Conecta con nosotros

Nacional

El poder de los grandes medios de comunicación

Por José Arlex Arias Arias  

Por algo se les denomina el Cuarto Poder, significando con ello que se han convertido en el sostén de los que ostentan la dirección del Estado. No en balde los equiparan con el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, que son los soportes de las democracias que por centenares de años han gobernado

Publicado

en

Por José Arlex Arias Arias  

Por algo se les denomina el Cuarto Poder, significando con ello que se han convertido en el sostén de los que ostentan la dirección del Estado. No en balde los equiparan con el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, que son los soportes de las democracias que por centenares de años han gobernado

al mundo, impulsando un capitalismo cuya propuesta principal es la obtención de la máxima ganancia. Capitalismo que es exacerbado con la puesta en práctica del salvaje neoliberalismo, entramado en el cual los grandes medios de comunicación hacen parte de los grupos económicos que luchan por los mercados internos de los países, especialmente de los más pobres.

En este contexto los grandes medios de comunicación entran a hacer parte de las exorbitantes ganancias de los grupos económicos, que precisamente en un alto porcentaje provienen del propio Estado. En ese sentido aseguran las cifras de Asomedios, que en el año 2004 la torta del gobierno nacional para la sola televisión ascendió a 810.636 millones de pesos de los cuales el 90,9% o sea $737.452 millones fueron captados por los canales privados, mientras que el Canal Uno, de categoría mixto, solo recibió el 3,20%, unos 25.955 millones de pesos y los canales regionales se hicieron con el restante 5,9%, es decir, 47.228 millones de pesos.

El mismo Asomedios indica que “en los años siguientes la repartición se convirtió en una característica intrínseca de la industria, y para 2012 subió a 1 billón 100 mil millones de pesos, de los cuales el 91,2%, es decir, más de $1 billón se entregó para los canales privados Caracol y RCN principalmente, 5,72%  o sea $63.394 millones para los canales regionales y 3,04%, unos $33.713 millones para el Canal Uno, que se encuentra en concesión, por lo cual se puede catalogar como privado. En estos datos no está lo que entregan los gobiernos territoriales, como tampoco se contabilizan lo que el Estado en general gasta en radio, periódicos y otros medios de comunicación.

Estas cifras nos dan una idea del “objetivismo” de los grandes medios de comunicación, de su inclinación por defender a ultranza el status quo, por sostener el reaccionario neoliberalismo, de las gavillas contra quienes osen propuestas alternativas o denuncien las consecuencias de estas políticas, de su alergia por las protestas sociales, de su silencio cómplice con la corrupción e impunidad y de la posición extrema contra los gobiernos alternativos. Lo más chistoso es ver los “cacaos” de este periodismo sentando cátedra en las principales universidades del país, pontificando sobre la “verdad”, la “objetividad” o el interés común, pero en su diario actuar olvidan a los miles de colombianos asesinados, las muertes propiciadas por la represión a las protestas, los millones de colombianos que si desayunan, no almuerzan, o si almuerzan no cenan, mientras ellos siguen blandiendo las mentiras gubernamentales. Aquí se entiende su solidaridad con quienes quieren tumbar gobierno vecinos pero su rechazo a las protestas nacionales y el respaldo a los cuatro candidatos “Juan Manueles” neoliberales. Solo los medios alternativos comprometidos socialmente podrán quitar el antifaz al pueblo y en ello deben unirse organizaciones sociales, gremios de la producción y fuerzas políticas por un país más equitativo.

arlexariasarias@yahoo.com

Cartagena, 5 de mayo de 2014.

Continúe leyendo
Click para comentar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *