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Por Eudoro Álvarez Cohecha  

La reversión de Pacific rubiales a Ecopetrol, debe darse en marzo de 2016. Esta fecha ha obligado a que las diferentes fuerzas, organizaciones y personalidades del país y la región se apresten a tomar posiciones para definir su opinión y actitud ante tan importante evento.

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Por Eudoro Álvarez Cohecha  

La reversión de Pacific rubiales a Ecopetrol, debe darse en marzo de 2016. Esta fecha ha obligado a que las diferentes fuerzas, organizaciones y personalidades del país y la región se apresten a tomar posiciones para definir su opinión y actitud ante tan importante evento.

Para el Meta y Colombia, la reversión de Pacific, tiene antecedentes. Cuando en el año 2000, la Chevron explotaba Castilla y Chichimene, y debía revertir este campo a Ecopetrol, la multinacional actuó y las fuerzas sociales y políticas también lo hicieron; el resultado es que la “joya de la corona” de Ecopetrol hoy, produce más de 120.000 barriles diarios que, en manos de la empresa nacional, significan un soporte económico para una nación cuyas arcas, usualmente precarias, se vieron acrecentadas por varios billones de pesos.

Por entonces, personalidades significativas como el alcalde de Villavicencio de la época, se alinearon con las fuerzas patrióticas que pugnaron por que la reversión se diera; otros notables como el mandatario seccional a la sazón, se equivocaron en la valoración de la situación y la “echaron toda” por la multinacional, pródiga en “espejuelos”, que estaba “amañada” con el negocio y pretendió prorrogarlo a como diera lugar. Al fin del alegato, se fue la Chevron, se quedó Ecopetrol y buena parte de las reservas y de los barriles que produce la empresa nacional se le deben a quienes, encabezados por la USO, estuvieron pujando para que esa importante riqueza no renovable se quedara en manos nacionales.

La puja actual vale bastante más que la de entonces; La Chevron producía en su momento 17.000 barriles diarios; Pacific se acerca a los 200.000; El precio del barril de la época era unas tres veces menor al del actual, contabilizada la disminución de los últimos días; Chevron era empresa mucho más antigua, como que sus dueños fueron de los pioneros en esta industria; Pacific es un recién llegado al oficio; Ecopetrol la sextuplica en veteranía.

Pacific ya comenzó su accionar; con la tecnología Star pretendió dar sustento técnico a la necesidad de su permanencia; esa primera movida le falló; ni el ministro nombrado para ayudar a la multinacional pudo denegar la contundencia del fracaso que Ecopetrol sustentó. Seguramente los más de 130 puestos móviles que la multinacional donados a la alcaldía de Villavicencio, para alojar de modo incómodo y antiestético vendedores estacionales, hacen parte de la repartija de “espejitos y chucherías” con que la multinacional ha comenzado a “lavar” su imagen; Los pesitos con que se financia el equipo de fútbol del terruño, también hacen parte de dicha estrategia.

La queja del gobernador Jara sobre la precariedad de las regalías para la región, luego del “raponazo”, es razonable; pero su clamor debiera concentrarse en que el grueso de la tajada que es la reversión, efectivamente se dé, en concordancia con lo estipulado; al fin y al cabo los escasos barriles que Pacific le ha prometido vender, para alimentar su refinería, también lo puede hacer Ecopetrol.

Villavicencio.

 

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