Conecta con nosotros

Internacionales

El Ataque inminente

Por Eva Golinger  

Desde 2006, Washington ha estado en un proceso de expansión militarista en América Latina. Comenzaban con una serie de maniobras militares realizadas desde sus bases de operaciones de avanzada en Aruba y Curazao. Apenas a algunos kilómetros de la costa venezolana. Estas bases fueron utilizadas para recibir portaaviones, submarinos nucleares, aviones de combate, destructores, buques de asalto y miles de marines y fuerzas especiales estadounidenses.

Washington decía que las maniobras eran “rutinarias´´ y que no representaban “amenaza” a ningún país de la región. No obstante, no se habían realizado maniobras militares en el mar Caribe de ese nivel desde la Guerra Fría.

Publicado

en

Por Eva Golinger  

Desde 2006, Washington ha estado en un proceso de expansión militarista en América Latina. Comenzaban con una serie de maniobras militares realizadas desde sus bases de operaciones de avanzada en Aruba y Curazao. Apenas a algunos kilómetros de la costa venezolana. Estas bases fueron utilizadas para recibir portaaviones, submarinos nucleares, aviones de combate, destructores, buques de asalto y miles de marines y fuerzas especiales estadounidenses.

Washington decía que las maniobras eran “rutinarias´´ y que no representaban “amenaza” a ningún país de la región. No obstante, no se habían realizado maniobras militares en el mar Caribe de ese nivel desde la Guerra Fría.

Aprovecharon su estadía en Curazao para ampliar las instalaciones militares ocupadas por Estados Unidos y para adueñarse de una mayoría de servicios públicos y privados en la pequeña isla caribeña de menos de 200 mil habitantes.

En 2008, el Pentágono reactivó la Cuarta Flota de la Armada, después de 68 años. La Cuarta Flota es la comandancia regional de la Armada de Estados Unidos establecida por primera vez en 1943 para vigilar y combatir los posibles ataques y amenazas contra los interese estadounidenses en el Atlántico Sur y el Caribe durante la Segunda Guerra Mundial. Fue retirada en 1950. El primero de julio de 2008, fue reactivada con la misión de “combatir el narcotráfico y el terrorismo´´ y apoyar a los “socios y aliados regionales en materia de seguridad y defensa´´.

El comandante de la Cuarta Flota, contraalmirante Joseph Kernan, quien antes se desempeñaba como jefe del Comando Especial de Guerra de la Armada, declaró durante el relanzamiento, que la Cuarta Flota regresa a América Latina “para demostrar la fuerza y poder de Estados Unidos y defender a nuestros aliados en la región´´.

En octubre de 2009, Colombia y Estados Unidos firmaron un polémico acuerdo militar que autorizó a Washington la ocupación de siete bases militares el uso del territorio completo para realizar sus misiones militares. Una de las bases señaladas en el acuerdo, Palanquero, fue citada en un documento de la Fuerza Aérea de Estados Unidos de mayo de 2009, como necesaria para “conducir operaciones militares de amplio espectro´´ por todo el continente y para combatir “la amenaza de gobiernos antiestadounidenses´´ en la región.

Palanquero también fue considerada una pieza crítica para la estrategia de movilidad global del Pentágono, como fue destacado en el Libro blanco: Estrategia de movilidad global del Comando de Movilidad Aéreo, publicado en febrero de 2009. “El Comando Sur ha identificado a Palanquero, Colombia (base Germán Olano SKPQ), como un lugar de cooperación en seguridad. Desde este lugar, casi la mitad del continente puede ser alcanzado por un C-17 sin tener que reabastecer´´

El presupuesto de 2010 del Pentágono incluyó una solicitud de 46 millones de dólares para mejorar la instalación en Palanquero, para apoyar la “Estrategia de Postura de Teatro´´ del Comando Combatiente y “dar una oportunidad única para operaciones de amplio espectro en una subregión crítica de nuestro hemisferio donde la seguridad y estabilidad está bajo constante amenaza de insurgencias terroristas, gobiernos estadounidenses, la pobreza endémica y los frecuentes desastres naturales´´

El documento de la Fuerza Aérea de mayo 2009 además reveló que Palanquero sería utilizado para “incrementar nuestra capacidad de conducir operaciones de inteligencia, reconocimiento y espionaje (ISR por sus siglas en inglés), mejorar el alcance global…y aumentar la capacidad de guerra expedita´´

Durante los últimos meses, el gobierno venezolano ha denuncia do la intromisión no autorizada de varios aviones no tripulados (drones) y otras aeronaves extranjeras en territorio venezolano, provenientes de las bases colombianas y caribeñas.

En febrero de 2010, la Dirección Nacional de Inteligencia de Estados Unidos clasificó a Venezuela y al presidente Chávez como “líder antiestadounidense´´ en la región, en su Informe Anual de Amenazas. Esta clasificación confirmó que Washington considera actualmente a Venezuela como “enemigo´´.

La reactivación de la Cuarta Flota de la Armada significó una reorientación de recursos militares hacia América Latina. Ahora, con un nuevo acuerdo militar con Costa Rica, Estados Unidos tiene actualmente la mayor presencia militar en América Latina de toda la historia.

El primero de julio de 2010, el gobierno de Costa Rica firmó un acuerdo autorizando la entrada de 46 buques de guerra y siete mil marines estadounidenses en su territorio. Según la prensa costarricense, la mayoría de las naves de guerra de Estados Unidos que fueron autorizadas son fragatas con una longitud de 135 metros, con capacidad de transportar dos helicópteros artillados SH-60 o HH-60B-Blackhawks, además de 200 marines y 15 oficiales en cada uno.

Pero otras naves y portaaviones, como el USS Makin Island, tienen la capacidad para transportar a 102 oficiales y casi 1.500 soldados de tropas, y están artillados y preparados para el combate intensivo. Pueden transportar 42 helicópteros CH-46, cinco aviones de combate duro AV-8B Harrier y seis helicópteros Blackhawk.

También han autorizado la entrada de submarinos de combate, naves tipo catamaran, un buque hospital y vehículos de reconocimiento y combate con la capacidad de movimiento tanto por mar como por tierra.

Esta inmensa, sorprendente, desproporcionada y masiva presencia militar estadounidense en Costa Rica no tiene justificación alguna dentro del marco de la “lucha contra el narcotráfico´´.

Mas bien parece formar parte de una expansión militarista de Estados Unidos en la región que busca recuperar su dominación e influencia. A su vez, la repentina presencia militar en Costa Rica podría ser utilizada como una “fuerza de contención´´ en caso de una agresión contra Venezuela.

Adicional a la presencia militar en Colombia, Aruba, Curazao y Costa Rica, en la actualidad Estados Unidos también tiene fuerzas militares en Perú, a través del Escuadrón Anfibio 5, compuesto por varios buques de transporte, aviones de combate y un grupo de tarea especial de marines preparados para actuar en una “guerra expedita´´, en Panamá, en varias bases; Puerto Rico; Trinidad; Haití; Guantánamo; Jamaica; Comalapa, El Salvador, donde mantiene una base de operaciones de avanzada desde 1999; y Soto Cano, Honduras, base de operaciones principales en Centroamérica que fue recuperada gracias al golpe de Estado contra el presidente Manuel Zelaya en junio de 2009.

Esta creciente y alarmante expansión militar de Washington en América Latina, junto a la campaña internacional de desprestigio contra el gobierno venezolano, el financiamiento multimillonario para la desestabilización interna y las últimas revelaciones sobre planes de guerra en la región evidencian que hay un conflicto serio, peligroso y no justificado en marcha contra Venezuela, el país con las mas grandes reservas petroleras del mundo.

 

Continúe leyendo
Click para comentar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *