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“Todos somos Colombia”

Por José Arlex Arias Arias  

Hace cerca de dos y media décadas algunos analistas económicos, sociales y políticos plantearon serias reservas frente al modelo neoliberal que se comenzaba a implementar, o mejor, imponer en el mundo y específicamente en nuestro país. Quienes impulsan dicho modelo utilizan premisas

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Por José Arlex Arias Arias  

Hace cerca de dos y media décadas algunos analistas económicos, sociales y políticos plantearon serias reservas frente al modelo neoliberal que se comenzaba a implementar, o mejor, imponer en el mundo y específicamente en nuestro país. Quienes impulsan dicho modelo utilizan premisas

como: acabar la corrupción, la ineficiencia y el clientelismo insertos en el sector público, además de modernizar el Estado, mediante su adelgazamiento; que el libre mercado abarataría los precios y las tarifas de los bienes y servicios; según ellos el sector privado brindaría a la población los beneficios sociales que el Estado es incapaz de proveerles; entre otros aspectos, con los cuales el propósito central era quitarle funciones al Estado y trasladar su patrimonio –capital constituido con el esfuerzo y trabajo de la población– a manos del sector privado.

Esos patriotas que osaron advertir a la Nación sobre el nefasto plan que se cernía sobre ella, fueron víctimas de la estigmatización, descalificados como “dinosaurios” vejestorios e incluso los “intelectualoides” pagados por los nuevos usurpadores se atrevieron a tratarlos el “clan de los imbéciles”, y en síntesis, se les intentó desacreditar para quitarle fuerza a sus argumentos. Muchos de estos “anticristos” –porque defienden la obsoleta función social del Estado-  plantearon que se fraguaba una auténtica conspiración contra el aparato productivo y por consecuencia contra el país. Son cerca de veinticinco años de un debate que versa sobre la soberanía territorial, económica, social y política de la Nación. Este debería ser el tema principal en los comicios electorales que culminarán con la elección del Presidente de la República, pero que ha venido siendo soslayado por los actores neoliberales, tal como sucedió en la pasada elección del Congreso.

Los ostentadores del poder y sus grandes medios de comunicación se encuentran muy preocupados y solidarios por lo que sucede en el vecindario, se las “tiran” de patriotas y demócratas, pero hacen mutis por el foro en relación con la situación económica, social y política de Colombia. Es claro, ellos la están pasando de maravilla, se han conformado con las migajas que les dejan las multinacionales, mientras estas se llevan toda la riqueza nacional y dejan al país peor que tierra arrasada. Ellos siguen viendo el bosque, pero aplican el dicho que, si la pradera se enciende, toca apagarla al precio que sea. Por eso no muestran la misma solidaridad con la cantidad de colombianos asesinados todos los días, ni ponen el grito en el cielo denunciando la represión –casi criminal– de las fuerzas militares en contra de las manifestaciones y protestas que se realizan a diario hasta en los confines más recónditos; menos lo hacen con las víctimas de lo que ellos llamaron “falsos positivos”, para esconder los asesinatos de los agentes del Estado. Por eso son complacientes con la impunidad; son tolerantes con los altos grados de corrupción de este gobierno, inherente precisamente a ese modelo de desarrollo; tampoco reaccionan contra el maquillaje a los indicadores económicos y sociales con los cuales engañan a la población. La única reacción que salvará al país es la de los habitantes del común, por eso ¡Todos somos Colombia!
arlexariasarias@yahoo.com

Cartagena, 14 de abril de 2014

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