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Nacional

Referendo agrario

Por Eudoro Álvarez Cohecha  

El pasado 4 de diciembre, reunidos en la sede del emblemático sindicato de educadores del distrito, el comité ejecutivo de Dignidad Agropecuaria Colombiana, decidió, luego de prolija información jurídica y concienzudo debate, emprender la tarea de convocar un referendo de iniciativa popular –primero en utilizarse desde la vigencia de la constitución del 91- al cabo del cual los colombianos decidamos dar apoyo definitivo al agro nacional tan maltrecho y desesperanzado, según reconocen hasta los más encumbrados ocasionadores de su descomposición y ruina.

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Por Eudoro Álvarez Cohecha  

El pasado 4 de diciembre, reunidos en la sede del emblemático sindicato de educadores del distrito, el comité ejecutivo de Dignidad Agropecuaria Colombiana, decidió, luego de prolija información jurídica y concienzudo debate, emprender la tarea de convocar un referendo de iniciativa popular –primero en utilizarse desde la vigencia de la constitución del 91- al cabo del cual los colombianos decidamos dar apoyo definitivo al agro nacional tan maltrecho y desesperanzado, según reconocen hasta los más encumbrados ocasionadores de su descomposición y ruina.

Los artículos como el 64, 65 y 66, de la Constitución Nacional, fueron dictados con el propósito de instituir el marco legal que permitiese legislar en pro del agro; el 100 del mismo texto pretende, según interpretación de la corte constitucional, que la producción extranjera luego de tocar territorio patrio tenga un tratamiento nacional. Esta armazón se quedó corta ante los embates anti agrarios de la dirigencia neoliberal empotrada en el estado colombiano. Estas normas, hay que transformarlas y complementarlas para que en últimas los agricultores y campesinos colombianos, independientemente de la forma como organicen su trabajo, sean los encargados de proveer la alimentación de todos los colombianos.

La situación de dependencia de las importaciones para proveer la dieta nacional, debe ser reversada en pro de los productores nacionales. Esto no solo es un acto de soberanía, sino factor de desarrollo de fuerzas productivas y trabajo nativo, que coadyuven en la solución de trabas agobiantes como el desempleo y subempleo que castigan tantos de nuestros hogares.

Las importaciones a más de desangrar nuestra economía y contribuir al desbalance entre importaciones y exportaciones, que de por si es grave, contribuyen a descarrilar el engranaje productivo, pues la agricultura no solo es matriz de bienes alimentarios y básicos para la industria, sino que su demanda de bienes y servicios, fortalecen el conjunto de la economía; las importaciones paralizan el uso de suelos, gentes y recursos que la dinamizan, afectando el desarrollo económico y social de Colombia.

Las tareas subsiguientes consisten en nominar un equipo promotor del referendo, pulir el articulado que debe ser puesto en consulta, recoger los millones de firmas que se requieren- convocando para ello “a todo el mundo” sin distingos – preparar la movilización con que se deben entregar las firmas recolectadas y seguir con celo su curso en el parlamento para que finalmente éste convoque la ciudadanía y sea ella quien decida si desea que el modelo de importar comida y depender del extranjero debe continuar o por el contrario cambiarlo y emprender un proceso de reconstrucción agraria que llene las expectativas de una nación cuya base rural debe solidificarse, para garantizar un mejor vivir de los campesinos y conlleve un desarrollo armónico de su industria.

Villavicencio.

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