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El nicho de mercado de taxis

Por José Arlex Arias Arias  

La globalización implica que las multinacionales salen a asegurar los mercados para comercializar sus productos y capitales, de tal manera que puedan hacer bastante rentables sus tasas internas de retorno. Con ese objetivo exigen condiciones que denominan “confianza al inversionista”, a través de seguridad jurídica, flexibilización laboral, exenciones tributarias, materias primas baratas y protección intelectual, entre otras; muchas, pactadas en Tratados de Libre Comercio. En este escenario, se quedan con los negocios de los servicios públicos, salud, educación, seguridad social, recursos naturales, materias primas, sector financiero, vías, transporte, etc.

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Por José Arlex Arias Arias  

La globalización implica que las multinacionales salen a asegurar los mercados para comercializar sus productos y capitales, de tal manera que puedan hacer bastante rentables sus tasas internas de retorno. Con ese objetivo exigen condiciones que denominan “confianza al inversionista”, a través de seguridad jurídica, flexibilización laboral, exenciones tributarias, materias primas baratas y protección intelectual, entre otras; muchas, pactadas en Tratados de Libre Comercio. En este escenario, se quedan con los negocios de los servicios públicos, salud, educación, seguridad social, recursos naturales, materias primas, sector financiero, vías, transporte, etc.

Cuando dichas multinacionales apuntan hacia un sector, comienzan con una estrategia de descrédito a quien tenga la prevalencia en el producto, maximizando sus dificultades con el objetivo de desplazarlos. Para ellos, lo más importante –al costo que sea– es apropiarse del nicho del mercado que garantice altísimas ganancias. 

El sector del transporte es de los más apetecidos por las multinacionales; en Colombia vienen apropiándose del mismo con paso lento pero seguro. Han caído en sus manos: El nicho aéreo –ya Avianca no es de los colombianos–; el transporte de carga; los Sistemas de Transporte Masivo –o Transmilenios–; las Sociedades Portuarias –se quedaron con los terminales marítimos, el mercado de los barcos y los astilleros–; administran carreteras; se preparan para quedarse con el río Magdalena, y ahora han lanzado como cabeza de playa a la multinacional Uber para el nicho de taxis.

Lane Kasselman, director de comunicaciones de Uber para América, dijo a Don Dinero que “este negocio es una aplicación de internet creada por el estadounidense Travis Kalanick, consistente en que un conductor que tenga un vehículo, con no más de 10 años, que sea de 4 puertas, y pase por una revisión, pueden unirse a la plataforma, que les cobra el 20% de lo producido”. “Detrás de Uber están Goldman Sachs y todos los tiburones de Wall Street. Es la empresa que más rápido está creciendo en todo el mundo… incluso más rápido que Facebook en los primeros cinco años… De Colombia a Francia, pasando por India y Estados Unidos, Uber se mueve en un negocio que va por delante de la regulación… Su modelo no es incluyente, a diferencia de lo que ocurre con compañías que generan valor para todos. En Uber, el valor es solo para los dueños y los accionistas de Wall Street”, dijo Paola Ochoa, en El Tiempo.com.

De tal manera que las protestas de los propietarios y conductores de taxi se circunscriben en el ámbito de la defensa de la producción y la economía nacional. “No es muy fácil defender el servicio de taxis en estos momentos, puesto que existen algunos conductores que por sus pésimas relaciones humanas, violación de las diferentes normas y discriminación en el servicio, se han dedicado a hacerle mucho daño a este gremio. Pero como en su momento lo expresó el senador Jorge Robledo, los taxistas tienen la razón. No a Uber; no a la piratería. Es otra forma de piratería. El gremio debe tener toda nuestra solidaridad”, indicó el concejal del Polo Democrático, David Múnera Cavadía.

arlexariasarias@hotmail.com

Cartagena de Indias.

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