Nacional
Dólar: Petróleo y algo más
Por Mauricio Cabrera Galvis
Cuando a los analistas económicos y a los expertos financieros les preguntan sobre la acelerada subida del precio del dólar que ya pasó los $2.800, todos responden al unísono que la causa es el déficit del sector externo producido por el desplome del precio del petróleo que ya volvió a ubicarse por debajo de US$ 50 por barril. Tienen razón, pero solo en parte porque hay otros factores que están impulsando la devaluación.
En los primeros cinco meses de año los ingresos por exportaciones de petróleo y carbón fueron US$8.200 millones, frente a los US$14.050 millones que se recibieron en el mismo período del año pasado.
Por Mauricio Cabrera Galvis
Cuando a los analistas económicos y a los expertos financieros les preguntan sobre la acelerada subida del precio del dólar que ya pasó los $2.800, todos responden al unísono que la causa es el déficit del sector externo producido por el desplome del precio del petróleo que ya volvió a ubicarse por debajo de US$ 50 por barril. Tienen razón, pero solo en parte porque hay otros factores que están impulsando la devaluación.
En los primeros cinco meses de año los ingresos por exportaciones de petróleo y carbón fueron US$8.200 millones, frente a los US$14.050 millones que se recibieron en el mismo período del año pasado.
Es una caída enorme (42%), pero no son las únicas exportaciones con comportamiento negativo, pues las no tradicionales también disminuyeron US$800 millones (11,5%).
Asombra, pero no sorprende a quienes lo habíamos previsto, lo que está pasando con aquellos países con los que hemos firmado TLC: estos tratados no han sido la receta mágica para aumentar las exportaciones no tradicionales.
Por el contrario, en lo corrido del año las ventas de productos diferentes a café y petróleo a Estados Unidos han caído 19,2%, a México 24% y a la Unión Europea 8%.
Por otra parte el ajuste esperado en las importaciones por efecto del mayor precio del dólar ha sido más lento de lo esperado, de manera que en estos cinco meses solo han disminuido US$2.500 millones (10%) respecto del año pasado.
Para entender porque la devaluación del peso no ha desestimulado las importaciones tanto como se esperaba, es importante señalar que aunque los egresos en dólares si han caído en esa cuantía, el volumen de bienes importados (medido en toneladas) no ha disminuido sino que ha aumentado 5,3%, lo cual se explica por una reducción del precio promedio de los bienes que compramos en el exterior. Por eso ha sido mínimo el impacto de la devaluación sobre la inflación.
Además del creciente desequilibrio en la balanza comercial, el otro factor que está presionando al alza el precio del dólar es la reducción en los ingresos de inversión extranjera, en particular la llamada inversión de portafolio que son los capitales golondrina.
De hecho el desequilibrio externo no es nuevo, pues llevamos varios años con grandes déficits en la cuenta corriente de la balanza de pagos, pero hasta ahora los ingresos de capitales extranjeros habían sido tan cuantiosos que no solo los habían compensado sino que artificialmente habían tumbado el precio del dólar hasta por debajo de $1.800. Cuando disminuyen esos ingresos, quedamos desnudos como ese emperador que se dio cuenta que su traje nuevo era una ilusión. En efecto, en el primer semestre de este año la inversión extranjera en empresas, sobre todo del sector de hidrocarburos, ha disminuido US$1.600 millones, y los capitales golondrina se espantaron pues este año han entrado US$5.700 millones menos que el año pasado. La caída en los ingresos de capital ha sido mayor que la del petróleo y sumadas han generado una escasez de dólares que explica la subida del precio de la divisa.
Hace unos meses me atreví a pronosticar –en contra de la opinión de la mayoría de los analistas- que el dólar podía llegar a $3.000 si el precio del petróleo no se recuperaba y en Estados Unidos subían las tasas de interés.
Aunque lo segundo todavía no ha ocurrido y el Federal Reserve puede demorarse unos meses más en subir sus tasas, ya estamos cerca de esa cifra y el pronóstico sigue en pie.