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¿Dos halcones?

Por Aurelio Suárez Montoya  

Estados Unidos decidió terminar el conflicto con las Farc en Colombia.

Durante la Guerra Fría, Estados Unidos tuvo dos líneas de política exterior. Una, de los halcones, cuyo exponente, Paul Nitze, asesor desde Franklin Delano Roosevelt hasta George Bush padre, tenía por lema, “Si usted quiere la paz, prepárese para la guerra”. La otra, de las palomas, encarnada por George Kennan, miembro permanente del Departamento de Estado, opuesto al uso de la fuerza en Vietnam y promotor de la “contención” disuasiva.

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Por Aurelio Suárez Montoya  

Estados Unidos decidió terminar el conflicto con las Farc en Colombia.

Durante la Guerra Fría, Estados Unidos tuvo dos líneas de política exterior. Una, de los halcones, cuyo exponente, Paul Nitze, asesor desde Franklin Delano Roosevelt hasta George Bush padre, tenía por lema, “Si usted quiere la paz, prepárese para la guerra”. La otra, de las palomas, encarnada por George Kennan, miembro permanente del Departamento de Estado, opuesto al uso de la fuerza en Vietnam y promotor de la “contención” disuasiva.

Ambas fueron complementarias, tanto como el ‘policía bueno’ y ‘el policía malo’, y con objetivos hegemónicos comunes.

La posición geopolítica norteamericana, caído el Muro de Berlín, se vio enormemente favorecida. Las iniciativas militares después del 11 S no se relacionan con equilibrios de poder global y análisis “realistas” insisten en que “ámbitos de esa actividad militar han sido zonas conflictivas de poca o ninguna importancia estratégica (…) que no tienen gran potencial económico ni poder militar”. Stephen M. Walt (2010), de Harvard, reitera que “por razones simples de costo-beneficio, los ‘realistas’ no creen que el esfuerzo de estas guerras valga la pena”. Para ellos primero es la economía y “el dinero a perder en aventuras extranjeras o en excesivo gasto militar no hace al país más fuerte y seguro”.

Igualmente, Max Boot (2013), en ‘Evolución de la guerra irregular’, sobre varios conflictos, incluido el de las Farc en Colombia, dice que “no se debe entrar en esa guerra contrainsurgente” y agrega que “estas luchas deben ser evitadas si es posible”. La táctica de las guerrillas ha probado “ser efectiva, aun contra superpoderes”. Concluye que conflictos de baja intensidad “pueden traer en el futuro mayores problemas para los poderes líderes que en el pasado”.

A la relación beneficio-costo y de amenaza potencial de tales conflictos se suman las cuentas del mercado de armas convencionales. Caverley y Kapstein (2012) anotan que la participación norteamericana cayó del 60 por ciento al 30 por ciento en 1990, reemplazada por proveedores como China, Israel, Brasil y Corea del Sur. La era de oro de grandes contratos del Pentágono pasó y el foco recae sobre armas tecnológicamente sofisticadas. Los conflictos de baja intensidad ya no son nicho.

Por lo anterior, Estados Unidos decidió terminar el conflicto con las Farc en Colombia, anotando que ese desenlace no depende del candidato ganador el 15 de junio. Boot, exasesor del Gobierno estadounidense, en artículo del 27 de mayo pasado para el magacín político ‘Commentary’, lo corrobora: “Pase lo que pase, Colombia seguirá siendo el aliado más cercano de Washington en América Latina. De hecho, mientras que otros países de la región están viendo la aparición de líderes antiyanquis inspirados por el fallecido Hugo Chávez, de Venezuela, Colombia está experimentando una segunda vuelta entre los dos candidatos conservadores, halcones, proamericanos. Esas son buenas noticias”. Añade que se trataba del escenario de unas elecciones generales entre McCain y Romney.

El título ‘Haciendo teatro en Colombia’ (Drama Brewing in Colombia [forma para referirse a una parodia intrascendente]) se explica solo. Cuánto provecho les hubiera hecho a muchos comprender esto para no polarizar las elecciones y habernos evitado tantas invenciones, fracturas, divisiones e insultos. Por esto, no extraña que ahora, luego de los comicios, se invoque al arreglo entre las banderías que enfrentaron la disputa presidencial de segunda vuelta.

 

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