Nuevos ruidos de descontento agrario

Por Eudoro Álvarez Cohecha  

Este 22 de junio convergen en Armenia, la capital del Quindío, delegaciones de cafeteros, arroceros, paneleros y otros productores rurales que desde la región central del país, manifestarán su inconformidad con las políticas gubernamentales y los incumplimientos de buena parte de los acuerdos firmados por el gobierno durante los paros agrarios de 2013.

En Bosconia, municipio del departamento de cesar, se reunirán ganaderos y agricultores de los departamentos del Cesar, Guajira, Magdalena, Sucre, Córdoba, Bolívar y Atlántico; lo harán igualmente para agrupar la protesta de los campesinos de la costa atlántica, cansados de solo recibir del gobierno malas políticas e incumplimientos generadoras de zozobra en sus parcelas y cultivos.

En Tunja, se congregarán productores de leche, papa, cebolla, fríjol y panela del altiplano cundiboyacense y regiones de Santander y el Magdalena medio, quienes mostrarán su descontento con medidas todas relacionadas con el desarrollo e implementación de los TLC, que no solo perjudican de manera grave a los productores, sino que nada han resuelto sobre los precios que los consumidores siguen pagando como si ese engendro no se hubiese dado.

Los lecheros, pequeños en su inmensa mayoría, no soportarán la competencia de los pesos pesados de la lechería mundial y las maniobras especulativas con que se maneja en las bolsas de valores el comercio de este alimento. Los 500 mil litros de leche que se generan en el Meta, se hallan amenazados y los esfuerzos por modernizarse solo han conducido a que un grupo de osados ganaderos que lo intentaron, hoy estén acosados por el Banco Agrario, que no solo los dejó “colgados de la brocha” en el componente financiero de dichos arrojos, sino que actualmente les aplica rigurosamente su condición de prestamista, desligado del contexto de la política anti agraria de que son víctimas.

Se dio el primer secuestre de su predio a un arrocero, que luego de un año de expedida la ley con que se le prometió reivindicarlo y aliviarle sus deudas, sigue a la espera de que el gobierno la reglamente para poderla aplicar; luego vendrá el remate y el desalojo físico de un ciudadano cuyo único “crimen” fue persistir en su condición de campesino; como él hay más de 500 agricultores, en el solo Meta, que hacen fila para ser encausados por los mismos causales y tratados con similares procedimientos.

La crisis del agro dentro del marco de los TLC, no se resolverá; este problema que se dice es económico, solo tiene solución política y esta pasa por organizarse para reclamar y los productores agrarios que tanto saben de su oficio, deben corregir, así como neutralizan la acidez de sus suelos, los desaciertos de que son víctimas, cambiando a quienes los gobiernan y en estas épocas de elecciones reciben halagos de otro de tipo de TLC, esta vez consistentes en “Tejas, Lechona y Cemento”, tan dañinos como los que los han victimizado, pues entronizan, en donde se toman las decisiones, a quienes redactan y apoyan Tratados de Libre Comercio, generadores del cenagal sin salida de su actual desventura.

Villavicencio.