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Nacional

Tiempo de reformas en Cuba

Por Alejandro Acle y Romina Andrioli / Espectador.com  

En Cuba hay una nueva generación de políticos que está reemplazando a los protagonistas de la revolución, afirma en esta entrevista el periodista Fernando Ravsberg, corresponsal de la BBC en la isla.

A 55 años de la revolución cubana, la isla caribeña está atravesando algunos cambios bastante llamativos. Desde el año pasado, los habitantes tienen una apertura migratoria que les permite salir del país, y desde hace un mes pueden comprar autos sin restricciones. El periodista

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Por Alejandro Acle y Romina Andrioli / Espectador.com  

En Cuba hay una nueva generación de políticos que está reemplazando a los protagonistas de la revolución, afirma en esta entrevista el periodista Fernando Ravsberg, corresponsal de la BBC en la isla.

A 55 años de la revolución cubana, la isla caribeña está atravesando algunos cambios bastante llamativos. Desde el año pasado, los habitantes tienen una apertura migratoria que les permite salir del país, y desde hace un mes pueden comprar autos sin restricciones. El periodista

uruguayo Fernando Ravsberg, corresponsal de la BBC en Cuba, dijo a En Perspectiva que la productividad de la isla está mejorando y que en la calle se siente “la mayor abundancia de productos que antes ni se veían”. A pesar de la nueva normativa que rige con los automóviles, Rasverg contó que los precios no son accesibles para nadie, según dijo “el argumento del Gobierno es que no quiere que aumente la cantidad de autos en el país por razones ecológicas”. Entre otras cosas, según el periodista, la apertura migratoria fue una muestra de “que el cierre de fronteras no tenía ningún sentido” y que muchos cubanos se encontraron con “un muro mayor” al salir de Cuba: “el muro que tiene todo el Tercer Mundo para poder viajar” sentenció

Alejandro Acle: El 2013 fue un año muy especial para los cubanos. En una nota recientemente publicada en el sitio web de la BBC, el periodista uruguayo Fernando Ravsberg recordaba que en las dos puntas del año el Gobierno de la isla derribó algunas de las restricciones más emblemáticas que mantenía el régimen desde hacía más de 50 años.

El 15 de enero del año pasado el Gobierno de Raúl Castro implementó una reforma migratoria que dejó sin efecto las trabas que tenían los cubanos para viajar afuera del país. Fue todo un cimbronazo del que se habló en casi todo el planeta. Pero a fin de año otra resolución llamó mucho la atención también: por primera vez en más de medio siglo los cubanos pueden comprar vehículos sin restricciones.

¿Qué repercusiones han tenido en la isla estas y otras medidas que el Gobierno ha tomado en los últimos años en el sentido de abrir más el país?

Vamos a conversarlo con el periodista uruguayo Fernando Ravsberg, corresponsal de BBC en La Habana, Cuba.

Repasemos algunas de las reformas aperturistas más importantes que se han hecho en los últimos tiempos. Empecemos por la reforma que hizo que más de medio millón de cubanos dejaran de trabajar para el Estado. Cuando el Gobierno presentó esta reforma en 2010 anunció que esperaba que al menos 1,5 millones de cubanos pasaran al sector privado. ¿Qué pasó desde entonces, en los hechos?

Fernando Ravsberg: No ha pasado esa cantidad. Han pasado medio millón de personas a trabajar de forma privada en las ciudades y en los pueblos. A eso habría que sumarle los nuevos campesinos, 200.000, 300.000 más, gente a la cual se le ha dado tierra de forma gratuita para que empiece a trabajar y a producir alimentos. Tierras que además el Estado tenía sin trabajar, llenas de hierbas malas.

AA – ¿Cuáles fueron los trabajos privados a los que más se volcaron estas personas que dejaron de cumplir funciones para el Estado?

RA – La mayoría fueron trabajos de servicios, vender cosas en las calles, en los portales. El comercio es lo que se ha desatado más, y la alimentación, cafeterías y transporte. El transporte porque en Cuba hay un déficit de transporte tremendo, entonces los autos particulares se han dedicado a ser una especie de taxis colectivos. Muchas cafeterías, restaurantes, era una cosa que daba mucho dinero cuando existía la restricción, pero una vez que el Gobierno abrió ha bajado la cantidad de ingresos que eso produce porque hay una mayor competencia.

Romina Andrioli: Justamente, ¿ha cambiado la realidad económica para quienes pasaron del sector público al sector privado? ¿Mejoró?, ¿empeoró? ¿Cómo dirías que fue la cosa?

FR – Para el ciudadano mejoró. Aproximadamente triplicó sus ingresos a partir de trabajar por su cuenta. En ese sentido mejoró, y porque encuentras más variedad de cosas en la calle, hay muchísimas más cafeterías, lugares donde puedes comer algo. Por ejemplo se vende mucha más ropa en la calle y más variada. Ahí tienes la parte positiva que tiene el mercado, que te abastece de acuerdo a tus gustos y a lo que buscas. El Estado compraba para subsanar necesidades y punto. En ese sentido sí ha cambiado. Y ha cambiado la realidad en la calle. Ayer mismo estuvimos tomando un café en un bar que se ha abierto en el centro y nos parecía estar en Europa, por la decoración, lo que te servían. Realmente, se siente el cambio.

AA – Mencionabas un cambio que se dio en el sector agropecuario por el cual se les otorgaron tierras a campesinos para que las trabajen. A eso se suma que a mediados del año pasado se les permitió a esos campesinos vender sus productos a hoteles y centros turísticos en particular. ¿Qué efectos están teniendo esas disposiciones para ese sector de la economía importante como es el agro?

FR – Ha mejorado bastante. Hay que tener en cuenta que aquí siempre hubo campesinos privados, eran aproximadamente un 20%. Y la productividad de la tierra en Cuba tenía que ver con la propiedad de la tierra. Por ejemplo, los campesinos privados eran los que tenían más productividad; los seguían las cooperativas, y por último las que prácticamente no producían nada, que eran las grandes empresas del Estado, que eran las propietarias del grueso de las tierras. En este momento eso está cambiando y por supuesto está mejorando la productividad. Esas grandes empresas se están desarmando y se les está entregando la tierra a las cooperativas y a los pequeños campesinos.

No se siente un efecto a nivel macroeconómico, pero por ejemplo encuentras verduras en cualquier barrio, por la puerta de la casa te pasan vendiendo incluso carretilleros. Por ejemplo, hay tomate todo el año por primera vez, hay cebolla todo el año, y producidos en Cuba, no de importación. Entonces el cubano normal y corriente siente el cambio, es evidente. Tal vez la macroeconomía… el Gobierno se queja de que no se produce lo suficiente todavía, pero en la calle se siente la mayor abundancia de productos que antes ni se veían, como la berenjena o la zanahoria.

RA – En cuanto a reformas económicas, quizás la novedad que por estos días llamó más la atención es la que se puso en vigencia el 3 de enero pasado, la autorización para que los cubanos y los extranjeros compren vehículos sin restricciones. ¿Qué es lo que ahora se autoriza que antes no estaba permitido?

FR – Durante 50 años se había prohibido la compraventa de vehículos. Solamente el Estado vendía vehículos y tenías que hacer muchos méritos para tener uno: ser un médico destacado, un deportista… Entonces el Estado te vendía un auto a precios irrisorios. El año anterior el Gobierno sacó una ley que permitía que entre los cubanos se vendieran autos, que permitió legalizar 50 años de ventas clandestinas. En Cuba los autos se vendían sin cambiar la propiedad, durante décadas. Tú le vendías un auto a otra persona, sin papeles, esa se la vendía a una tercera, y al final el auto había pasado por 10 manos y seguía técnicamente a nombre del primer dueño. Ese caos se arregló con la primera ley, pero seguían sin poder comprar autos nuevos. Ahora el Gobierno dio un segundo paso que fue abrir la compraventa de autos nuevos. El problema es que puso unos precios a los autos nuevos que han dejado a todos los cubanos con los ojos como huevo duro, porque un Peugeot 508 vale 263.000 dólares, un Peugeot 206 100.000. Son precios que no están al alcance de la gente. Aquí la gente que compraba autos eran los médicos que hacían misiones en el extranjero, como en Brasil, en Ecuador, en Venezuela.

AA – ¿Cómo se establecen esos precios?

FR – El argumento del Gobierno es que no quiere que aumente la cantidad de autos en el país por razones ecológicas, porque no hay vías suficientes y porque quiere dirigir la ganancia de esos autos a aumentar y mejorar el transporte público.

RA – El Estado sigue siendo el único autorizado a importar y a vender los vehículos.

FR – Sí, es el único.

RA – ¿Qué tipo de vehículos se están vendiendo?

FR – Puedes comprar prácticamente el auto que quieras. Hay Peugeot, Fiat, Mercedes Benz. En este momento en La Habana circulan hasta Hammer, puedes encontrar prácticamente cualquier vehículo.

AA – Pero con esos precios que manejabas el acceso está muy restringido, la población mayoritaria sigue sin poder acceder.

FR – Aunque tú vendieras un auto a 10.000 dólares la mayoría de la población no podría acceder. El problema es que cuando los vendes a 260.000 ya no accede nadie, no la mayoría de la población, ni siquiera los que antes podían. Ese es el tema central. De todas formas, me consta que el primer día que se vendieron autos un cubano compró un Hyundai usado en 110.000 dólares, al contado además, porque aquí no hay crédito para comprar autos.

AA – Una de las marcas identificatorias de Cuba, si hablamos del paisaje, de sus ciudades, de sus calles, es la presencia masiva de autos viejos, de la década del 50 o incluso de antes. ¿Esa postal tan turística va a cambiar, está en peligro con este cambio?

FR – No, para nada. A los precios que el Gobierno ha puesto los autos no corre ningún peligro.

AA – Ni siquiera una renovación por algo más nuevo.

FR – Han subido los precios. Muchos de estos autos ya tienen motor Toyota nuevo, han sido todos remotorizados. Un auto americano de esos te puede llegar a costar hasta 45.000 dólares hoy, autos que estaban en 20.000 antes del viernes 3. Realmente no creo que haya ningún peligro en este momento. Sí, muchos propietarios antes de que se abriera la compraventa libre de autos el día 3 habían puesto sus autos americanos en venta para comprarse auto nuevo, pero cuando entras a las páginas de internet de ventas esos ya no están.

RA – ¿Quiénes están en condiciones de acceder? ¿Cuál es el caso, por ejemplo, de este de 110.000 dólares?

FR – Por ejemplo los pequeños campesinos son gente que maneja mucho dinero y puede acceder a ese tipo de cosas. Hay gente que se dedica a hacer negocios, a importar muebles, electrodomésticos, y gana muchísimo dinero. Pero es un puñado muy pequeño de gente. Porque además hay un problema muy concreto: cuando tú llegas a una concesionaria y pones 260.000 dólares encima de la mesa, al día siguiente tienes a las autoridades impositivas en tu casa para que declares de dónde los sacaste. Incluso el que tiene se cuida bastante de hacer semejante acción. Hay gente que busca extranjeros para que compren y después le vendan para poder así blanquear su dinero.

RA – El Estado ha anunciado que el dinero que obtenga por este negocio lo va a utilizar para mejorar el transporte público. ¿Cómo es eso?

FR – Se les ha puesto a los autos un índice 8, o sea un 800% por encima del valor. Ese 800%, según dicen, se va a dedicar a comprar autobuses y piezas de repuesto para el transporte público. El hecho es que con cada auto que venden prácticamente pueden comprar un bus.

RA – Ese sería el cambio más significativo que se va a ver en la calle.

FR – Sí. De todas maneras creo que este tema es un paso previo, esa medida tiene que cambiar. Seguramente la van a cambiar, porque la protesta interna entre los intelectuales, artistas, médicos, entre los propios diplomáticos cubanos que trabajan fuera y después compran su auto aquí, es muy grande, y es prácticamente en toda la intelectualidad cubana, la que podía tener acceso a esos autos.

AA – El diálogo es con el periodista uruguayo Fernando Ravsberg, corresponsal de la BBC en La Habana, Cuba. Estamos repasando algunas de las medidas que ha ido implementando el Gobierno cubano en los últimos días que en cierto modo están flexibilizando la situación en el tema económico y también en lo social.

RA – Si tuvieras que decirle a alguien que estuvo en La Habana hace cinco años, ¿en qué se nota el cambio? ¿Qué cambió con respecto al paisaje de La Habana de hace cinco años a partir de estas reformas económicas?

FR – Si vienes como turista tienes muchísimas más opciones que hace cinco años no tenías. Tienes una cantidad de turoperadores que te guían por la ciudad, te llevan de un lugar a otro hablándote en el idioma que quieras, porque el nivel educacional aquí es muy alto. Lo pagan personas particulares. Por ejemplo, puedes tomarte un café en cualquier lado, puedes comer en muchísimos restaurantes privados y cafeterías a diferentes precios. La cantidad de opciones que tienes como visitante es mucho mayor. Por ejemplo, tienes clubes de buceo por todos lados para bucear donde quieras, antes eran solamente del Estado, había que hacer cola.

RA – ¿Cómo está en materia de empresas extranjeras que se hayan instalado, por ejemplo?

FR – Eso sigue más o menos igual. Tal vez por el hecho de que se está en juicio –y el año pasado también– a empresarios extranjeros importantes por corrupción. Incluso hay un ciudadano inglés y un ciudadano canadiense que pertenecían a las empresas más grandes del país presos por corrupción. Tal vez la característica del Gobierno de Raúl Castro es que el ataque a la corrupción va más allá de los empresarios cubanos corruptos, también toca a los empresarios extranjeros corruptos. Eso es toda una novedad.

Lo que más se está esperando para las inversiones extranjeras es la apertura del puerto de Mariel, que empieza la primera fase a finales de este mes. Es una especie de Hong Kong que va a haber en Cuba, una zona especial de desarrollo que hasta ahora ha sido financiada por Brasil.

RA – ¿Qué implicaría esta nueva etapa?

FR – Implicaría la instalación en una zona libre de impuestos de laboratorios brasileños para producir medicinas patentadas en Cuba y en Brasil. Y también van producir genéricos. Eso es muy importante porque Cuba es prácticamente el único país donde Estados Unidos no puede reclamar patentes porque hay un embargo económico, entonces Cuba puede producir todas las medicinas de Estados Unidos sin que haya reclamaciones internacionales. Ese puerto va a servir para eso, es más que un puerto, es una zona que abarca unos 100 kilómetros por 30 de ancho, que queda en la costa y en el puerto.

Para Cuba es muy importante porque va a ser el primer puerto cubano que va a poder recibir barcos Post Panamax, barcos de gran calado. El puerto de La Habana va a quedar como un puerto de recreo para turismo, cruceros, etcétera, porque tiene un túnel que impide que esos barcos grandes entren. En ese puerto de Mariel se va a centrar el grueso de la inversión extranjera en Cuba con condiciones muy buenas. Ya se hicieron una vía de tren rápido y una carretera importante para acceder a la zona. El proyecto de Mariel es un gran puerto de contenedores y está preparándose para que empresas extranjeras inviertan en producción sobre todo de medicamentos y de software.

AA – A principios de 2013 el Gobierno implementó una reforma migratoria que les permite a los cubanos entrar y salir de la isla con el único requisito de obtener un pasaporte. ¿Cuáles han sido las repercusiones hasta el momento de esa disposición?

FR – Creo que lo principal ha sido la sorpresa. Dentro de Cuba los que se oponían a esa apertura decían que Cuba se iba a quedar sin profesionales. Y Estados Unidos empujaba para que se abriera, para que se diera una avalancha de gente. En realidad no ha pasado, ha sido muy tranquilo, durante el 2013 salieron unos 200.000 cubanos, la mayoría ya han regresado a Cuba, algunos han salido varias veces y vuelto; han salido 200.000 cubanos y se registran 250.000 viajes, o sea que algunos han salido en diferentes ocasiones. Se ha comportado de una manera sorprendentemente tranquila. Sorprendete porque todo el mundo apostaba a que iba a ocurrir otra cosa. También contribuye mucho la crisis mundial.

AA – Europa no es atractiva, como lo era en otro momento. Hoy no está entre las prioridades de los latinoamericanos.

FR – Exactamente. Por otra parte, la situación en Cuba está abriendo nuevas posibilidades de tener tu negocio propio, de comprar tu casa, de comprarte un auto si tienes esas cantidades de dinero. Se están abriendo nuevas posibilidades, entonces es más negocio, económicamente hablando, montar un restaurante en Cuba que hacerlo en España, donde casi seguro vas a ir a la quiebra. El cubano está usando la apertura para ir al exterior y traer cosas. Se revende mercadería que vienen de Ecuador, de Venezuela, de Miami incluso. Pero la mayoría están regresando al país.

RA – Estados Unidos fue el principal destino de los viajes, el 36%.

FR – Sí, Estados Unidos, México y España.

RA – ¿Era lo que se esperaba?

FR – Sí. Hay que tener en cuenta que la colonia de cubanos en Estados Unidos es bastante grande, un poco más de 1 millón de emigrados. Y la cercanía, no hay nada más cerca que Estados Unidos, son menos de 200 kilómetros. A veces se tarda más en llegar a una provincia cubana que en llegar a Miami en avión. Era lo que se esperaba. México tal vez haya sorprendido un poco, pero estaba dentro de las posibilidades.

Hay que tener en cuenta además las reticencias, este problema de la migración viene desde el triunfo de la revolución, es un conflicto entre Cuba y Estados Unidos. Estados Unidos intentó dejar a Cuba sin profesionales, incluso se llevó la mitad de los médicos que había en aquel momento (eran 6000 y se llevó 3000), y después en una operación combinada entre la CIA y la Iglesia católica se llevaron alrededor de 14.000 niños sin sus padres a Estados Unidos. Es ahí cuando se cierran las fronteras en Cuba y después eso se mantiene durante 50 años, en muchos momentos por gusto. Lo que pasó en el 2013 demuestra que el cierre de fronteras no tenía ningún sentido. Ni lo tiene cuando tú tienes 75.000 médicos en Cuba; con 75.000 médicos Cuba se puede dar el lujo de que se le vayan no 3000, de que se le vayan 10.000.

RA – De todas formas, esa fuga de cerebros no se ha dado.

FR – No, para nada, no ha habido un movimiento mayor del que había en años anteriores. Siempre hay una migración, pero no… El tema fundamental eran los médicos, porque son los que están ingresando al país el grueso del dinero, alrededor de 6.000 millones de dólares entran por el trabajo de los médicos en el exterior. Las remesas familiares, el turismo y el níquel se quedan por debajo de lo que entra solo por el trabajo de los médicos en el exterior.

RA – ¿Se sabe cuántos de los que salieron a partir de esta medida no han regresado? Tenían un plazo de 11 meses.

FR – El 40% no ha regresado, pero tienen dos años para regresar, ya esa medida cambió, entonces tú no sabes si ese 40% que al cierre del 2013 no habían regresado emigraron definitivamente o no. Incluso está pasando que algunos cubanos se van a Estados Unidos, como hay una ley que obliga al Gobierno de Estados Unidos a darle residencia a cualquier cubano como si fuera perseguido político, sea quien sea, ellos van, piden residencia, pasan un año ahí, y regresan a Cuba y esa residencia les permite ir y venir entre Estados Unidos y Cuba cuantas veces quieran, lo cual les sirve para traer cosas, para vender, para un montón de cosas. La cosa está llegando a tal punto que la propia oposición anticastrista en Miami está pidiendo la eliminación de la ley de ajuste cubano.

AA – Algunos reportes sostienen que pese a esta flexibilización de los requisitos no se ha hecho más fácil viajar para los cubanos. Por ejemplo, una nota del diario ABC de Madrid anotaba que el costo de los pasajes y las exigencias de visado de algunos países para los cubanos terminan siendo trabas importantes. ¿En los hechos entonces sigue siendo difícil para los cubanos salir de la isla?

FR – Igual que para un paraguayo, igual que para un hondureño. El problema es que los cubanos tenían un muro interno y pensaron que cuando se cayera iban a poder salir y entrar sin problemas. De golpe ese muro se cae y se dan cuenta de que hay un muro mayor, que es el muro que tiene todo el Tercer Mundo para poder viajar. Eso es lógico, a mí me hace gracia a veces oír este tipo de cosas como la del periódico ABC, porque no querrán que el Gobierno cubano financie los pasajes de la gente al exterior o que pague los hoteles turísticos. Está bien, los hoteles se abrieron a la gente, pero lo lógico es que pagues la estancia, y cuando vas a viajar lo lógico es que pagues tu pasaje.

Los precios de los pasajes aquí son más o menos los mismos que encuentras en España, entonces es verdad que hay muchos que no pueden viajar por el costo, pero también en España los que viajan son una minoría de la población. Me imagino que en Uruguay tampoco la gente que va a Europa sea la mayoría de la población. El tema está en que tú tienes el derecho, ahora tienes que buscarte el dinero, y el tema de la visa, que es un asunto que tienes que resolver con el país adonde quieres viajar. España es uno de los países que se han puesto más duros para dar visa a los cubanos. Aunque desde que se aprobó la ley de migración esa dureza ha aparecido en casi todos los consulados.

RA – Quienes más han podido viajar son los intelectuales o los periodistas críticos del régimen, eso les ha permitido trascender fronteras y dar a conocer su visión crítica sobre el régimen cubano. ¿Cómo ves eso? ¿Qué repercusiones ha tenido? Estoy pensando por ejemplo en Yoani Sánchez.

FR – Sí, normalmente no se los dejaba viajar, por las repercusiones internacionales que han tenido. Y realmente, los primeros viajes tuvieron repercusión, pero han seguido viajando y prácticamente ya nadie más habla del asunto. Fue la novedad de que los disidentes podían salir, y lo siguen haciendo, están constantemente fuera.

Yoani Sánchez incluso hizo un recorrido por medio mundo en 80 días, que parecía la vuelta al mundo, y tuvo algunas repercusiones importantes en Brasil, sobre todo en Estados Unidos, en Europa, pero han seguido los viajes y eso ya se ha tranquilizado. Paradójicamente, los mismos consulados que les niegan la visa a la mayoría de los cubanos que van a pedirla nunca le han negado la visa a un solo opositor al Gobierno para que viaje. Hay un doble rasero a la hora de entregar visas. Y no es porque no se queden, porque en estos primeros viajes se han quedado una cantidad grande de disidentes, entre ellos toda la familia de Oswaldo Payá. Repito, hay como un doble rasero en eso.

Pero no creo que haya tenido mayor repercusión: salieron, hablaron, expusieron sus puntos de vista, algunos regresaron, otros se quedaron… y la vida sigue. Incluso te diría que a partir de los viajes Yoani Sánchez prácticamente ha desaparecido de la escena, prácticamente ya no se habla de ella. No conozco la razón, escribe mucho menos que antes. No sé las razones, pero a partir del inicio del año pasado se ha reducido la actividad de los opositores.

AA – ¿Cómo definirías el estado de la situación actual de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba? Más allá de que no ha habido cambios radicales en los últimos tiempos, llamó la atención por ejemplo el saludo entre Obama y Raúl Castro durante los funerales de Nelson Mandela, en Sudáfrica.

FR – Yo escribí una nota en ese momento en mi blog personal que decía: “Sí, se dieron la mano, ¿y qué?”. No hay grandes cambios, fue un gesto…

AA – … un gesto de cortesía pero no marcó nada más allá de eso.

FR – No, para nada. Un gesto de cortesía y además de habilidad política. Obama estaba en África, donde los cubanos son prácticamente héroes, donde todos los africanos te dicen que fueron determinantes para la independencia de Angola, de Namibia y para el fin del apartheid en Sudáfrica. Estaba en los funerales de un hombre que era amigo personal de Cuba, como Mandela, y que además les tendía la mano a sus enemigos. Fue una actitud de Obama –y por supuesto de Raúl Castro también, que le dio la mano, pero Obama fue el que se acercó a Raúl Castro–, un gesto muy hábil políticamente en ese momento, pero sin consecuencias posteriores.

Las relaciones entre Cuba y Estados Unidos siguen estancadas, no hay prácticamente ningún cambio y no creo que lo haya mientras la oposición anticastrista de Miami mantenga la fuerza que tiene en el Congreso de los Estados Unidos. Tiene una capacidad de bloquear… no de bloquear los cambios hacia Cuba, pero sí de hacerles la vida imposible a aquellos parlamentarios norteamericanos que quieran el desbloqueo. Es muy difícil, mientras Miami siga votando a esos dirigentes políticos tan radicalmente anticastristas, que haya un cambio en Washington.

RA – Pensando en el futuro de Cuba, una parte muy importante de la población cubana nació después de la revolución ocurrida hace 55 años…

FR – El 70%.

RA – … ¿cómo juega ese factor en la aparición de nuevas figuras en el Gobierno?

FR – En este momento la mayor parte de la gente que está entrando al Gobierno y que está ocupando cargos cada vez más importantes es gente que tiene entre 50 y 60 años. De hecho el vicepresidente y futuro candidato del Partido Comunista a las próximas elecciones tiene 60 años, es una persona bastante joven para lo que son las direcciones políticas en Cuba. Pero sí trae cosas nuevas, por ejemplo es el primer dirigente que no escribe en libreta en las reuniones, tú lo ves con una laptop. En la provincia donde fue secretario del partido promovió la creación del primer club de travestis, apoyó y promovió los festivales de rock en esa provincia, que también eran bastante mal vistos, los festivales de tatuajes, que eran considerados prácticamente una cosa de presos y de marginales. Es un hombre mucho más aperturista. Incluso Murillo, el que está a cargo de las reformas, es un hombre de 60 años. Esa es la generación que está sustituyendo a los mayores, a la generación que hizo la revolución.

AA – ¿Esa generación representa una renovación ideológica?

FR – De por sí es una renovación generacional, si es ideológica no sabría, porque son todos comunistas. Están promoviendo los cambios, pero son todos miembros del Partido Comunista, no creo que haya una reforma ideológica. Incluso las reformas se dan prácticamente en todos los sectores menos en el político, en el político acá no se ha movido ni una sola ficha, sigue todo como era antes.

RA – ¿Quién se está posicionando para ser el sucesor de Raúl Castro?

FR – Miguel Díaz Canel, que es el vicepresidente primero del Gobierno, este candidato del que te estaba contando recién. Ya ha sido anunciado por el Partido Comunista como futuro candidato a la Presidencia. Por supuesto, tendrá que pasar por elecciones, pero en Cuba nunca ha habido sorpresas en las elecciones, normalmente siempre sale elegido el candidato del Partido Comunista. Entonces seguramente en el 2016 Miguel Díaz Canel será el presidente de Cuba.

AA – A fines de este mes el presidente José Mujica va a viajar a Cuba para participar en la segunda cumbre del Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños). ¿Qué expectativas hay en Cuba respecto a la llegada de Mujica, si es que las hay?

FR – Sí, las hay. Pero ten en cuenta que llegan todos los presidentes de América Latina, eso va a diluir un poco la visita de Mujica. Con Mujica hay sentimientos encontrados en Cuba. El hecho por ejemplo de que es un hombre de izquierda y que se define como socialista por supuesto despierta simpatías en el Gobierno cubano. Pero después recibe a las Damas de Blanco, las esposas de los presos políticos, eso aquí los pone como fieras, lo toman casi como una traición viniendo de un presidente de izquierda. Entonces hay comentarios de Mujica que les hacen doler, les echan sal en la llaga, como por ejemplo decir que una revolución que 40 o 50 años después tiene problemas para alimentar no funciona bien o no se hizo bien. Esa franqueza de Mujica a veces no cae muy bien.

Pero entre la gente es realmente admirado. La forma de vida de Mujica, la sencillez con que se proyecta, la franqueza con que habla… Por el cubano de a pie es bastante admirado. Aunque esas frases no aparecen mucho en los medios de prensa cubanos. Sí aparecen en internet y la gente las va pasando, prácticamente todos los cubanos de a pie saben quién es Mujica y cómo se proyecta. Pero a nivel de Gobierno hay días que lo aman y días que no lo aman tanto. (Se ríe.)

Espectador.com, Montevideo.

 

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