Indigna tanta desigualdad

Por José Arlex Arias Arias  

Los contradictores del modelo neoliberal han afirmado que éste termina por concentrar las riquezas en pocas manos, puesto que su objetivo es la recomposición de la Tasa Interna de Retorno con lo que garantizan la más alta rentabilidad a sus inversiones. Es la respuesta que el capitalismo encontró a la crisis de superproducción de bienes, servicios y capitales, que tiene como base la toma de mercados internos de países satélites, la rebaja de aranceles, las privatizaciones, o lo que es decir, el traslado del patrimonio público al sector privado, la rebaja de impuestos a multinacionales, la garantía de altas tarifas y precios para sus productos y el envilecimiento de la mano de obra mediante la flexibilización laboral.

Antes de la instalación del anual Foro Económico Mundial, con sede en Davos –Suiza–, la Organización No Gubernamental –ONG– británica Oxfam reveló su informe sobre pobreza y desigualdad en el mundo. Su conclusión debe producir indignación en los demócratas: el 1% más rico de la población alcanzó, en el 2015, la riqueza del 99% restante. 62 personas poseen la misma riqueza que 3.600 millones, o sea, la mitad de la población pobre. En 2010, eran 388. El informe titulado ‘Economía al servicio del 1%’ afirma que “la crisis de la desigualdad está fuera de control. Los ingresos promedio anuales del 10% de la población más pobre, en los últimos 25 años, han aumentado menos de tres dólares al año, o sea, menos de un centavo diario. Si la desigualdad no hubiera aumentado tanto entre 1990 y 2010, otras 200 millones de personas habrían salido de la pobreza”, enfatiza. “En prácticamente todos los países más avanzados, y en la mayoría de los países en desarrollo, la participación de los trabajadores en la renta se ha ido reduciendo. (…) Por el contrario, los dueños del capital han visto cómo este ha ido creciendo constantemente. Mientras los sueldos de los trabajadores se han estancado, los de los altos ejecutivos se han disparado”.

Oxfam le ha propuesto a los líderes de los ricos reunidos en Davos que: “Paguen a los trabajadores un salario digno; reduzcan las diferencias con las remuneraciones de los altos directivos; fomenten la igualdad económica y los derechos de las mujeres; distribuyan el esfuerzo fiscal de forma justa; pongan fin a los regímenes empresariales preferenciales dañinos; y acabar con la era de los paraísos fiscales”, es decir, una especie de revisión de un modelo económico que está a favor de esa minoría de la población. Las solicitudes de Oxfam no serán tenidas en cuenta –porque el modelo a ellos les funciona muy bien–, a menos que los descontentos e indignados –que son la mayoría del mundo– se unan y exijan el cambio de las reglas del juego. Para la muestra, un botón: Colombia: El país más desigual de América –después de Haití– y el 12 en el mundo. ¿Cuál es el recetario para romper esta desigualdad?: Amañar indicadores: una persona dejó de ser pobre si gana $218 mil al mes; una reforma tributaria estructural: un trabajador o pensionado con ingresos de $1.5 millones mensuales estará obligado a pagar impuesto de renta; subir las tasas impositivas e incrementar y extender el IVA, aunque el presidente Santos lo niegue. ¡Qué chistoso! ¡Sacar a la población de la pobreza con medidas empobrecedoras!

arlexariasarias@yahoo.com

Cartagena de Indias.