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El año en que el mundo ha empezado a cambiar

Por Emir Sader  

Hace un año EE.UU. estaba listo para atacar a Siria, capítulo previo a un ataque a Irán, cediendo a las presiones de Israel. Era tan solo un capítulo más en un escenario instaurado desde el final de la Guerra Fría, con el rol predominante e incuestionable de EE.UU., que militariza todos los conflictos, de Afganistán a Libia, amenazando extenderlos a Siria y a Irán.

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Por Emir Sader  

Hace un año EE.UU. estaba listo para atacar a Siria, capítulo previo a un ataque a Irán, cediendo a las presiones de Israel. Era tan solo un capítulo más en un escenario instaurado desde el final de la Guerra Fría, con el rol predominante e incuestionable de EE.UU., que militariza todos los conflictos, de Afganistán a Libia, amenazando extenderlos a Siria y a Irán.

Un año después, el cuadro internacional ha cambiado radicalmente. Salió de la agencia la posibilidad de bombardeo de Siria, fueron iniciadas negociaciones de paz sobre Siria e Irán, con intermediación de Rusia y bajo las protestas aisladas de Israel, de Arabia Saudita y de Kuwait. Impotentes para intervenir, EE.UU. y la UE han tenido que aceptar, por las vías de hecho, la decisión de Crimea de adherir a Rusia y tampoco logran controlar la rebelión de otras regiones de Ucrania que quieren seguir un camino similar.

Hace un año se anunciaba la normalización de la vida en Afganistán, Irak y Libia, con la retirada de tropas norte-americanas en los dos primeros y con realización de elecciones en los tres países. Hoy los tres se encuentran en avanzado estado de descomposición, sin Estados nacionales en Irak y Libia, con aumento de la violencia en Afganistán. EE.UU. vuelve a bombardear a Irak, intentando frenar la ofensiva de los sunitas radicales hacia Bagdad.

Hace un año, el FMI y el Banco Mundial parecían todavía reinar soberanos en la economía mundial. Un año después el Brics ha fundado un Banco de Desarrollo y ha creado un fondo de divisas en apoyo a países con dificultades.

Hace un año las potencias occidentales creían tener a Rusia sometida económica y políticamente. Hoy Rusia se ha vuelto un actor fundamental en las negociaciones de paz, como en los casos de Siria e Irán, así como apoyo indispensable que EE.UU. necesita para su retirada de las tropas de Afganistán.

EE.UU. y Europa han decidido una serie de sanciones en contra de Rusia, pero la respuesta de esta, con la suspensión de la compra de productos agrícolas de EE.UU. y de la UE, sustituidas por compras de países de América Latina, ha dejado a las potencias occidentales desconcertadas y en pánico, revelando toda su fragilidad. La posibilidad de corte de gas por parte de Rusia causa pavor a Europa. Mientras tanto, Rusia y China han firmado un acuerdo estratégico de largo plazo, que incluye el suministro de gas a los chinos por 30 años.

Obama intentaba aparecer lo suficientemente fuerte hasta un año atrás, amenazando resolver las crisis en Siria y en Irán mediante el uso de la fuerza. Hoy, de manera consensual, es considerado, dentro y fuera de EE.UU., como un presidente impotente para actuar en todos los múltiples frentes en que está involucrado y sin capacidad de resolver ninguno.

Hace un año la hegemonía política, militar y económica de EE.UU. parecía consolidada. Un año después surge un bloque de fuerzas que apunta hacia la superación de esa hegemonía. Todo ello –entre otras tantas cosas más– se ha dado en el espacio del año transcurrido desde agosto de 2013. Un año en que el mundo, que parecía tener su correlación de fuerzas congelada, ha empezado a moverse en otra dirección, en la dirección de un mundo multipolar.

El Telégrafo, Ecuador.

 

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