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Los gobiernos de izquierda están debilitados, no agotados, y requieren de un programa que vuelva a ilusionar

Agencia de Noticias Andes  

Con la llegada al poder de la derecha en Argentina y, de forma temporal, en Brasil, y con una mayoría legislativa en Venezuela, se vislumbraría el supuesto fin de un ciclo político en América Latina que estuvo marcado por gobiernos de tendencia progresista que promovieron derechos, la reducción de la pobreza, un rol estelar del Estado y una fuerte inversión social.

El periodista y escritor español radicado en Francia, Ignacio Ramonet, y el sociólogo y periodista brasileño, Emir Sader, analizaron los retos de la izquierda en la región en la actualidad en el programa Ecuador No Para, transmitido por El Ciudadano TV en coproducción con la Agencia Andes.

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Agencia de Noticias Andes  

Con la llegada al poder de la derecha en Argentina y, de forma temporal, en Brasil, y con una mayoría legislativa en Venezuela, se vislumbraría el supuesto fin de un ciclo político en América Latina que estuvo marcado por gobiernos de tendencia progresista que promovieron derechos, la reducción de la pobreza, un rol estelar del Estado y una fuerte inversión social.

El periodista y escritor español radicado en Francia, Ignacio Ramonet, y el sociólogo y periodista brasileño, Emir Sader, analizaron los retos de la izquierda en la región en la actualidad en el programa Ecuador No Para, transmitido por El Ciudadano TV en coproducción con la Agencia Andes.

En este mismo espacio, la jurista brasileña Carol Proner expuso sus puntos de vista sobre la situación política en su país.

Ramonet dijo que no todo está perdido, pues si bien la derecha gobierna en Argentina, Brasil, otros países como Venezuela, Ecuador, Bolivia y Uruguay tienen al frente regímenes de izquierda. Él catalogó a estos gobiernos como un ciclo virtuoso que ha logrado transformaciones muy importantes y sintonizaron con la esperanza popular de saldar la deuda social.

El articulista de Le Monde Diplomatique identifica dos factores para el debilitamiento de la tendencia: la baja demanda de China de los productos primarios que exportan los países de Latinoamérica y el desplome de los precios del petróleo lo que resta recursos para llevar a cabo las ambiciosas políticas sociales.

Sader sostuvo que la situación actual es el debilitamiento del primer capítulo de la nueva izquierda latinoamericana, pero no necesariamente su agotamiento.

“Las circunstancias virtuosas han dejado de existir. Hay que ver que todo lo que se ha hecho se logró a contramano de la hegemonía neoliberal del mercado mundial, que no solo disminuye por la recesión europea, disminuye también la demanda de nuestros productos, pero además, nos exportan elementos muy negativos; lo que es hegemónico a escala mundial del capital financiero bajo su forma especulativa”, reflexionó.

A su criterio, el capital se fortalece en la crisis porque vive, no de fomentar la producción, ni la investigación, sino del endeudamiento de los estados, de empresas y de personas, una situación que no se ha logrado cambiar.

Sader hace énfasis en su idea de que los gobiernos de izquierda no atraviesan por un agotamiento total pues las alternativas no están a la izquierda sino a una derecha que no avanza y ms bien retrocede hacia modelos que ya han fracasado, lo que –bajo su punto de vista- es evidente en Argentina y Brasil.

Ramonet cuestionó que los países de América Latina no hayan variado su modelo que se caracteriza por ser rentista, exportador de materias primas.

“En cierta medida, la situación actual está incitando y debe incitar a algunos gobiernos a transformar el modelo (entre ellos Venezuela y Ecuador) pasar de un modelo de rentabilidad de materias primas a un productivista no se hace en uno o dos años, es un largo proceso estructural”, opinó.

El periodista español sostuvo que no es la derecha la que llevará a cabo ese cambio porque, más bien, esa tendencia vive de la exportación y de la importación.

Sader dijo que el neoliberalismo tiene una responsabilidad grave en la falta de industrialización de los países de la región, pues los gobiernos de esa tendencia abrieron aceleradamente los mercados internos produciendo un proceso de desindustrialización.

“Cuando los gobiernos progresistas llegan a la presidencia no retoman la economía como estaba antes sino una economía desindustrializada, con apertura al mercado externo; el rol de la exportación de productos primarios fue producto de esa transformación regresiva que el neoliberalismo dejó”, subrayó.

Volviendo al debilitamiento de los gobiernos de izquierda, el catedrático brasileño identificó al rol preponderante que han jugado los medios de comunicación privados y del capital especulativo.

De acuerdo a Sader, tras la homogeneidad que hubo, por ejemplo, en Mercosur (Mercado Común del Sur), con el ingreso de Venezuela, Bolivia y Ecuador, se perdió la oportunidad histórica de construir un modelo regional de integración que buscara nuevas formas de industrialización.

El votante quiere proyectos, no balances

Ramonet sostuvo que no se gana una elección con un balance sino con un proyecto y, en ese sentido, dijo que el reto de los gobiernos progresistas es presentar un programa que vuelva a ilusionar a la población.

“Proponer un programa no consiste únicamente en anunciar un balance; no se puede ganar una elección futura diciendo lo que ya se hizo. El balance es muy importante, y probablemente el balance de estos gobiernos progresistas sea el más espectacular, con eso no se gana una elección. No se gana una elección diciendo ‘esto es lo que he hecho’; no. Se gana una elección diciendo ‘esto es lo que voy a hacer’”, planteó.

Es necesario que las izquierdas reflexionen sobre lo que no funcionó durante estos años para proponer soluciones de futuro que haga apostar a los nuevas generaciones en mantener lo que se ha conseguido, que “es enorme y ningún gobierno consiguió en dos siglos en América Latina”, añadió.

Un ciclo de 10 o 15 años, en cualquier parte del mundo, agota a cualquier gobierno, apostilló Ramonet.

Planteadas así las cosas, entonces ¿cómo ilusionar a los votantes en América Latina, en muchos casos jóvenes profesionales que salieron de la pobreza, que están en un mejor estatus y que quieren más cosas, nuevas y diferentes?

“Estos gobiernos ganaron las elecciones porque el modelo neoliberal fracasó, pero la ideología neoliberal, el modelo de consumo, sobrevivió. No fuimos capaces de disputar la hegemonía cultural de esos valores, de ahí que los jóvenes no fueron protagonistas fundamentales de esos gobiernos; en algunos países, sí, pero no es la regla general”, respondió Sader.

Ramonet opinó que si bien los jóvenes han sido beneficiados de la obra pública de los gobiernos de izquierda, debe haber un sentimiento crítico sobre el funcionamiento del servicio público.

“Por una parte hay causas internas, no se entró en revolución dentro de la revolución. Por otra parte, no se consiguió una calidad de servicios que respondiera a la cantidad de servicios: hubo esfuerzo cuantitativo, no hubo esfuerzo cualitativo. Todo esto ha llevado a esta situación que no es para nada irreversible”, anotó.

En todo caso, añadió, algunos gobiernos necesitan regenerarse en la oposición y las sociedades necesitan tener la experiencia de una derecha que no va a saber responder a los problemas que se plantean en la actualidad.

Agencia de Noticias Andes, Ecuador.

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