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Supersociedades admitió demanda de excongresista Wilson Arias contra ingenio Riopaila por acumulación ilegal de tierras

La Silla Vacía  

La semana pasada la Superintendencia de Sociedades admitió una demanda del excongresista del Polo Democrático Alternativo, Wilson Arias Castillo contra el ingenio azucarero Riopaila Castilla, por crear muchas empresas para brincarse los topes legales de tierras que podía tener en la Altillanura. La última vez que llegó a la Supersociedades una investigación de Arias contra una empresa que creó compañías de papel para lograr beneficios, terminó con un desenlace negativo para el ‘cacao’.

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La semana pasada la Superintendencia de Sociedades admitió una demanda del excongresista del Polo Democrático Alternativo, Wilson Arias Castillo contra el ingenio azucarero Riopaila Castilla, por crear muchas empresas para brincarse los topes legales de tierras que podía tener en la Altillanura. La última vez que llegó a la Supersociedades una investigación de Arias contra una empresa que creó compañías de papel para lograr beneficios, terminó con un desenlace negativo para el ‘cacao’.

Esta vez el caso es que Riopaila compró 43 mil hectáreas de tierras en Santa Rosalía y La Primavera (Vichada) mediante una entramado de 28 sociedades por acciones simplificadas (SAS) y será la primera decisión que tomará la Supersociedades sobre la acumulación indebida de antiguos baldíos.

Ese caso, que documentó el Incoder de Miriam Villegas y que denunció Arias en la Cámara de Representantes, fue el que dio origen al escándalo que terminó costándole el puesto como embajador en Washington al abogado Carlos Urrutia, cuya firma Brigard & Urrutia asesoró varias de las compras.

Esta vez la investigación será por la compra tierras, pero ya hay un precedente por el pedido de subsidios del Gobierno.

En octubre de 2013, el entonces superintendente Luis Guillermo Vélez le ordenó a la multinacional brasilera Mónica Semillas devolver 2.076 millones de pesos al Estado por dividir sus predios mediante empresas de papel para conseguir más subsidios que las que le correspondían. Y advirtió que “no [se] permitirá, bajo ninguna circunstancia, que los empresarios se refugien detrás de personas jurídicas societarias para eximirse del cumplimiento de aquellas normas que consideren inconvenientes o desatinadas”.

Ese fallo fue -como contó La Silla- uno de los precedentes políticos que llevaron al Gobierno a cambiar su idea original de salvar a los cacaos de los baldíos y a terminar impulsando un proyecto de ley que cambia las reglas de juego en la Altillanura a futuro, pero sin echarle una manito a las compras investigadas.

La última palabra la tendrá el actual Supersociedades Francisco Reyes, precisamente el mayor experto y cerebro de las SAS en el país.

La Silla Vacía, Bogotá.

 

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