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Nacional

Zapatero a tus zapatos

Por Octavio Quintero  

Con todo respeto: qué cantidad de sandeces se han dicho en torno a la selección Colombia que ahora, “los mismos con las mismas”, quieren convertir en “pan y circo” del pueblo, desdorando lo único que tenemos como ejemplo de pundonor: porque eso y nada más fue la selección: pundonor.

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Por Octavio Quintero  

Con todo respeto: qué cantidad de sandeces se han dicho en torno a la selección Colombia que ahora, “los mismos con las mismas”, quieren convertir en “pan y circo” del pueblo, desdorando lo único que tenemos como ejemplo de pundonor: porque eso y nada más fue la selección: pundonor.

Politizar la selección, abusando de su imagen y ponerla como ejemplo de lo que podemos lograr si todos estamos unidos alrededor del gobierno, es una manipulación descarada de un evento deportivo sui generis que nada tiene que ver con el buen o mal gobierno de Santos. O sea que, según eso, porque Brasil tiene el mejor equipo del mundo también es porque tiene el mejor gobierno del mundo…

En este momento de “efervescencia y calor”, hasta El Tiempo habló de babosadas como en ese editorial en que, poniendo como ejemplo la campaña de la selección en este mundial decía que unidos podemos alcanzar metas que parecían imposibles: Perogrullo no lo habría dicho mejor.

Pero la tapa es del exministro Silva Luján, también en El Tiempo, al sindicar a todos los que decidan irse a la oposición contra Santos de ser “responsables de boicotear las aspiraciones y el optimismo que hoy unen a los colombianos”.

¡Vea pues! ¿O sea que ahora, en aras de la unidad deportiva que nada tiene que ver con lo que el gobierno llama “Unidad Nacional”, los colombianos tendremos que empujar el carro de Santos, todos del mismo lado?: todos hacia la Tercera Vía; todos hacia la privatización de Isagén; todos hacia una reforma tributaria con incremento del IVA y la creación de renta presuntiva a los pensionados y muy seguramente también una nueva reforma laboral para seguir “generando más empleo” y, de paso, una nueva reforma a la justicia y nueva también reforma política para que todo cambie y todo pueda seguir igual… Todos empujando la privatización de la educación, la consolidación de los TLC y el aplazamiento de la reforma a la salud que según  el ministro del ramo ya no necesita ninguna reforma porque se arregló sola…Todos empujando la nueva concepción de reforma agraria que consiste en concentrar más la propiedad de la tierra para los grandes megaproyectos agropecuarios; todos empujando la gran minería que marcha asolando sagradas reservas naturales, desplazando a los campesinos y envenenando el medio ambiente; todos – todos empujando la infraestructura de cuarta generación para mayor riqueza de los concesionarios de tercera, segunda y primera que son, nuevamente, “los mismos con las mismas”.

Y ni sigamos… Consolémonos con ese desconsuelo que confiesa el consagrado columnista de Semana.com, Antonio Caballero: “Y ese es uno de los más livianos precios que tendremos que pagar para habernos librado de un tercer gobierno de Godzila”; precio en que debe entrar también el tener que soportar estos pontífices de los grandes medios de comunicaciones que comparan las calculadas patadas que un deportista le mete a un balón que disputan 22 jugadores, con las cochinas patadas que un puñado de políticos le meten a 47 millones de colombianos.

“Ni tanto honor ni tanta indignidad”, también decían en un tiempo que parece olvidado. No confundan a la gente… Dejen que los muchachos hagan mejor lo que ya hicieron bien en este mundial; y dedíquense los políticos a hacer bien lo que saben que tienen que hacer, que no es propiamente lo que malamente hoy están haciendo.

7 de julio de 2014.

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