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Nacional

Religión – política y discriminación

Por José Arlex Arias Arias  

Los medios de comunicación –con mayor énfasis los denominados grandes medios– han sido suficientemente prolijos en “moler” a la Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional, sustento espiritual, electoral y se supone que económico del movimiento político Mira, quien ha

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Por José Arlex Arias Arias  

Los medios de comunicación –con mayor énfasis los denominados grandes medios– han sido suficientemente prolijos en “moler” a la Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional, sustento espiritual, electoral y se supone que económico del movimiento político Mira, quien ha

venido incursionando con algún suceso en el Congreso de la República y animando desde hace varios años la política nacional.

Un video que al parecer deja al desnudo prédicas de discriminación contra los discapacitados –los representantes han dicho que fue editado– sirvió de base para armar un escándalo que se prevé tendrá grandes repercusiones, puesto que además se iniciaron una serie de investigaciones sobre otros actos y bienes de dicha iglesia. Estos hechos dejan planteado un gran debate sobre la proliferación de iglesias de garaje, muchas de ellas utilizadas para hacer política, y de otra parte el tema de la discriminación, no solo a los discapacitados sino en general a diversos sectores de la población colombiana.

La Constitución colombiana contempla la Libertad de cultos y respeta la autonomía de las personas a tener sus propias creencias y dogmas de fe. De allí se ha desprendido una verdadera proliferación de iglesias y creencias, muchas de ellas convertidas en negocios de “avivatos” que con su verborrea cautivan a incautos y los someten tanto en su vida privada como económica; así mismo pueden haber otras más respetables. Las estadísticas del Ministerio del Interior hablan de un promedio de 30 solicitudes semanales de licencias de funcionamiento, habiendo actualmente miles de ellas reconocidas, lo que demuestra la oferta que tiene la población y la manera como en las propias casas es sometida al acoso de los evangelizadores.

La relación iglesia – política es una bomba, que ha contribuido a convertir la política – acto de participar en la obtención del poder para gobernar-, en un cóctel explosivo. El predominio político de una creencia conlleva a que se quiera imponer sus dogmas a través de la legislación. Sucede con el Procurador, Alejandro Ordoñez, que ha desacatado sentencias de la Corte Constitucional sobre el aborto y el matrimonio entre parejas del mismo sexo o en el caso aberrante de excomulgar –perdón destituir- a los concejales de Río de Oro por declarar persona no grata al obispo. Por esta razón la Constitución establece que Colombia es un Estado laico, según lo cual no es eclesiástico ni religioso, es decir, es independiente de la autoridad religiosa y por lo tanto no debe tomar parte por ninguna de ellas. Lo irracional es ver funcionarios públicos, nombrados y de elección popular, que prevalidos del poder transitorio, organizan sus prédicas en las instalaciones oficiales, mediante oraciones y ritos, sin el mínimo respeto por la autonomía de los demás.

Colombia es un país en donde se practica la discriminación, en mayor o menor intensidad: social –se estratifica a la población–, étnica, política –se persigue a los grupos minoritarios de oposición hasta extinguirlos– y a la población en situación de discapacidad, lo que se evidencia en la búsqueda de trabajo. De las 615.274 personas en esa situación registradas en 2010, 16.6% encontraron trabajo, el 4,3% buscaba trabajo y solo el 1.6% estaba pensionada. ¡El país cambia si nosotros cambiamos!

arlexariasarias@yahoo.com

Cartagena, 27 de enero de 2014.

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