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Valter Pomar: “Si derrotamos la ofensiva de derecha, habrá lugar para reformas estructurales en Brasil”

Por María Constanza Costa / Portal del Sur  

En un escenario en que la derecha quiere instalar la idea de un ‘impeachment’ para sacar a la presidenta Dilma Rousseff del Ejecutivo, y así no esperar a las elecciones de 2018 para volver al Palacio del Planalto, Valter Pomar, integrante de la dirección nacional del Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, le dijo a ‘Portal del Sur’ que era necesario que la izquierda política y social tuviera claro que había que resistir “activamente cualquier intento de ataque contra el gobierno”.

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Por María Constanza Costa / Portal del Sur  

En un escenario en que la derecha quiere instalar la idea de un ‘impeachment’ para sacar a la presidenta Dilma Rousseff del Ejecutivo, y así no esperar a las elecciones de 2018 para volver al Palacio del Planalto, Valter Pomar, integrante de la dirección nacional del Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, le dijo a ‘Portal del Sur’ que era necesario que la izquierda política y social tuviera claro que había que resistir “activamente cualquier intento de ataque contra el gobierno”.

Luego de que se sucedan dos manifestaciones, a lo largo y ancho del país, una convocada por la oposición de derecha con el objetivo de desgastar al gobierno e instalar un clima destituyente y otra convocada por la Central Única de Trabajadores (CUT) en defensa de Petrobras, en esta entrevista Pommar, integrante de la dirección nacional del PT, responsable de las relaciones internacionales del partido y exsecretario ejecutivo del Foro de Sao Paulo se refiere al escenario político actual en Brasil. Errores y aciertos de un gobierno, que atraviesa un momento decisivo, en el que se marcarán las condiciones para poder avanzar en la serie de reformas estructurales que fueron anunciadas el mismo día que Rousseff conseguía su segundo mandato, el 26 de octubre del año pasado.

La derecha eligió la figura de impeachment y la ilusión de generar un escenario similar al de 1992 con Fernando Collor de Mero. ¿En qué medida es posible que el “Fuera Dilma” logre calar entre la gente y consiga desestabilizar al gobierno?

Un sector de la oposición de derecha defiende la idea de debilitar al gobierno del PT para ganar las elecciones de 2016 y 2018. Otro sector prefiere no correr el riesgo de esperar hasta 2018 y busca arriesgar al “impeachment”. Estas dos tácticas se alimentan recíprocamente. El debilitamiento del gobierno y del PT transmite a los sectores defensores del “impeachment” la impresión de que no habrá resistencia si intentan derrocar a la presidenta Dilma Rousseff. La presión por el juicio político ha contribuido a debilitar el gobierno y al PT, creando las pre condiciones para una derrota electoral en 2016 y 2018. Para evitar la desestabilización y el juicio político, se necesitan básicamente dos acciones. En primer lugar, que el gobierno cambie su actitud política y económica. O sea, por un lado, detener las medidas de “ajuste” que hasta el momento no afectan en nada al gran capital financiero especulativo; por otro lado adoptar un mayor protagonismo político, comprendiendo que el papel del gobierno, sobre todo en un momento de crisis es eminentemente político y no administrativo. En segundo lugar, es necesario que la izquierda política y social deje en claro que hay y habrá que resistir activamente cualquier intento de ataque contra el gobierno. En este sentido, las manifestaciones convocadas por la CUT para el 13 de marzo son muy importantes.

Los aliados como el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), ¿qué rol van a desempeñar en esta puja?

El PMDB ocupa tres puestos fundamentales en la política brasileña: la vicepresidencia, la presidencia del Senado y de la presidencia de la Cámara de Diputados. Por lo tanto, si la oposición derechista tuviera éxito en su golpe institucional, asumiría el PMDB. Para agravar las cosas, la mayor parte del PMDB está actuando como oposición. Y esta actitud se acentuó ahora que la oficina del procurador general y la Corte Suprema decidieron investigar el presidente del Senado y el presidente de la Cámara de Diputados bajo sospecha de corrupción. Para desviar la atención de los cargos de corrupción y también para “comprar protección”, tanto los titulares de ambas cámaras legislativas están enviando señales cada vez más fuertes hacia la oposición de derecha. Una vez más, la única salida para el gobierno y la izquierda política y social es buscar el apoyo de las calles. Movilizar a la gente, como lo hicimos en el segundo turno de la reciente campaña presidencial.

En un acto de la CUT en defensa de Petrobras de la semana pasada, Lula dijo: “Quiero la paz y la democracia en Brasil, pero si quieren guerra, sé luchar también”. ¿Cree usted que el PT y la CUT tienen la capacidad de articular y conducir una movilización que defienda el gobierno y lo logrado en las calles?

La dirección de la CUT está movilizando. La base del PT y la CUT quieren movilizarse. Pero hay sectores del gobierno y la dirigencia nacional del PT que están en estado catatónico. Yo creo que lo que va a pasar con estos sectores es lo mismo que se produjo en el segundo semestre de 2014 cuando por la presión social, a través de la movilización, en gran medida de base espontáneos, los sectores de la dirección abandonaron la parálisis y se pusieron en movimiento.

Usted fue uno de los referentes que firmó un manifiesto contra los nombramientos como ministros de Kátia Abreu (Agricultura) y de Joaquim Levy (Hacienda). ¿Qué balance hace de esa demanda que sectores intelectuales, políticos y sociales le hicieron al gobierno?

El gobierno no dio ninguna atención a la queja. El resultado es lo que vemos: un gobierno elegido por la izquierda, que desagrada a la izquierda por estar adoptando medidas de ajuste que no afectan al capital financiero; y un gobierno que desagrada a la derecha, porque en última instancia es un gobierno elegido por la izquierda. Mientras que Levy sea ministro, convivirá esta contradicción. Pero cuando él deje de serlo, la derecha no va a cesar de atacar al gobierno. Un sector de la oposición de derecha no va a descansar hasta “liquidar” a la izquierda, salvo si los derrotamos más de una vez, antes de que esto suceda.

Por último, la ambiciosa agenda de la profundización parece estar postergada y otra vez aparecen las cuentas pendientes de estos 12 años de gobierno del PT como, por ejemplo la necesidad de democratizar los medios de comunicación o la reforma política. Una vez que se logre superar este intento desestabilizador, ¿considera que el gobierno tendrá la voluntad política y la fortaleza necesaria para avanzar en estos terrenos?

Hoy el gobierno no muestra voluntad o la fuerza para hacer las reformas estructurales. Pero si podemos derrotar la ofensiva de la derecha, es porque podemos cambiar el rumbo. Y entonces existirá la posibilidad de materializar la agenda de reformas.

Portal del Sur

 

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