridad ciudadana criminalizó con cárcel la manifestación social; amplió el libre mercado negociando en contra del interés nacional, más Tratados de Libre Comercio; y con las locomotoras minera y agrícola le entrega la soberanía a las multinacionales. El gobierno de Santos es la prolongación de los de Uribe, quien pretende mandar en cuerpo ajeno, siendo el ventrílocuo de Oscar Iván Zuluaga.    

Los adeptos de Santos han desatado un “matoneo” hacia los dirigentes del PDA que han decidido votar en blanco o abstenerse. Clara López dijo: ninguno de los otros candidatos puede resolver los problemas más sentidos debido a que son neoliberales. Agregó que la paz es de los colombianos y no de un candidato político. Entonces, si nada ha cambiado en las propuestas de Santos, no existe ninguna razón para que los dirigentes del Polo Democrático ayuden a elegirlo para un segundo mandato y luego le declaren la oposición. ¡Sin ambigüedades: ni Santos, ni Zuluaga!

arlexariasarias@yahoo.com

Cartagena, 9 de junio de 2014.

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