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¡Qué chiste! El capitán de los mermelados pidiendo “fair play”

Por José Arlex Arias Arias  

Nada sorprende en relación con la conducta de algunos seres humanos que influencian las determinaciones de los entes que representan, llámense Estados, multinacionales, empresas o cualquier tipo de organización. La historia está bien cargada de ejemplos, que toman incluso forma de guerras y agresiones que le han costado a la humanidad fatídicas consecuencias en vidas humanas y destrucción de naciones enteras. Es indudable que al momento de hacer estos balances, la actitud imperial de la dirigencia de Estados Unidos tendrá un capítulo de preponderante importancia.

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Por José Arlex Arias Arias  

Nada sorprende en relación con la conducta de algunos seres humanos que influencian las determinaciones de los entes que representan, llámense Estados, multinacionales, empresas o cualquier tipo de organización. La historia está bien cargada de ejemplos, que toman incluso forma de guerras y agresiones que le han costado a la humanidad fatídicas consecuencias en vidas humanas y destrucción de naciones enteras. Es indudable que al momento de hacer estos balances, la actitud imperial de la dirigencia de Estados Unidos tendrá un capítulo de preponderante importancia.

Su papel ha sido siempre de doble moral y por eso desarrolla sus propias teorías para justificar su papel de gendarme del mundo, lo cual ha incrementado a partir del fin de la guerra fría, cuando desequilibra la geopolítica a su favor.

La Federación Internacional de Fútbol Asociado –FIFA– es un “supra-estado” que ha formado un imperio alrededor del fútbol, un juego que no tenía dueño porque era del pueblo, pero que fue quedando en manos de estos “asociadores”, quienes impusieron normas, se apropiaron de los jugadores y dirigentes, consintieron los negociantes de transferencias y pasaron por encima de los seres humanos con la mercantilización de sus derechos, hasta el punto que no acepta la vigilancia, ni las leyes de los Estados participantes en su “juego de poder”, pues so pena de injerencia, serían desafiliados de la desafiante organización. Esta autarquía de los dirigentes de la FIFA condujo a la organización a la corrupción, descomposición y descalabro. Son innumerables los casos denunciados sobre arreglo de partidos, sobornos, arbitrajes amañados y en general la influencia de verdaderas mafias alrededor del fútbol, monopolio de la FIFA, a la cual Usted tiene que pedir permiso si quiere armar un equipo de barrio para cualquier competencia. Organización que además, también ayuda golpear a los derechos de los trabajadores, como es el caso de los 1.380 obreros de Pakistán, Nepal, Filipinas y Banglasdesh que han perdido la vida en las construcciones para el Mundial de Catar, según Amnistía Internacional.

Sin embargo, la corrupción denunciada por la justicia de Estados Unidos sobre sobornos en la FIFA es el equivalente a las comisiones o lobbies que se encuentran legalizadas en su territorio, incluso para influenciar enmiendas constitucionales; es por lo menos sospechoso que los “gringos” se interesen por un deporte que tiene relativa importancia para ellos. En defensa de sus intereses, y ante las derrotas de sus aliados en la escogencia de las sedes para los mundiales de Rusia 2018 y Catar 2022, ahora en medio de la crisis del petróleo y con su economía en recesión durante el primer trimestre de este año, lo que hacen es una movida política. Lo más cómico es que el principal agente gringo en Colombia, Juan Manuel Santos, le haya pedido a la FIFA acabar con la corrupción, cuando con sus propias palabras, “repartir mermelada” no era otra cosa que ayudar a desarrollar las regiones. O sea, ¡los sobornos en la FIFA son apenas cuotas iniciales de los auxilios parlamentarios colombianos!

Cartagena de Indias.

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