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España: elecciones regionales confirman cierre del ciclo del bipartidismo

Por Katu Arkonada  

Si bien en las elecciones regionales de España del pasado domingo 14 de mayo ganó lánguidamente la ultraderecha neofranquista, irrumpieron con fuerza nuevos partidos políticos que confirman el cierre del ciclo del bipartidismo del ultraderechista Partido Popular (PP)- y del centroderechista Partido Socialista Obrero Español (PSOE)

El Partido Popular ha ganado las elecciones municipales en el Estado Español con más de 6 millones de votos (27%), obteniendo 22.750 concejales. El PSOE le sigue con 5.587.084 votos (25’03%) y 20.824 concejales. A gran distancia, el tercer partido que más concejales obtiene es CIU con 3.3241.  

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Por Katu Arkonada  

Si bien en las elecciones regionales de España del pasado domingo 14 de mayo ganó lánguidamente la ultraderecha neofranquista, irrumpieron con fuerza nuevos partidos políticos que confirman el cierre del ciclo del bipartidismo del ultraderechista Partido Popular (PP)- y del centroderechista Partido Socialista Obrero Español (PSOE)

El Partido Popular ha ganado las elecciones municipales en el Estado Español con más de 6 millones de votos (27%), obteniendo 22.750 concejales. El PSOE le sigue con 5.587.084 votos (25’03%) y 20.824 concejales. A gran distancia, el tercer partido que más concejales obtiene es CIU con 3.3241.  

 

Estas elecciones han venido a confirmar el cierre del ciclo del bipartidismo en España, y el auge de los nuevos partidos y formas de hacer política. Los viejos partidos del régimen obtienen el 52% de los votos, que sumados al 6’55% obtenido por Ciudadanos otorga casi un 60% de voto a favor de apuntalar el régimen y un modelo económico y social neoliberal. Porcentaje que casi con total seguridad aumentará en las elecciones generales en las que Ciudadanos sí puede proyectar en todo el territorio nacional la figura de su líder Albert Rivera, algo que no ha logrado trasladar a los candidatos municipales, a pesar de que ha pasado de 11 concejales en 2011 a 1.500 y 1.461.258 votos, convirtiéndose en la llave para otorgarle el gobierno al PP en cuatro autonomías, Madrid, Murcia, La Rioja y Castilla y León.

Todo parece indicar que gane quien gane las elecciones de finales de año, el régimen volverá a obtener entre un 60% y 70% de los votos, recomponiéndose, con algunas concesiones cosméticas, a la crisis que algunos presuponían terminal.

Sin embargo, la corrupción que inunda la política española le ha pasado factura al PP, que ha visto disminuido su poder territorial al mismo tiempo que aumentaba la presencia de la izquierda y del social-liberalismo de centro-izquierda. El PP pierde la mayoría absoluta en la mayor parte de capitales y comunidades autónomas, pero el PSOE, la otra pata del régimen, recupera 2 millones de votos respecto de los resultados de las elecciones europeas de 2014.

La plaza más paradigmática de este nuevo tiempo político es la capital de España, donde Esperanza Aguirre ganó las elecciones tanto en votos como en número de concejales, pero un pacto entre Ahora Madrid (candidatura de confluencia entre Podemos, sectores de Izquierda Unida y Equo, entre otros) y el PSOE le podría dar la alcaldía a Manuela Carmena, ex Juez del Tribunal Supremo y miembro del Patronato de la Fundación Alternativa2 (al igual que Zapatero o Felipe González), que se presentó a las primarias de Ahora Madrid.

¿Pactos Podemos-PSOE?

La plataforma de unidad en la que Podemos tiene un peso importante solo podrá gobernar Madrid mediante pacto previo con el PSOE. El mismo PSOE de los GAL, de los casos ERE de corrupción en Andalucía o el que comenzó a aplicar en 2010 las reformas neoliberales de ajuste mediante la reforma laboral y el recorte de las pensiones. El mismo PSOE que hasta hace muy poco era parte de la casta. Este probable escenario hará no solo que Podemos tenga que bajar al barro de la arena política desde la nube de la teoría del discurso, sino que alargará y hará aún más empinada si cabe la cuesta que lleva a las elecciones generales de finales de año.

Catalunya

Catalunya vuelve a marcar diferencias. Ada Colau, una activista anti desahucios a la que podíamos ver hace no tanto altavoz en mano o incluso siendo detenida por la policía, será la próxima alcaldesa de Barcelona por la confluencia de izquierdas Barcelona en Comú. Precisamente la alcaldía más importante que va a tener la izquierda es paradójicamente con la plataforma donde menos peso tiene Podemos (también confluyen en ella Iniciativa per Catalunya Verds, Esquerra Unida i Alternativa, Equo y Procés Constituent mientras que Podemos solo obtiene el cuarto concejal con Jaume Asens). Barcelona en Comú ha ganado las elecciones en Barcelona siendo la plataforma que más ha avanzado en las nuevas formas de hacer política, en la democracia interna y la que más ha profundizado en el proceso de confluencia y unidad popular desde abajo, construyendo además un código ético3 para su funcionamiento interno del que deberían aprender muchas otras fuerzas de izquierda.

País Vasco

En Hego Euskal Herria, el País Vasco y Navarra, la Izquierda Abertzale y los partidos que componen el frente amplio soberanista EH Bildu, que habían obtenido 345.896 votos en 2011 convirtiéndose en la primera fuerza a nivel municipal, se dejaron el 10% de los votos pasando a obtener 308.396 votos. Al mismo tiempo, el Partido Nacionalista Vasco subía de 327.100 en 2011 a 360.024. EH Bildu ha pasado a ser segunda fuerza en los territorios históricos de Bizkaia y Gipuzkoa, y tercera en Araba y Navarra; mientras que en las capitales vascas queda como segunda fuerza en Vitoria-Gasteiz, Bilbao y Pamplona-Irunea, siendo tercera en San Sebastián, ciudad que gobierna la presente legislatura que termina. La única alegría vino de la posibilidad de derrumbar el régimen en Navarra pues la suma de los partidos que apuestan por el cambio (EH Bildu, Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra) suma los 26 parlamentarios de la mayoría absoluta, frente a los 24 que obtienen la derecha de UPN y PP más el PSN. A pesar de que Podemos no tiene una presencia significativa en el País Vasco y Navarra (pues no existe la descomposición que sufre la izquierda política y sindical española), el frente amplio soberanista ya no recoge el voto ni del descontento ni de la ilusión, y será necesario abrir una reflexión en los próximos meses para encontrar nuevas formas de hacer política adaptadas a los nuevos tiempos que vive la sociedad vasca. Mientras tanto, la derecha demo-cristiana del PNV gobernará la Diputación de Bizkaia, Gipuzkoa, Araba, y muy probablemente Navarra con su aliado Geroa Bai; y si bien la mayoría política, social y sindical apuesta por el derecho a decidir del pueblo vasco, habrá que articular nuevas formas de presión desde la sociedad civil hacia los partidos, y explorar los diferentes horizontes de desobediencia civil hacia el Estado Español.

Centro-derecha vs. Centro-izquierda

Los próximos meses pasaran a estar dominados por una disputa entre el centro-derecha y el centro izquierda, con PP y PSOE como viejos actores que aun siendo malos cumplen con el expediente, y Podemos y Ciudadanos como actores emergentes del nuevo tablero político español. Quien mejor parado puede salir de esta situación es Ciudadanos si no se complica mucho en los pactos post electorales, llegando fuerte a las generales donde el arrastre de su líder Rivera puede garantizarles el tercer puesto.

A Podemos, a pesar de que paradójicamente una jueza de 71 años le haya rejuvenecido (las crónicas cuentan que en la fiesta de celebración en Madrid la gente gritaba Manuela Presidenta delante de Pablo Iglesias) se les va a complicar mucho el escenario con posibles pactos para que el PSOE gobierne en vez del PP en Aragón, Asturias, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana o Extremadura. Pactar con el PSOE que hasta hace poco era casta y no poder vender como propia ni la alcaldía de Ada Colau ni una posible de Manuela Carmena4 no es un triunfo. Otro dato importante es el que aporta Isaac Rosa en un análisis imprescindible5: en la ciudad de Madrid, la candidatura de Ahora Madrid ha sacado 519.000 votos mientras que, con el mismo censo, la candidatura propia de Podemos al parlamento autonómico ha sacado 285.000 votos. Muchos votantes del PSOE han votado en la ciudad de Madrid por una confluencia de izquierda con una candidata no partidista pero en la Comunidad de Madrid es el PSOE quien obtiene el segundo lugar por detrás del PP y delante de Podemos.

Es claro que Podemos provocó la ruptura del bipartidismo español, pero de las grietas del régimen nació un Podemos de derecha llamado Ciudadanos que pudiera aprovechar mejor la famosa ventana de oportunidad que se abre, y se cierra, a finales de año. De momento el bipartidismo ha dado paso a un tetrapartidismo, habrá que ver si la experiencia de unidad popular de Barcelona y Madrid puede irradiarse al conjunto del Estado Español, y en ese hipotético escenario es crucial el papel que las izquierdas de la periferia, País Vasco y Catalunya, pero también Galiza donde las “mareas ciudadanas” han arrebata al PP la mayoría absoluta en uno de sus feudos históricos, puedan jugar.

El Estado Español vive sin duda una época de cambios, pero aún es pronto para determinar si se transformará en un cambio de época.

 

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