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Nacional

“Palabra de gallero”

Por José Arlex Arias Arias  

Llegó a ser muy popular la conocida “palabra de gallero” para indicar que no es menester firmar un acuerdo certificado ante un notario y poner testigos para cumplir un compromiso adquirido. El incumplimiento de la “palabra de gallero” ha justificado el montaje de un gran negociado –especie de privatización de la palabra y la confianza– a través de una red de notarios públicos que deriva en una dosis alta de corrupción.

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Por José Arlex Arias Arias  

Llegó a ser muy popular la conocida “palabra de gallero” para indicar que no es menester firmar un acuerdo certificado ante un notario y poner testigos para cumplir un compromiso adquirido. El incumplimiento de la “palabra de gallero” ha justificado el montaje de un gran negociado –especie de privatización de la palabra y la confianza– a través de una red de notarios públicos que deriva en una dosis alta de corrupción.

A quien incumple un acuerdo autenticado generalmente se le obliga a pagar algún tipo de indemnización para castigarle la falta de “palabra de gallero”. La pregunta es: ¿Qué sucede cuando quien falla a su “palabra de gallero” es el Presidente de Colombia? ¿Quién lo sanciona? ¿Cómo indemniza a los defraudados?

El país está defraudado por el incumplimiento de la palabra y las promesas del presidente Santos y de su Administración. Todos los sectores se quejan hasta el punto en que ya no existe confianza en las negociaciones con el Gobierno. Los sectores de la economía que, a través de sus gremios, han logrado acuerdos con el Gobierno, han terminado criticando su falta de “palabra de gallero”. Lo grave es que ese incumplimiento premeditado lleva a la ruina, en una clara conspiración, a todo el aparato productivo, quedando al descubierto la estrategia populista de firmar acuerdos, para desarmar el espíritu de sus contradictores y luego incumplirlos para sacar adelante sus propias políticas. Con Santos ya hace historia la frase: “Se necesita hacer paros para lograr un acuerdo y muchos paros para exigirle que los cumpla”.

Con una economía ralentizada, la industria en recesión, la agricultura creciendo por debajo de la inflación y las exportaciones en picada, queda claro que Santos ha recurrido a sus “armas”, incluido el incumplimiento, para entregar el país a multinacionales y empresarios extranjeros. Así lo comienzan a entender varios sectores que, incluidos los gremios económicos, se han pronunciado en contra de los resultados de los Tratados de Libre Comercio, como los firmados con las potencias, que invaden nuestro mercado interno y tienen a los productores al borde de la quiebra.

Por ese incumplimiento de la palabra del presidente Santos, los agricultores nuevamente realizan manifestaciones en diversos puntos de la geografía, reclamando la atención y exigiéndole el cumplimiento de los acuerdos pactados. Se pronuncian desde los cafeteros hasta los productores de leche y se anuncia la vinculación de productores de otros géneros alimenticios a lo que se puede constituir en un gran movimiento de resistencia nacional. Resistencia que también hacen los pensionados, porque el candidato presidencial Santos, en ejercicio del Poder, les firmó un Acuerdo que les reducía el descuento de salud del 12% al 4% y les reconocía el aumento de la mesada con ajuste de salario mínimo, pero con su Unidad Nacional se ha opuesto en el Congreso de la República. Lo mismo sucedió con la burla a los sindicatos, a quienes prometió volver a reconocer las horas extras después de las seis de la tarde, entre otros aspectos, y tampoco les cumplió. Lo peor es que ¡todavía quedan algunos dirigentes, que se reclaman de izquierda, que creen en la palabra presidencial!

arlexariasarias@hotmail.com

Cartagena de Indias.

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