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La prueba reina

Un artículo de La Silla Vacía que analiza hechos denunciados en esta columna incluye una foto tomada en la estación Avenida Jiménez de Transmilenio, en la que sale un grupo de diez mediadores contratados por la UGC-Escuela Galán. Una de las mediadoras de esa foto es la señora Alexi Osorio Ruiz, esposa de José Alonso Ruda Hernández, actual candidato al Concejo de Bogotá, del grupo político de Carlos Fernando Galán.

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Un artículo de La Silla Vacía que analiza hechos denunciados en esta columna incluye una foto tomada en la estación Avenida Jiménez de Transmilenio, en la que sale un grupo de diez mediadores contratados por la UGC-Escuela Galán. Una de las mediadoras de esa foto es la señora Alexi Osorio Ruiz, esposa de José Alonso Ruda Hernández, actual candidato al Concejo de Bogotá, del grupo político de Carlos Fernando Galán.

Un artículo de La Silla Vacía que analiza hechos denunciados en esta columna incluye una foto tomada en la estación Avenida Jiménez de Transmilenio, en la que sale un grupo de diez mediadores contratados por la UGC-Escuela Galán. Una de las mediadoras de esa foto es la señora Alexi Osorio Ruiz, esposa de José Alonso Ruda Hernández, actual candidato al Concejo de Bogotá, del grupo político de Carlos Fernando Galán.

La esposa del candidato Ruda ha servido de enlace de varios de los mediadores contratados por la Escuela Galán, confirmándose lo que muchos pedían: prueba del vínculo entre el contrato otorgado por Transmilenio a la UGC-Escuela Galán y la campaña de Carlos Fernando Galán para la Alcaldía de Bogotá.

Este contrato, CTO675-19, pone a disposición del consorcio UGC-Escuela Galán $10.921’650.523 de dineros públicos del Distrito Capital para que en plena campaña electoral distribuya a su completa discreción y sin control público. Quien decide es la tía de Carlos Fernando Galán, Maruja Pachón, que funge como representante legal en este contrato. El acta de inicio quedó el pasado 26 de agosto y, aunque hasta la fecha no se ha radicado la primera cuenta de cobro, las contrataciones ya se hicieron. Era ahora o nunca cuando se debían exponer las irregularidades alrededor de este reprochable favorecimiento de la Alcaldía de Enrique Peñalosa al candidato más opcionado para sucederlo.

Me escribió indignada por mis columnas sobre este tema alguien que se identificó como jefa del área de licitaciones de la Escuela Galán, pero sin rebatir ninguno de los hechos. Le respondí que si cada una de sus acciones ha sido correcta no tenía de qué preocuparse. Pero desafortunadamente casi siempre son los mandos medios quienes terminan pagando los platos rotos de las irregularidades contractuales cuadradas en alto nivel.

Contratación por un monto por fuera de la media estadística, en un momento inoportuno como es el remate de la campaña electoral en Bogotá, con irregularidades que inducen a pensar en direccionamiento de la licitación y favorecimiento a miembros de la campaña del candidato Carlos Fernando Galán. Todo con total silencio del alcalde, la gerente de Transmilenio y los Galán. ¿Y si hubiera pasado en otra ciudad? ¿Si se llamara Escuela Noño Elias? ¿Saben qué? Voten por el que quieran, pero acá dejo constancia.

@jrobertoacosta1 / jrobertoacostaopinion@gmail.com

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