Conecta con nosotros

Columnistas

Ahora el impuesto a los pobres

José Roberto Acosta  

La inflación constituye el peor impuesto a los pobres, pues mientras los dueños de tierra y medios productivos ven subir el precio de sus propiedades, a los asalariados no les queda más remedio que ver como se desmorona la capacidad adquisitiva de su sueldo, quedando más pobres que antes.

Como detonante de una mayor inflación está la depreciación del peso frente al dólar observada el último trimestre de este año con un promedio de $2.100, un 8,42% superior al promedio visto en los primeros nueve meses de $1.937, y 12,36% superior al promedio visto durante todo el año de 2013 de $ 1.869, cuando la inflación anual cerró apenas en el 1.94%.

Publicado

en

José Roberto Acosta  

La inflación constituye el peor impuesto a los pobres, pues mientras los dueños de tierra y medios productivos ven subir el precio de sus propiedades, a los asalariados no les queda más remedio que ver como se desmorona la capacidad adquisitiva de su sueldo, quedando más pobres que antes.

Como detonante de una mayor inflación está la depreciación del peso frente al dólar observada el último trimestre de este año con un promedio de $2.100, un 8,42% superior al promedio visto en los primeros nueve meses de $1.937, y 12,36% superior al promedio visto durante todo el año de 2013 de $ 1.869, cuando la inflación anual cerró apenas en el 1.94%.

Según un reciente estudio de funcionarios del Banco de la República (Borradores de Economía No. 850, Nov de 2014) “…un choque a la variación de la tasa de cambio se transmite a la inflación de los bienes importados en grados que varían entre 12% y 88%” con un rezago entre tres y seis, meses. Y si los bienes importados suben de precio, necesariamente lo harán los demás precios de la economía.

Aunque este rango econométrico, entre 12% y 88%, es tan amplio que hasta mi abuelita podría ser más precisa, al tomar el 12%, tendríamos que si el dólar no baja de $ 2.100, la depreciación cambiaria podría sumar cerca de 150 puntos básicos a la inflación actual de 3.65% llevándola hasta el 5.15% anual dentro de seis meses o menos. Entonces, si el salario mínimo se ajusta por debajo de este nivel y este escenario se cumple, la pérdida de poder adquisitivo será el impuesto que los asalariados pagarán por cuenta del derrumbe del precio del petróleo al tiempo que, como ya sabemos, el precio de la gasolina se mantendrá elevado, a pesar de las mentirosas promesas del Partido Liberal al respecto.

Uno de los mecanismos por el cual el Estado se apropiará de este impuesto inflacionario será a través del balance del Banco de la República, quien volteará la pérdida de $690.000 millones, reportada a septiembre, a unas jugosas utilidades al cierre de este año, por cuenta de la valorización en pesos de la reservas internacionales que administra y que finalmente transferirá al fisco nacional.

La inflación es un mecanismo más sofisticado de extraer dinero de los ciudadanos, con la “ventaja” de que nadie protesta, nadie ve, nadie denuncia y nadie dice nada. Ahí tienen su Navidad.

El Espectador, Bogotá.

 

Continúe leyendo
Click para comentar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *