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Miles de mexicanos, explotados por industria lechera en NY

Nueva York. La industria lechera del estado de Nueva York se ha expandido en los años recientes contratando en condiciones de explotación a miles de migrantes, la mayoría de ellos mexicanos y centroamericanos, de acuerdo con un informe publicado esta semana.

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Nueva York. La industria lechera del estado de Nueva York se ha expandido en los años recientes contratando en condiciones de explotación a miles de migrantes, la mayoría de ellos mexicanos y centroamericanos, de acuerdo con un informe publicado esta semana.

Elaborado por el Centro de Trabajadores de Nueva York Central y por el Centro de Justicia de los Trabajadores de Nueva York, el documento señala que el crecimiento de la industria lechera del estado, con ingresos de 14 mil millones de dólares anuales, sucede a costa de los derechos de empleados.

Basado en entrevistas con trabajadores, el documento revela abusos que van desde peligrosas condiciones de trabajo, insalubre situación de vivienda, robo de salarios, jornadas de 12 horas con descansos mínimos y constantes amenazas de deportación en caso de quejas.

“Los patrones nos tratan como si fuéramos esclavos. No nos dan la capacitación necesaria y nos intimidan con la policía. Hay lesiones en el trabajo que requieren de atención médica, agresiones físicas por parte de supervisores e incluso gente que ha muerto”, de acuerdo con Crispín Hernández.

Hernández es un trabajador que encabeza una demanda interpuesta a fin de que los trabajadores de estas plantas, la mayoría de ellos inmigrantes sin documentos, logren organizarse en un sindicato que pueda proteger sus derechos.

Realizado con el apoyo de la Universidad de Syracuse, el documento recopila entrevistas con 88 inmigrantes de más de 50 instalaciones lecheras, de los que 61 por ciento eran mexicanos, 34 por ciento de Guatemala y dos por ciento de Honduras y de Puerto Rico.

Titulado “Milked (ordeñados): trabajadores agrícolas migrantes en la industria lechera de Nueva York”, el informe revela que la retórica y políticas del gobierno del presidente Donald Trump sólo han exacerbado los temores de los trabajadores.

El documento puntualiza que es imposible conocer con precisión el número de trabajadores empleados por la industria lechera de Nueva York, pero que este es el principal sector agrícola de la entidad y que la mayoría de sus trabajadores son inmigrantes sin documentos.

Entre las conclusiones destaca que 48 por ciento reporta haber sufrido “intimidación o discriminación”, y una quinta parte considera que los supervisores hacen referencia explícita a su etnicidad o condición migratoria de “manera humillante o intimidante”.

Asimismo, 88 por ciento de los trabajadores encuestados cree que sus empleadores se preocupan más por las vacas que por el bienestar de los empleados.

En las viviendas que les proveen los empleadores, 58 por ciento reportan infestaciones de insectos, a pesar de lo cual pocos dejan sus viviendas de manera regular en su día o tiempo de descanso debido a su temor a las autoridades migratorias.

“Los trabajadores agrícolas abandonan las instalaciones de la granja, en promedio una vez cada 11 días, en tanto que algunos de ellos lo hacen sólo en caso de emergencias médicas”, destaca el documento.

En consecuencia, la mayoría de los trabajadores se sienten asilados (62 por ciento) y deprimidos (88 por ciento), así como sin ningún sentido de pertenencia (57 por ciento).

Estos trabajadores trabajan 12 horas al día en promedio, sin pagos extras y con un día de descanso semanal, en condiciones altamente peligrosas.

Dos tercios de los trabajadores lecheros encuestados han sufrido al menos una lesión en el trabajo, la mayoría de las cuales (68 por ciento) requirieron atención médica. La mayoría reportó la lesión a su jefe, pero otros estaban demasiado asustados o no confiaban en su inglés para reportar el incidente.

Las muertes por accidentes laborales son igualmente comunes y, en su mayoría evitables, de acuerdo con el informe. Según el Departamento de Salud del estado de Nueva York, de las 69 muertes de trabajadores reportados entre 2006 y 2016 en la industria lechera 54 fueron evitables.

Un mexicano de 25 años de edad identificado como Álvaro trabaja 85 horas por semana y no obtiene un descanso adicional ni siquiera cuando cumple su cuota de producción. Cuando se quejó con sus jefes, éstos le dijeron que podía dejar el empleo si no le gustaba.

Diego, de 24 años años, trabaja 12 horas diarias con descansos de sólo 30 minutos diarios aunque a veces la exigencia de producción es tal que en muchas ocasiones no puede detenerse a reposar.

“Empiezo a trabajar a las cuatro de la mañana y trabajo hasta las 12 de la tarde, luego de las 12:30 de la tarde hasta las cuatro o 4:30 de la tarde. Hay muy poco descaso y a veces ni siquiera hay tiempo para eso”, afirmó Diego.

 

Tomado de jormada.com.mx

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