Internacionales
Como reacción al dominio de E.U. en Centroamérica han irrumpido sectores de izquierda con propuestas alternativas
Por Fernando Arellano Ortiz
Un detallado análisis de la realidad centroamericana hace el politólogo mexicano Nayar López Castellanos.
Aunque no con la contundencia esperada por las múltiples circunstancias políticas e históricas adversas, en varios países de Centroamérica vienen irrumpiendo procesos de izquierda como respuesta al férreo dominio estadounidense en esa región del continente.
Por Fernando Arellano Ortiz
Un detallado análisis de la realidad centroamericana hace el politólogo mexicano Nayar López Castellanos.
Aunque no con la contundencia esperada por las múltiples circunstancias políticas e históricas adversas, en varios países de Centroamérica vienen irrumpiendo procesos de izquierda como respuesta al férreo dominio estadounidense en esa región del continente.
El hecho tiene importancia, por cuanto no hay que olvidar que las naciones centroamericanas históricamente han soportado dominio y represión por parte de sus oligarquías que tradicionalmente han estado al servicio de Washington. A partir del derrocamiento del gobierno de Jacobo Árbenz en Guatemala en 1954 organizado y perpetrado desde la Casa Blanca a instancias de la United Fruit Company, se han desatado varios conflictos internos que en el lapso del último medio siglo ha dejado como trágico saldo más de medio millón de muertos, una desintegración social muy fuerte y un estancamiento económico con altos niveles de desigualdad y pobreza.
Con estos antecedentes, afirma el politólogo mexicano Nayar López Castellanos, es notable el avance que en las últimas elecciones de algunos países de Centroamérica vienen teniendo los sectores de izquierda que, pese a sus limitaciones por la hegemonía neoliberal imperante, han logrado que sus propuestas alternativas no solo estén teniendo eco sino un aceptable apoyo popular en las urnas, con perspectivas a crecer.
Destaca, por ejemplo, el triunfo en segunda vuelta en el mes de marzo de este año en El Salvador del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) que sin alianzas logró un nuevo periodo presidencial con Salvador Sánchez Cerén, quien sucedió a su coideario Mauricio Funes.
Según este autorizado analista, doctor en Ciencia Política con maestría en Estudios Latinoamericanos, profesor e investigador de las Universidades Autónoma de la Ciudad de México (UACM) y Nacional Autónoma de México (UNAM), autor de varios libros, quien participó en las II Jornadas de Estudios de América Latina y el Caribe que se realizó el pasado mes de septiembre en la Universidad de Buenos Aires, la experiencia de El Salvador es interesante por cuanto hay que tener en cuenta que el FMLN es un partido surgido de las entrañas del pueblo que logró en 2009 romper la hegemonía de la ultraderecha que históricamente ha gobernado esta nación.
Además, agrega López Castellanos, Sánchez Cerén se está planteando coordenadas diferentes a las tradicionales en la orientación de su gobierno, no obstante que aún es muy temprano para tener una lectura de este proceso político habida cuenta que apenas asumió en junio pasado.
Relieva igualmente el papel que tuvo la izquierda de Costa Rica que en las elecciones presidenciales y legislativas realizadas en febrero de 2014 logró superar el 17% de la votación a través de la conformación de un Frente Amplio.
De Honduras, este analista político, hace un reconocimiento especial de la resistencia popular que sigue en pie de lucha ante el fraude electoral perpetrado en los comicios presidenciales de 2013 contra Xiomara Castro del Partido Libertad y Refundación y frente al golpe de Estado contra su esposo Manuel Zelaya en junio de 2009. Este partido con el liderazgo del expresidente Zelaya viene jugando un papel decisivo en el propósito de reconquistar el poder.
LA CONTRADICCIÓN DEL SANDINISMO EN NICARAGUA
El punto de quiebre del avance de la izquierda en Centroamérica es, según López Castellanos, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) que con el presidente Daniel Ortega en el gobierno desde 2007 juega a un pragmatismo poco explicable.
Aunque hace parte del ALBA, el proyecto integracionista bolivariano impulsado por el presidente venezolano Hugo Chávez, Nicaragua está en la lógica neoliberal porque integra tanto el Plan Puebla-Panamá, hoy rebautizado con el nombre de Proyecto Mesoamérica (para favorecer a las transnacionales y al capital financiero especulativo a través de la ejecución de grandes obras de infraestructura), como el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Centroamérica, CAFTA (por sus siglas en inglés).
Por ello, afirma este investigador social mexicano, “el sandinismos no es lo que fue”, pues salta a la vista su contradicción política.
E.U. Y OLIGARQUÍAS NACIONALES CONVIRTIERON A CENTROAMÉRICA EN UNA MAQUILA
De países como Guatemala y Panamá no hay nada que decir respecto del rol que juega la izquierda en esos países que siguen gobernados por la ultraderecha, sostiene López Castellanos. La izquierda guatemalteca, explica, se encuentra evaporada electoralmente, y en el istmo luego del gobierno nacionalista de Omar Torrijos, impera el statu quo.
Lo evidente, agrega, es que Centroamérica fue convertida por Estadios Unidos y sus aliados, los representantes de las oligarquías nacionales, en una maquila, que sirve además de equilibrio geopolítico para Washington en su patio trasero, razón por la cual el Pentágono a través del Comando Sur ha instalado varias bases militares.
Además, por esta importante zona geográfica pasa el 80% del comercio de alucinógenos hacia Estados Unidos.
MÉXICO SE CONVIRTIÓ EN EL PEÓN OBSECUENTE DE WASHINGTON
Sobre su país, México, el análisis de López Castellanos es contundente: “se convirtió en un peón totalmente obsecuente de Estados Unidos”. Hoy por hoy, explica, la nación azteca depende en un 80% del gran hegemón norteamericano; más del 30% del territorio mexicano viene siendo explotado sin ninguna consideración medioambiental por las mineras canadienses; y a su clase dirigente nucleada mayoritariamente en partidos de derecha como el PRI (actualmente en el gobierno con Enrique Peña Nieto) y el PAN no le interesa reintegrarse a América del Sur.
Se lamenta de que un sector considerado de izquierda como el Partido de la Revolución Democrática (PRD) haya terminado pactando con el cuestionado gobierno de Peña Nieto.
“El panorama de México es muy sombrío”, afirma este politólogo que no tiene que dar mayores detalles ante las nefastas noticias que día tras día se transmiten sobre esta gran nación y que asombran al mundo por tragedias como la desaparición forzada de 43 estudiantes en Iguala, en el Estado de Guerrero.
En medio de ese mar de desesperanza, dice López Castellanos, alumbra con luz propia el movimiento zapatista que es rechazado por la izquierda partidaria mexicana, y que “se ha convertido en un laboratorio de ética, de autogestión, ejemplo para la humanidad”.