Internacionales
“El sistema político peruano como está no da para más ni representa a la ciudadanía”
Por Jacqueline Fowks / El País
Entrevista con Verónika Mendoza, candidata presidencial de Perú por el Frente Amplio, la coalición de izquierda. Es la aspirante más joven y plantea cambios en el sistema político y el modelo económico.
La congresista por Cusco Verónika Mendoza es, a sus 35 años, la candidata a la presidencia de Perú más joven. Miembro de la coalición de izquierda Frente Amplio, es asimismo la única que habla quechua fluidamente de las 17 personas que aspiran a ese cargo en los comicios del 10 de abril. Mendoza defiende cambios en el sistema político y el modelo económico, al igual que el 62% de los peruanos. Estudió Psicología y una maestría en Ciencias Sociales en Francia, donde también se formó en enseñanza de segundas lenguas.
Por Jacqueline Fowks / El País
Entrevista con Verónika Mendoza, candidata presidencial de Perú por el Frente Amplio, la coalición de izquierda. Es la aspirante más joven y plantea cambios en el sistema político y el modelo económico.
La congresista por Cusco Verónika Mendoza es, a sus 35 años, la candidata a la presidencia de Perú más joven. Miembro de la coalición de izquierda Frente Amplio, es asimismo la única que habla quechua fluidamente de las 17 personas que aspiran a ese cargo en los comicios del 10 de abril. Mendoza defiende cambios en el sistema político y el modelo económico, al igual que el 62% de los peruanos. Estudió Psicología y una maestría en Ciencias Sociales en Francia, donde también se formó en enseñanza de segundas lenguas.
El sondeo más reciente coloca a Mendoza en el sexto lugar de preferencias, después del expresidente Alan García, de quien la candidata se diferencia diciendo: “No tengo experiencia en indultar narcotraficantes ni en corrupción, como otros candidatos”.
Después de casi cinco años como parlamentaria, su principal constatación sobre la política en su país es que “el sistema político como está no da para más, ni representa las demandas de la ciudadanía. El Congreso ha estado a espaldas de la gente y hay una cerrazón de la clase política”, asegura.
Para Mendoza, el Legislativo se ha convertido en una mesa de partes del Ejecutivo, sin incidencia en la definición de presupuesto público. Critica las reformas laborales, tributarias y ambientales que promovió el Ejecutivo “con el argumento de atraer inversiones, pero que recortaban derechos de los ciudadanos, y que el Congreso quiso aprobar sin mayor debate, generando enormes resistencias de la ciudadanía en 2014”. Esas diferencias con el Gobierno la llevaron a renunciar como militante del Partido Nacionalista en junio de 2012.
Mendoza era casi una desconocida en enero en las encuestas y, a diferencia de los candidatos García y Keiko Fujimori, que en algunas ciudades son recibidos con huevos y carteles de rechazo, reúne cada vez más electores que la escuchan.
Propuestas económicas
“Dentro de lo urgente está la reactivación económica. Recojo en campaña que las familias están sintiendo los efectos del frenazo económico”, asegura Mendoza. Para remediarlo, propone: “De llegar al Gobierno, tras reactivar aumentando el sueldo mínimo, incrementando la inversión pública y garantizando crédito barato para los micro y pequeños empresarios, será posible redistribuir mediante programas de pensiones para sectores más vulnerables y diversificar la economía mediante la capacitación a sectores productivos y la promoción de la asociatividad con fines de industrialización”.
Mendoza recibe a El País en el salón de su departamento, en un distrito de clase media en Lima, sin equipo alrededor. Su hija de cuatro años espera a que la visita se retire para jugar con la madre.
La postulante describe al Frente Amplio como una organización política de izquierda que agrupa a núcleos sindicales, colectivos indígenas, de jóvenes y mujeres. “Hay una marca progresista muy clara, ambientalista, y también una fuerte impronta del movimiento campesino. Planteamos en este debate electoral la necesidad de cambios profundos en el país como renegociar los contratos de explotación de los recursos naturales, que han sido rematados a empresas transnacionales sin que beneficien a la gente, tenemos importantes cantidades de gas en nuestro país”, refiere.
Mendoza recuerda que en el Congreso advirtió hace años de que el país debía buscar otras fuentes ante la caída de los precios internacionales de los metales, “pero fuimos censurados y calificados como enemigos del desarrollo. Otros sectores tienen un enorme potencial, como el agro, la ganadería, el turismo”.
El padre de la congresista, Marcelino Mendoza, fue dirigente del partido Izquierda Unida en Cusco y uno de los fundadores del gremio nacional de maestros en los 70. Con su experiencia, recomienda a la candidata “que salga más en los medios de comunicación, que dé a conocer más mis propuestas y que no me pelee mucho con los empresarios”, explica la joven congresista. “Yo le digo que no me peleo, sino que les vamos a poner reglas claras, porque necesitamos sus inversiones, vamos a concertar. Percibe [Marcelino Mendoza] que somos un poco estigmatizados como antiinversión y le preocupa un poco”.
La candidata discrepa del tecnócrata y también candidato presidencial Julio Guzmán, quien señala que América Latina no quiere ideologías, sino resultados. “Los que gobiernan deben tener un programa sustentado política y socialmente. Hemos visto el resultado del discurso sobre la prioridad de lo técnico con el Gobierno de Alberto Fujimori, quien rechazaba las ideologías y descalificaba lo político. Con ese argumento impulsó reformas con clarísimo sesgo ideológico, que desmantelaron el Estado, institucionalizaron la corrupción, y derivaron en un debilitamiento de la institucionalidad del cual hasta ahora no nos recuperamos”, respondió.
Las múltiples culturas
Perú ha vivido desde 2009 múltiples conflictos sociales entre las empresas, las fuerzas del orden y las comunidades cercanas a los proyectos de extracción minera, de hidrocarburos y construcción de hidroeléctricas. A este respecto, Mendoza exige “reconocer los derechos de las comunidades campesinas y nativas a decidir sobre su territorio y sobre las políticas públicas que los afectan”.
La política apuesta por el diálogo para solucionar estos problemas y afirma: “En los últimos años, [los pueblos indígenas] han estado marcados por duros conflictos sociales relacionados con el uso de los recursos naturales y el territorio, y han primado lógicas autoritarias, sin dialogar ni consultar. Eso ha generado más de 50 muertos durante este Gobierno”, sostiene.
El País, España.