La “nueva politica” agraria

Por Eudoro Álvarez Cohecha  

Aurelio Iragorri Valencia, uno de los 100 ministros de agricultura en los 101 años de existencia de esa entidad, se gastó más de 38 minutos, para explicar, en un soso video, lo que habría podido hacerlo en un poco menos de un minuto si en un arranque de franqueza hubiese dicho que durante su ministerio se hará más de lo mismo que se viene haciendo por lo menos durante los últimos 5 lustros.

Tras reconocer y diagnosticar que en el campo la pobreza es mayor 3.2 veces que en la ciudad y que el salario del 78% de los campesinos es menor al salario mínimo de las ciudades y otras cifras que de repetirse tanto han logrado dejar de impactar, pues son como el pan de cada día de las alocuciones oficiales y allí también incurre el ministro payanés.

El rosario de obviedades es el mismo que vienen escuchando, durante décadas, los productores: vivienda, esta vez se compromete con 12.000 para 2015; Educación francesa (vino descrestado de su reciente viaje) para los campesinos, con lo cual se pretende resolver no solo el bajo cubrimiento sino la mala calidad resultante de la falta de presupuesto para maestros y aulas; Formalización, es decir titulación de los predios rurales; Crédito: nuevamente se promete resolver ese 3% de cubrimiento del crédito rural hacia los campesinos; y no podía faltar el anuncio de mujer rural y de jóvenes rurales con nuevos porcentajes 30% para nuestras mujeres y 4.000 becas para los jóvenes campesinos y como si fuera poco ese sartal de promesas, ahora se “innova”, haciendo un ofrecimiento de programas para los discapacitados rurales. ¡Con esas estrategias se busca acabar con la pobreza rural!

Y para mejorar los resultados, es decir impactar la producción, nuevos anuncios sobre investigación con 735 metas para el desvencijado Corpoica; asistencia técnica a través de Umatas y Epsagro: ¿cuáles?; las cadenas productivas que no han mostrado resultado alguno y no son ni cadenas ni productivas; al Ica lo va a poner a certificar para el mercado y la calidad; para rematar anuncia que “se pasará de la era del machete al de la guadaña”, queriendo decir, suponemos, que habrá un gran esfuerzo en mecanización rural.

Lo central de la política no podía dejar de mencionarlo e insiste el ministro Iragorri en impulsar los TLC, como “gran oportunidad para el Agro”, como si los productores rurales no supieran de primera mano que ello significa competencia desigual y ruina para sus proyectos de vida.

Repasando la larga monserga ministerial, la pregunta obvia es: ¿lo nuevo de la nueva política dónde está?

Definitivamente para cambiar el campo hay que remplazar a quienes desde la dirección del gobierno piensan que nada hay que variar y que insistiendo en una política fracasada se van a superar los descalabros del agro y la nación.

Villavicencio.