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Nacional

Horas extras y equidad

Por Mauricio Cabrera Galvis  

Una de las mayores iniquidades de los últimos tiempos contra los trabajadores fueron los cambios al régimen de horas extras, recargo nocturno y dominicales y festivos que hizo el expresidente de las gabelas y los subsidios a los grandes empresarios con la Ley 789 de 2002.

Un estudio de la Universidad Nacional estimó que los trabajadores de cuatro sectores -Comercio, Hotelería, Salud y Vigilancia privada-, perdieron $2.6 billones en los primeros cuatro años de vigencia de esa Ley.

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Por Mauricio Cabrera Galvis  

Una de las mayores iniquidades de los últimos tiempos contra los trabajadores fueron los cambios al régimen de horas extras, recargo nocturno y dominicales y festivos que hizo el expresidente de las gabelas y los subsidios a los grandes empresarios con la Ley 789 de 2002.

Un estudio de la Universidad Nacional estimó que los trabajadores de cuatro sectores -Comercio, Hotelería, Salud y Vigilancia privada-, perdieron $2.6 billones en los primeros cuatro años de vigencia de esa Ley.

Por supuesto la contrapartida de esta enorme pérdida de ingresos laborales fueron mayores utilidades de las empresas. En eso consistía el huevito de la confianza inversionista.

El argumento para justificar tamaña expoliación era la generación de empleo: según el gobierno de la época al reducir los ingresos de los trabajadores se debían crear 640.000 empleos, pues se suponía que al reducir los costos laborales las empresas engancharían más personal, como si el trabajo fuera una mercancía cualquiera cuya demanda (los nuevos empleos) aumenta cuando baja su precio (el salario).

El craso error de esta teoría económica neoliberal se comprobó en la práctica porque esa reforma laboral no logró su objetivo de generar empleo. Un informe de la Superintendencia de Sociedades sobre el desempeño de las 9.000 empresas más grandes del país en el 2003 muestra que sus utilidades crecieron 138% en ese año, pero que solo contrataron 5.923 nuevos trabajadores.

Varios estudios de los principales centros de investigación confirmaron el fracaso de la Ley 789 como instrumento para disminuir el desempleo. Además del ya citado de la U. Nacional, el Observatorio del Mercado Laboral de la U. Externado y el CEDE de la U. de los Andes, en estudio realizado por el hoy ministro de Salud, llegaron a la conclusión que había sido marginal el impacto de esa Ley sobre la creación de empleos.

El senador Luis Femando Velasco con el apoyo de toda la bancada del partido Liberal ha presentado un proyecto de Ley para restablecer esos derechos de los trabajadores, volviendo al pago de horas extras entre las 6:00 p.m. y las 10:00 p.m. y recuperando el pago del 100% por recargo dominical. El presidente Santos ha manifestado estar de acuerdo con ese proyecto.

Como era de esperarse, quienes aumentaron sus utilidades con la Ley 789 sin contratar nuevos trabajadores se están rasgando las vestiduras afirmando que este proyecto va a aumentar el desempleo.

Aunque es posible que haya algún efecto negativo, también marginal, en algunas empresas, es un imperativo legal y ético devolver esos ingresos a los trabajadores, y la única crítica que puede hacerse al proyecto es que no se haya aprobado antes como lo mandaba la Ley.

En efecto, también por presión del partido Liberal se incluyeron en la Ley 789 los artículos 45 y 46 que obligaban a hacer una evaluación del impacto de la ley sobre la generación de empleo y disponían que al cabo de dos años “el Gobierno Nacional presentará al Congreso un proyecto de ley que modifique o derogue las disposiciones que no hayan logrado efectos prácticos para la generación de empleo”, es decir que el actual proyecto tiene 10 años de retraso.

También hay que recordar que en el 2007 el entonces Procurador y hoy Contralor solicitó a la Corte Constitucional declarar inexequibles los artículos de la Ley 789 que ahora se busca eliminar.

Para que la Equidad sea de verdad uno de los pilares del gobierno de Santos, es indispensable corregir las inequidades heredadas del pasado y restablecer los derechos de los trabajadores.

 

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