Avanza la izquierda en Centroamérica

Por Diego Otero Prada  

En dos países, Salvador y Costa Rica, han ganado las fuerzas de avanzada las elecciones presidenciales y obtenido bloques parlamentarios fuertes.

En Salvador, el FMLN, con su candidato Salvador Cerén, obtuvo casi el 49% de los votos, seguido por el candidato de la ultraderecha, del partido ARENA, con 39%, mejorando notablemente los resultados de la última elección. Como no logró la mitad más uno de los votos se irá a una segunda vuelta que nadie duda ganará el candidato de la izquierda.

Costa Rica fue una sorpresa. Las encuestas fallaron, ya que daban como ganador o en segundo lugar al candidato de izquierda del Frente Amplio José M. Villalba, que llegó en tercer lugar con 17.18% de los votos, todavía sin haberse contabilizado el 100% de los votos.

La sorpresa fue el candidato del Partido de Acción Ciudadana-PAC, del antiguo líder Otto Solís, que aparece en primer lugar con 30,9% de los votos, seguido por el candidato oficial, Johnny Araya, con 29,6%, del Partido de Liberación Nacional-PLN, de origen socialdemócrata, pero hoy de derecha, partido muy desteñido y perjudicado por la pésima presidencia de la señora Laura Chinchillla.

El PAC se creó como una disidencia del PLN hace más de diez años, por su política derechista. En sus comienzos fue un partido de centro izquierda.

Como ningún candidato obtuvo más del 40,0% de los votos se irá a una segunda vuelta, con ventaja para el candidato del PAC porque la izquierda no votará por el PLN y hay una sensación en la ciudadana de que hay que derrotar al bipartidismo.

Lo importante en Costa Rica es el quiebre del bipartidismo del PLN y el Partido Social Cristiano, y la aparición de nuevas fuerzas progresistas. El surgimiento del Frente Amplio es reciente, pero sufrió una campa mediática en contra, anticomunista. A pesar de los ataques del sistema, logró su candidato  17,18% de los votos y va obtener una bancada importante.

La izquierda se amplía en Centroamérica y en todo el continente. Falta Colombia, es la estrella negra, país todavía dominado por partidos clientelistas y corruptos que sirven a las clases dominantes, que obstruyen la conformación de un país democrático, de crecimiento fuerte y de alto contendido social.

Las elecciones del 9 de marzo son la ocasión para que el electorado colombiano apoye  las fuerzas  alternativas opuestas al sistema dominante actual, como el Polo Democrático Alternativo. No puede ser Colombia la excepción. Colombianos sigan el ejemplo de El Salvador y Costa Rica.

4 de febrero de 2014.