Nacional
Vienen por todo
Por Eudoro Álvarez Cohecha
En foro promovido por Asorinoquia en asocio con el Banco Mundial (BM), en un esfuerzo por demostrar que el gran agro-negocio es la varita mágica para desarrollar el país y por ahí mismo la Orinoquia, “se le hizo altar” a la propuesta gubernamental de impulsar las Zonas de Interés de Desarrollo Rural, Económico y Social (ZIDRES), pues según el Superintendente de notariado y registro, ahora el gobierno está interesado es en “la productividad de las tierras”.
Por Eudoro Álvarez Cohecha
En foro promovido por Asorinoquia en asocio con el Banco Mundial (BM), en un esfuerzo por demostrar que el gran agro-negocio es la varita mágica para desarrollar el país y por ahí mismo la Orinoquia, “se le hizo altar” a la propuesta gubernamental de impulsar las Zonas de Interés de Desarrollo Rural, Económico y Social (ZIDRES), pues según el Superintendente de notariado y registro, ahora el gobierno está interesado es en “la productividad de las tierras”.
No lograron convencer, ni las afirmaciones de Asorinoquia ni las reiteradas versiones del superintendente y del ministro de Agricultura, Iragorri, de que solo la gran empresa, en manos de “cacaos” nacionales y multinacionales, tiene cabida dentro de la “nueva” modalidad, impulsada por el BM, promotor de recetas, causantes de monumentales fracasos en países, que, como Colombia, le obedecen mansamente, así perjudiquen a la mayoría de sus ciudadanos.
Engañosamente afirman que la prioridad en las ZIDRES son los pobres del campo; reiteraron que la prelación es la Asociatividad de los pequeños y otras linduras. No pueden ocultar, que sus desvelos son por entregar la tierra, contra todo interés nacional, cuando ésta escasea en el planeta y los países más poblados y ricos, están ansiosos por poseer el preciado recurso, a como dé lugar.
Los cuantiosos estímulos para los grandes empresarios nacionales y extranjeros implicados en las zonas ZIDRES, ya los quisieran los empresarios agrícolas en ejercicio, tan golpeados por los mismos que ahora garantizan tanto al capital foráneo. La Asociatividad promovida es “la unidad del jinete y caballo”, tan insistida desde el mal recordado exministro Lizarralde.
La “generosidad” llega al extremo de no contemplar ni el valor de la tierra, la cual será entregada en “Concesión, arrendamiento o cualquier otra modalidad”, claro, a expensas de lo que ellos llaman “baldíos de la nación” y en realidad son posesiones tan antiguas que algunas, la mayoría, sobrepasan varias generaciones de “viejos llaneros”, a quienes les quieren aplicar un desplazamiento similar al de la “Uvas de la ira”, cuando el gran capital desalojó de sus tierras al campesinado en los Estados Unidos.
“Raponiando” regalías, sin inversión del gobierno nacional, con Alianzas Público Privadas (A.P.P.), para lo cual se insiste en vender Isagen con la complicidad del Consejo de Estado, ahora vienen por la tierra, corroborando que se trata de un despojo que no resolverá la inequidad rural; su objetivo es la especulación, modalidad predilecta del capital financiero, verdadero beneficiario del malhadado propósito.
Santos, fiel a su antecesor, insiste en la “confianza inversionista”, modelo gastado por sus pésimos resultados en el agro, vergonzosos social y económicamente.
Villavicencio.